𝐅𝐈𝐑𝐒𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━━ 𝖨𝗆𝖺𝗎𝗌𝗁𝗂 𝖶𝖺𝗄𝖺𝗌𝖺

━━ 𝟢𝟢𝟥: 𝗟𝗔 𝗠𝗜𝗥𝗔𝗗𝗔 𝗗𝗘𝗟 𝗟𝗘𝗢𝗣𝗔𝗥𝗗𝗢

𝓛os padres de los hermanos Nishida no dieron señales de vida en todo el tiempo que llevaban sus hijos en una ciudad distinta. Jun se sintió abandonada, pero no lo iba a decir en voz alta porque no sabía que palabras debería de utilizar para expresar lo que su corazón sentía en ese justo momento. Era dolor, pero no el típico dolor de cuando te rompías un hueso. Era algo más mental, pero que de alguna manera, hacía que ella se sintiera la persona más adolorida; como si hubiera recibido una paliza. Jun no sabría expresar aquello, así que, tenía que hacerlo mediante la música. Si pudiera, recrearía una de sus tantas melodías melancólicas favoritas; porque sentía que aquello podría ser fácilmente la banda sonora de su vida últimamente: algo trágico.

En los oídos de Jun resuena una melodía de piano gracias al mp3 que le regaló Ryu en alguna Navidad, y trata de imaginarse que, delante suya, está su tan preciado piano. Mantiene sus ojos bien abiertos, y su mente fantasea con aquello; haciéndole ver delante las teclas marfiles y carbones del instrumento que le daba la vida, le robaba el aliento y le aceleraba el corazón. Alza sus manos entonces, y empieza a tocar el aire simulando que ella misma era quien entonaba la melodía que escuchaba.

Sus dedos se mueven con maestría a pesar de que estuviera tocando algo etéreo, pero en su mente, es capaz de tocar las teclas correctas en el momento indicado; y sus oídos confirman que lo está haciendo bien a pesar de que sea una melodía grabada. Pero, eso daba igual; porque Jun no se equivocaba a no ser que estuviera frustrada, tuviera un mal día o algo atascado en la cabeza que no le dejara pensar con claridad. Pero justo en aquel momento, estaba tan relajada como para poder hacerlo a la perfección y sin un solo error en los movimientos de sus manos.

—«¿Tú sabes lo que está haciendo esta loca?»— Preguntó Ryu a Miya mediante lenguaje de señas, cuando ambos hermanos abrieron la puerta de la habitación de le hermana mediana y se encontraron con que ésta les estaba dando la espalda y movía sus manos a toda velocidad.

—«Creo que está intentando ensayar para la audición. ¿Está sonando algo ahora?»— Ryu negó con su cabeza ante la pregunta de la más pequeña. —«¿Por qué no le dices que los abuelos le están preparando el piano de pared para que lo utilice?»

—«Me hace gracia verla así, dejémosla un rato».

Dicho y hecho, porque nadie avisó a Jun. Su abuela subió un tiempo después a la segunda planta del hogar, y se encontró con su nieta de aquella forma además de a sus dos nietos restantes observando a la primera mientras reían silenciosamente. Kaiyo les reprendió con un golpe en la cabeza a cada uno y después se dirigió hasta Jun para tocarle el hombro, haciendo que ésta se asustara por el repentino contacto que la sacó de la más profunda ilusión que su mente podría recrear.

—¿Ah? ¿Qué pasa?— inquirió la joven quitándose los auriculares con una mano, mientras que la otra la mantenía en su pecho palpando su pulso acelerado. —Me has asustado, abuela.