━━ 𝟢𝟢𝟤: 𝗟𝗔 𝗩𝗢𝗭 𝗗𝗘 𝗦𝗨𝗦 𝗦𝗨𝗘𝗡̃𝗢𝗦

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𝓔l día siguiente a la llegada de los hermanos a Tokio, para Jun, fue extremadamente gris

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𝓔l día siguiente a la llegada de los hermanos a Tokio, para Jun, fue extremadamente gris. Intentó escribir en sus partituras, y al recrear las notas en su mente porque ésta era capaz de recordar como sonaba cada nota sin la ayuda de un piano, se percató de que era una melodía tremendamente melancólica y que transmitía su pena por haber dejado su vida atrás. Añoranza, quizás. Echar de menos el despertarse a la misma hora por el cantar del mismo pájaro tras su ventana, los gritos de Ryu al meterse en la ducha aún con el agua fría porque era un impaciente, el que Miya se paseara hasta su cuarto para hacerle compañía y, sobretodo, el ir a su tan preciado conservatorio como cada día desde que tenía memoria.

Añoraba su piano. Aquel viejo instrumento que aún resonaba como si fuera recién fabricado. Las cuerdas estaban tensadas, afinadas en el mejor punto posible. Ansioso porque Jun paseara las yemas de sus dedos por sus teclas de color marfil y carbón, creando así una de las tantas bellezas que ella era capaz de sacar de dentro suya. Jun sabía hacer arte, pero el piano era el único que sabía interpretarlo para que los demás lo apreciaran.

Por supuesto también echaba de menos a su viejo profesor, el señor Nakamura. Al principio, cuando le conoció siendo una niña, pensó que sería un abuelo que tenía malas pulgas; pero resultó ser todo lo contrario. Era un hombre que comprendía los sentimientos de Jun por la música, y con quien la chica se había tirado hablando horas y horas después de clase siempre del mismo tema porque a ambos les apasionaba. Mientras que Jun dejaba poco a poco de hablarse como siempre con su padre, comenzó a considerar al señor Nakamura como tal.

Jun despertó aquel día tras tener un bonito sueño. No lo recordaba a la perfección, pero tenía la buena sensación en el cuerpo de que aquello le había hecho feliz. Solamente se acordaba de una perfecta voz acompañando su melodía de piano. El tono grave de un hombre con una voz demasiado bella, con un timbre en la frecuencia indicada para crear una canción que podía transmitir algo que el señor Nakamura diría que es amor. Y con la intensidad adecuada para relajar a Jun; como si un ángel le estuviera cantando al oído la más bonita de las canciones.

—Tienes cara de tonta, ¿te pasa algo?

Jun miró mal a su hermano mayor cuando se le encontró por la mañana camino al baño con el propósito de lavarse el rostro y despejarse para comenzar el día.

—Solamente que me has hablado y me has fastidiado el día.

Auch.— Ryu colocó su mano derecha encima de su pecho, en el lado del corazón, simulando que había sido herido. —Eso ha dolido.

El más mayor de los tres hermanos salió de casa temprano porque iba a dejar su currículum en un par de locales con la esperanza de que le cogieran a trabajar en alguno. Aunque, sus abuelos le habían dicho ya que, viviendo con ellos Ryu podría tomarse las cosas con calma, intentara volver a estudiar en la universidad quizás. O, tomarse un tiempo sabático sin hacer nada porque Ryu solía excederse trabajando ya que era alguien muy empeñado en ser el mejor; ya fuera en cualquier sitio. Por eso, llegaba a ser el empleado del mes en cualquier trabajo que estuviera.

𝐅𝐈𝐑𝐒𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━━ 𝖨𝗆𝖺𝗎𝗌𝗁𝗂 𝖶𝖺𝗄𝖺𝗌𝖺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora