Capítulo 12

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Entre las sabanas me encontraba esperando hallar consuelo, entre un mar de lágrimas y desesperación. No sabía cómo terminé por llegar allí todo lo que tengo en mi mente es el doloroso recuerdo de Natsu.
Sentía como me ahogaba en mi mente, en aquel recuerdo que me parecía tan irreal.
Aún no entendía el motivo del por qué no me quería volver a ver, aunque fuese durante un tiempo, eso me desgarrada el corazón, sentía que iba al morir del dolor que me provocaba.
¿Qué se supone que había echo para que me dijese eso? De seguro que fue por el beso, no entiendo por qué, a él parecía no importarle, aunque nos pasamos un poco.

No pude dormir en toda la noche, mis pensamientos no me dejaban, y el dolor que sentía no ayudaba.
Decidí calmarme y me di un baño bien largo, para aclararme.
Tenia que ir al hablar con él, no iba a dejarle ir sin más... pero puede que él ya se haya dado cuenta de mis sentimientos hacia él. No, me niego al creerlo, no puede ser.
Salí de la bañera me sequé y me vestí, dispuesta a arreglarlo todo.
Cerré la puerta con llave y bajé las escaleras con un ligero trote.
Al salir a la calle me surgió la duda de donde estaría, y si pensarlo, me encaminé hacia el gremio.
Noté un ambiente enrarecido mientras caminaba, todo el mundo me sonreía. ¿Tenía monos en la cara o que?
Aceleré el paso y llegué al gremio. Allí el ambiente era peor. Busqué al Natsu y no hallé indicios de que estuviese allí.
Decidí a preguntar a Mira. Ella me recibió con una sonrisa más cálida y alegre que de costumbre.
-Mira ¿sabes donde esta Natsu?- pregunté resignada, no tenía ganas de hablar con nadie. Me apoyé en la barra del bar, al no haber dormido estaba cansada.
-No- su sonrisa desapareció, debía haberse dado cuenta de que mié expresión no era precisamente alegre- ¿pasa algo?- la había preocupado.
-No, nada.
-Ya no tengo que preocuparme de mi rival de amor- dijo Juvia emocionada detrás de mí.
Me giré y vi que tenía la Sorercer, en esa revista no podíamos salir Natsu y yo, ya que en la que íbamos al salir era un especial de trajes de boda.
Le pregunté a Juvia por qué decía aquello y me enseñó un reportaje donde se hablaba de Natsu y de mi. Un reportaje de cotilleo, diciendo que estábamos saliendo.
Abrí los ojos sorprendida. ¡Lo que me faltaba ahora era eso!
No dije nada y salí del gremio frustrada, con paso ligero.
Las lágrimas que aguanté mientras estaba en el gremio empezaron a recorrer mis mejillas silenciosamente.
Me dirigí a la casa de Natsu, debería estar allí, espero poder zanjar el tema.
Llegué al casa de Natsu, la puerta estaba abierta y entré, no había nadie dentro y decidí mirar en el jardín, pero tampoco estaba allí.
Me quedé un rato parada mirando como una leve brisa movía las flores y la hierba, pensando en que hacer, si quedarme allí hasta que volviese, o seguir buscando.
Suspire y miré al cielo, estaba cansada, pero pensé en ir al lago, a lo mejor, por un casual estaba allí.
Recorrí el largo camino que llevaba al lago, hubiese sido más rápido atajar por donde el bosque era más espeso, como la otra vez, pero no quería hacerme arañazos ya que llevaba sandalias, y seguramente me perdería, ya que la otra vez tuve suerte y además seguía a Natsu.
Divisé el final del camino, miré al todos lados y vi a Natsu sentado en la orilla, pero no estaba solo.
Me escondí detrás de un árbol y observé con detenimiento la situación, no quería que se me escapase ningún detalle.
Natsu apoyaba la cabeza en el hombro de Lisana, parecía que tenían una conversación algo íntima, pero no oía nada desde donde estaba.
Me fastidió verla en este lugar, vale que no fuese un sitio secreto, pero me gustaba pensar que Natsu solo iba allí conmigo.
Vi como se miraban y acto seguido se fundían en un cálido abrazo.
Una punzada, no, sentí como si alguien me hubiese apuñalado y arrancado el corazón.
Retrocedí intentando no hacer ruido y volví sobre mis pasos, huyendo de ello.
¿Acaso Lisana no se había rendido con Natsu?
No se cuanto había llorado en estos días, pero en el camino de vuelta no me contuve en llorar, ya no me importa que me vean llorar, me limpié las lagrimas, llorar hacia que viese borroso, y eso no me gustaba, ya que me mareaba.
-Lucy ¿Qué te pasa?- oí que una voz conocida me hablaba, pero como veía borroso no me di cuenta hasta que me abrazó.
-Nada- mi voz se quebró.
-Si claro, y por eso lloras- Loki se separó de mi agarrandome de los hombros.
Mire al suelo tapandome la cara con el pelo para que no me mirase, me sentía tan patética.
- ¡Eh!- alzó mi barbilla para que le mirase, mis lágrimas caían sin cesar- tranquila estoy aquí contigo.
Me abrazo, sentí su cálido abrazo, y exhausta cedi al él, ya no podía más necesitaba llorar, es demasiado bueno conmigo. Le aprecio mucho, pero, yo amo a Natsu, se lo tenia que decir, me acabo de dar cuenta de que él aún no lo sabe.
- Loki...- empecé al decir entre sollozos.
-No digas nada, vamos, te acompañaré a casa, ahí estarás mejor.
Me cogio de la mano y me llevo hasta casa.
Ahora se me haría más difícil decírselo.

Date cuenta de mis sentimientos(NaLu Fairy Tail)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora