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¿Quién hubiera pensado qué las cosas terminarían de está forma? Con mis mejillas sonrosadas y mis labios secos e hinchados, con mi cuerpo temblando y sudando

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¿Quién hubiera pensado qué las cosas terminarían de está forma? Con mis mejillas sonrosadas y mis labios secos e hinchados, con mi cuerpo temblando y sudando. Me sentía tan vulnerable pero el placer que sentía era inimaginable, las caricias en mi cintura y pecho solo hacían que me estremeciera más, los besos que bajaban desde mi cuello hasta mi ombligo hacían que me perdiera en el placer cada vez más, dejandome atrapar por la lujuría que surgía entre la oscuridad de mi cuarto, con cada roce me volvía mas sensible, soltando pequeño suspiros llenos de placer que motivaban a seguir con el acto.

Su lengua rozaba todo mi torzo, trazando un camino que terminaba en mis pezones, acariciándolos lentamente, humedeciéndolos para luego atacar a ellos sin piedad, succionando y dando pequeñas mordidas; sus manos que seguían acariciando mi cuerpo bajaron a mi intimidad lentamente, rozando por encima del pantalón para luego bajarlo y dejar mis pezones trazando un camino de besos hacía mi ombligo, entonces me miro, su ojos dorados hicieron contacto con los míos y su sonrisa juguetona tan caracteristica de él susurrando unas palabras que no pude escuchar.

—¡Takemichi!— Escuche y abrí los ojos abruptamente.

Joder.

Mire hacía abajo y pude ver mi entrepierna dura, había tenido un jodido sueño húmedo. Mire a un lado y era Mitsuya quien había llamado mi nombre tan desesperadamente.

—¿Has dormido bien?— Pregunto mienras tomaba mi rostro entre sus manos y lo miraba detenidamente de arriba a abajo, acercandose cada vez más, sus dedos fueron a dar debajo de mis ojo quitando todo el maquillaje que usaba para tapar las ojeras debido al insomnio— Dios mío, Take, no entiendo como es que tienes unas ojeras tan marcadas, pareciera que no has dormido bien en años.

—Supongo que me dejo llevar mucho por los videojuegos en la noche— rasque mi nuca nervioso, ante Mitsuya yo era tan transparte en todos los sentidos.

—Deberías de ir al baño y luego a la sala de profesores, Murata-sensei te busca— me miro fijamente a lo ojos para después depositar un beso en mi frente y alejarse, volteando a donde aparentemente estaba su mochila y sacar unas cuantas brochas de la misma—, debes de empezar a dormir bien o la piel se te maltratará y maquillarte será difícil en un futuro Take-chan— su voz era suave mintras corregía mis ojeras con cuidado, mirandome atentamente en todo momento.

Estamos muy cerca.

Supongo que todos hemos crecido, Mitsuya se veía siempre atractivo y con un brillante futuro por delante y un trágico y desagradable final, lo supe cuando en uno de los tantos pasados fui a su funelar y vi a sus dos hermanas llorando tan desamparadas en la entrada, recibiendo a todos los invitados, cuando me vieron, lo primero en hacer fue una reverencia y luego agradecerme por haber cuidado de su hermano durante tanto tiempo, aunque la realidad fue que el me cuido a mí, y luego, un ataúd vació, Takachi había muerto quemado y fue considerado demasiado grotesco para exponerlo a quienes mantenían una imagen pulcra y sofisticada de él.
Entonces no pude evitar observarlo un poco más, no importaba el futuro o la vida, Mitsuya siempre era tan brillante y sincero, una persona que no merecía estar envuelta en nada de esto.

Hasta MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora