Cap. 8

116 10 0
                                    

Camine por un buen rato. Estaba muy cansada, ya que no teníamos comida suficiente y tuvimos que recortar las cenas. También me deje de acostumbrar a caminar, ya que nuestro departamentos era muy chiquito, y no había mucha necesidad de caminar.

En el camino me di cuenta de muchas cosas. Por ejemplo, no hay ninguna ventana abierta, cosa extraña, ya que estamos en verano. No había ningún auto pasando. Tan sólo unos cuantos taxis. Había mucha basura tirada, sobre todo periódicos. Al parecer la gente se alteró al leer la noticia. Todos tenían escopetas. S las personas que alcance a ver por una ventana, tenían una pistola, o una escopeta, incluso una granada.

Al llegar a la escuela era la misma "política". Todos en el mismo edificio, sin bancas, etc. Sólo hubo un.a nueva regla. "A todos los estudiantes de la escuela tendrán que dejar sus útiles aquí, y se les otorgará un paquete de reserva para sus familias". Y a todos nos dieron unas mochilas del tamaño de un suéter, color verde tipo militar, donde venía mucha agua, comida, mapas, un botiquín, algunas medicinas, un cuchillo, un saco de dormir, una chamarra, ropa deportiva, y otras cosas. Me impresiono que todo eso cupiera en esa mochila, y que pesara tan poquito.

Tuvimos algunas clases como Biología y Matemáticas, pero las demás clases fueron interrumpidas para llevarnos al auditorio, donde estaba un trabajador del gobierno.
-Me llamo Louis y hoy les vengo a explicar acerca de que hacer cuando estás en un tipo de situación inesperada (como está).
Nos explicó todo acerca de mantener la calma, estar alerta, algunos movimientos de defensa, y de ataque, etc.

Terminando esa clase nos dirigimos al gimnasio, donde practicamos todo lo que nos habían dicho acerca de las situaciones inesperadas. Parecía qué muchos no pusieron atención, porque cuando nos dijeron que agamos el tercer movimiento, muchos se confundieron. Entonces nos dieron una regañada enorme. Después de eso todos nos supimos perfectamente que hacer, y terminamos para el fin de clases.

Al salir me iba a dirigir a mi casa cuando apareció Phill.
-Hola- me dijo.
-Hola, supiste lo de las noticias- dije, en tono asustado.
-Si- dijo. -Y si no lo supiera hoy me habría dado cuenta.
Después caminamos juntos. Caminamos hasta que vimos un taxi vacío. Lo llamamos y vino hacia nosotros. Nos metimos en el y le dijimos nuestra dirección. Estaba por las calles manejando, hasta que, sin aviso alguno, una señora se atraviesa la calle. El taxi da un frenazo tan fuerte que mé golpeo la cabeza con el asiento de adelanta, y Phill igual. El taxista se sale enojado del taxi hacia la señora. La señora era algo joven, no podía tener más de 36. Tenía el pelo castaño, era alta y delgada.

El taxista le estuvo gritando por algunos segundos cuando de repente la señora saca una pistola y le apunta al taxista. Y apretó el gatillo. Le dio en el hombro, y ahí estaba el taxista, tirado y sollozando. Luego ella vino hacia nosotros, abrió la puerta que estaba de mi lado y dijo:
-¡¡¡Corran niños corran, antes de que los alcancen!!!
Estaba muerta de miedo y aturdida por la locura de la extraña, pero fue Phill el que hablo.
-¿De qué esta hablando?
-¡¡Los alcanzarán, pase lo que pase!!- dijo, sin prestarle atención.
De repente salí de mi aturdimiento.
-¿¡Quienes, quienes nos alcanzarán!?

No respondió, pero señalo hacia unas calles atrás, y lo vi, perfectamente. Había gente gritando, corriendo, chocando, y mordiendo a cualquier ser con quién se toparán. De repente la señora me dio su pistola, agarro otra que traía, le agrego una bala, y se apuntó a la cabeza. Estaba sollozando y lentamente movió su dedo al gatillo.

Antes de que pudiera reaccionar, la señora apretó el gatillo.

Y disparo.

Sin salidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora