Before The Universes

PARTE VI (las abuelas)

En la familia Pérez el aura se había tornado sombrío desde hace un tiempo atrás, se trataban entre sí como simples extraños que uno se encuentra a diario en alguna calle, además la felicidad que alguna vez transmitió la mal pintada casa, ahora sólo se basaba en una mala vibra, y era de más mencionar la lúgubre experiencia que era pasar tiempo con los tres residentes allí al mismo tiempo; por este motivo, Juan no había ido más a la casa de Dante, más bien, se veían bastante poco y nunca en la casa, pero lo suficiente (en la cabeza de Juan) como para tener una "relación común". El arrepentimiento de Dante cada vez se tornaba más evidente, pero sabía que no lo dejaría salir, ¿por qué? Porque su orgullo y las ganas de descubrir eso por lo que ahora se aferraba tanto eran mucho más grandes que el amor que dijo alguna vez tenerle a su familia.

Dante había inspeccionado cada esquina de la pequeña casa, buscaba y buscaba algo que le diera una respuesta, realmente no le importaba qué fuera, una carta, una pintura o un trozo de madera extraño, si le decía qué le había pasado a las abuelas realmente le bastaba.

Tenía suerte que era la conmemoración de la muerte de el bisabuelo Pérez, a la cual sus padres lógicamente asistieron. Tomás Pérez había migrado desde el Reino Unido, o como le decía él (en inglés, su idioma natal); United Kingdom. Éste reino estaba en una terrible crisis gracias a una guerra con uno de los reinos cercanos, un conflicto bastante grave considerando que era con unos de los imperios más grandes de toda Europa, exacto, España. Era parte de la milicia británica, según contaba su diario, viajaba en su barco para enfrentar a las tropas enemigas, pero él sabía que perderían, tenían el doble de tropas y mejor armamento, así que tomó la decisión de irse en unos de los barcos de emergencia antes de que ambos barcos se destrozaran frente a frente. flotó por días hasta llegar a tierra española, una tierra desolada en aquel entonces, y junto con algunas mujeres y hombres españoles habían fundado el pueblo principal. Lastimosamente los herederos de ese reconocimiento fueron los hijos que tuvo dentro de su matrimonio, pero, de igual manera, el abuelo de Dante y sus hermanos estaban orgullosos de lo que su padre había pasado hasta llegar a allí.

La muerte de su bisabuelo había sido un evento sumamente trágico para todo el pueblo, había sido uno de los únicos fundadores que aún estaba vivo para el momento, por lo que ya era casi un patrimonio cultural, aunque las personas no puedan serlo. Tan viejo estaba cuando murió que las personas ya creían que había muerto siquiera antes de que lo hubiera hecho, pero aun así, cuando en serio murió, todo el pueblo se reunió para lamentar esa triste muerte. Casi cien años después el dolor persistía, quizás no tan intenso como cuando estuvieron en un luto anual, pero igual de fresco como si hubiera sucedido ayer.

Dante no fue a la conmemoración, estaba algo enfermo, por lo que lo dejaron quedarse en casa sólo por esa vez, era raro que lo dejaran quedarse solo, en especial en esa fecha u otras similares, la familia Pérez respetaba mucho las tradiciones y el integrante de la familia que no siguiera ésto sería seriamente juzgado. Dante odiaba las fechas familiares.

Era conveniente que se quedara en casa, a pesar de que ya había revisado toda la casa, aún estaba la habitación de sus padres, a la cual no tenía acceso diariamente. Ellos odiaban que entraran a su cuarto, tal y como si fuera un santuario, o peor aún, como si ocultaran algo entre sus paredes.

Se decidió por entrar. La luz era tenue aún con las ventanas abiertas, el ocaso estaba comenzando a aparecer y, al haber sólo un medio de iluminación (la ventana), todo se veía de un color rojizo claro, bastante preciso para un dibujo que algún pintor famoso planearía hacer. Él comenzó a buscar alrededor de toda la habitación, no encontró mucho, alguna que otra pintura con la firma de su madre, quien era una excelente pintora, en ella, alguna que otra carta de sus tíos que vivían en Barcelona y no mucho más, la verdad.