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Se ha arriesgado tanto por todos ellos, dio su vida en más de una ocasión para poder salvarles de un futuro tan desgraciado, incluso en ese momento estaba sacrificando su propia felicidad, sacrificaba el futuro que tenía junto a todos uno tan lindo y feliz, tan cálido, pero, siempre estaba ese "pero", ese maldito "pero" que aún no le dejaba descansar, que le obligaba a volver una y otra vez en el pasado y esta vez era por una sola persona, esta vez regresaba para poder salvar a una sola persona de todo, no importaban las balas que habían perforado su pecho, por supuesto que no, lo que importaba es que uno de sus grandes amigos estaba por suicidarse frente suyo, no quería verlo, no de nuevo,
Con todas las fuerzas que tenía, porque si, Takemichi de una forma u otra había adquirido una resistencia monstruosa, fuera de lo normal, fuera de los límites, cómo no hacerlo si e conocía todo tipo de dolores, así que mientras presionaba en la única herida que el mismo alcanzaba con sus manos, la cual estaba en su estómago, sabía que no llegaría al último piso antes de Manjiro se dejará caer del último piso del abandonado edificio, así que lentamente se acercó a una ventana y la rompió, rompió las ventanas que pudo mientras se acercaba al borde, si quería salvar a Mikey el también debía morir, sabía que las balas en el pecho no eran lo suficiente para matarlo, pero la que lo dejaría en un estado critico durante tal vez meses es la de su costado izquierdo, donde posaba su mano, ahora manchada de su misma sangre.

Pasos lentos, donde sus pies casi se arrastraban por el suelo de una mala manera y la sangre dejaba un pequeño rastro en el camino, no le importaba caer de aquella altura, sabía lo que se sentía, sabía lo horrible que se sentiría al despertar y el dolor muscular de su cuerpo luego de esto pero no importa, no importa si puede mantener a su amigo con vida, no importa si puede mantener la sombría alma de el Sano a su lado, el solo quería disfrutar con todos y cada uno de ellos en sus tiempos libres, bebiendo soju y comiendo de la comida de los hermanos Kawata mientras paseaban en uno de los lujos yates de Kisaki, era lo único que quería, volver a ver a Draken regañado a Mikey, ver a Emma pelear con su hermano mayor, Izana corresponder con desdén a la situación de sus hermanos, quería ver a la ToMan junta y feliz, era el único puto deseo que ha tenido en toda su miserable vida y esperaba que se le fuera concedido. 

Así que con desesperación y rapidez de apresuro al borde cuando vio caer a Mikey justo frente a el, tomando su mano para evitar que callera desde esa altura y diera de lleno con el suelo para luego solo morir, así que si, Takemichi junto todas sus fuerzas y convencía a Manjiro de que podía tener una vida feliz a gritos, pedir ayuda nunca estaba mal, porque nunca estás solo.
El falso albino aceptó la ayuda, con una sonrisa llena de lagrima subió y miro a Hangaki quien ya no estaba frente a él, no, ahora estaba debajo, frente al edificio en el que se vieron, muerto, con el cuerpo desecho y el alma un poco más rota que la última vez.


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Y despertó de golpe, su cuerpo ardía, cada maldito musculo parecía estarse rompiendo y uniendo de nuevo, incluso sus hueso se sentían de aquella manera, su hombro, espalda y estómago ardían como los mil demonios, su brazo parecía haber sido cortado, miro en aquella dirección y recordó que al querer salvar a Mikey los vidrios restantes que no habían sido tirado del todo se habían clavado en su piel, perforándola hasta las venas, haciendo que su muerte por pérdida de sangre fuera más rápida. 
Y de repente las ganas de vomitar llegaron a el, se levanto de la cama de forma apresurada mientras la saliva se acumulaba en su boca e forma rápida, su cabeza empezaba a palpitar y no ayudaba para nada, y fue donde, en medio camino al baño dejo salir todo, lo que sea que haya consumido ya no estaba, ahora se encontraba esparcido sobre el falo suelo de madera, ahora su garganta estaba seca y el aire le faltaba, se estaba ahogando por su agitada respiración y la resequedad en la garganta, tosió, tosió varias veces y luego de un rato se calmo, tratando de regular su respiración. 

Finalmente, se dejo caer sobre la pared, mientras las lagrimas caían por sus ojos, estaba harto, cada vez estaba más harto que la vez anterior, quería poder morir por fin, descansar en paz y saber que no regresaría nunca más, y ahora se sentía tan cansado, su parpados pesaban, limpiaría después, ahora solo quería dormir. 



Esa era la idea, esa era la maldita idea pero el sonido desesperado de su despertador proveniente de su cuarto no le dejaba tomar aquella linda acción, así que con cansancio y pocas ganas aún con el cuerpo adolorido en ciertas partes del mismo camino a su cuarto, ignorando la mancha color amarillo en el suelo junto a donde estaba el antes, tendría que limpiar.
Al llegar a su cuarto se acercó a la mesa junto a su cama, donde había un reloj y un calendario, miro el reloj y después el calendario, era un habito adquirido luego de tanto tiempo, y vio lo inimaginable, su desafortunado poder solo servía para volver doce años en el pasado, entonces, porque el calendario indicaba que era el 2006. 

Se acercó a la ventana de forma apresurada y la abrió, quería confirmar que no era un sueño, y así fue, justo cuando abrió la cortina de su cuarto la luz llego de lleno a sus ojos, cegándole un momento de aquella brillante mañana, donde el trinar de los pájaros era desesperante y le molestaba demasiado, incluso los cuchicheos de las chicas y su risas amistosas con sus amigas, las miro, y supo que no durarían juntas dos meses más, con molestia bajo la persiana y se acostó en su cama otros cinco minutos, tenía que levantarse y aparentemente ir a la escuela así que solo soltó un suspiro pesado y se levantó, primero tendría que limpiar el pasillo donde momentos antes se vomito. 
Así que si, fue al baño y tomo servilletas y una jerga, iba a trapear para que el aroma no quedará en el lugar, luego de limpiar volvió a su habitación donde busco su uniforme con la mirada  lo puso ver a lo lejos frente a su cama, sabe a que secundaria va pero prefiere seguir lleno de suposiciones, y lo ve, ve el mismo uniforme que portaba hace diez años, el pantalón negro y suéter azul cortesía de Mitsuya, quien había hecho sueters para todos los chicos de la pandilla quienes iban en la misma escuela este año, respiro molesto, no entendía bien las cosas pero sabía que algo nuevo y tal vez malo pasaría, así que con pereza se baño y puso su uniforme para poder ver el reloj y ver que se le hacía tarde, solo calentó agua y sirvió do cucharadas de café en su taza de color negro, sus manos temblaban ansiosas así que busco entre los cajones y le encontró, una cajetilla de cigarros, a abrió y vio que solo faltaban dos, tomo uno y lo encendió con el fuego de la estufa llevándolo a sus labios para luego aspirar el humo y dejarlo salir. 

Su café estaba listo así que solo vació el agua en la taza y luego en un termo, lo necesitaría si quería permanecer despierto durante las clases, así que apago su cigarro al que le faltaban solo unas tres caladas y lo tiro a la basura, se sacudió para que las cenizas no quedaran en su uniforme trago rápidamente del agua caliente con sabor amargo y dejo la taza vacía sobre la encimera, iba tarde, muy tarde.

Pero a Takemichi lo que le importaba saber era porque había regresado diez años en el pasado y no doce como siempre.


Hasta MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora