𝐅𝐈𝐑𝐒𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━━ 𝖨𝗆𝖺𝗎𝗌𝗁𝗂 𝖶𝖺𝗄𝖺𝗌𝖺

━━ 𝟢𝟣𝟥: 𝗟𝗔𝗧𝗜𝗗𝗢𝗦 𝗔𝗖𝗘𝗟𝗘𝗥𝗔𝗗𝗢𝗦

𝓙un acompañó al señor Nakamura, su antiguo profesor de conservatorio, hasta el aeropuerto días antes de que ella misma se fuera de vacaciones de Navidad junto a sus amigos. Había sido una bonita visita y también había hecho que Jun recordara cosas de su infancia. Juntos habían tocado una melodía cualquiera un día en el piano que tenía en casa, desencadenando en su memoria las clases que aquel hombre le había impartido desde que tenía uso de razón.

—Hacía muchos años que no viajaba en avión —confesó el hombre minutos antes de que fuera la hora de embarque—. Pero, ha merecido la pena este viaje.

—¿De verdad lo cree? —sonrió Jun— Tampoco ha sido una ocasión demasiado especial.

—Créeme, sí lo ha sido —aseguró él, sonriéndole de vuelta—. Pensé que una persona no podría cambiar en tan poco tiempo, pero tú, mi querida Jun... —le puso las manos en los hombros— Lo has hecho, y además, para mejor.

—Señor... —murmuró conmovida— Sigo siendo la misma Jun de siempre.

—No, ahora eres la Jun que quiere perder el miedo —ahora, rebuscó entre los bolsillos de su abrigo hasta dar con algo—. Toma esto.

—¿Un sobre? —preguntó ella confusa cuando lo tuvo en sus propias manos.

—Es una carta —aclaró el señor Nakamura—. Pero, tienes que prometerme algo, Jun —la joven levantó sus cejas, expectante—: no la leerás aún.

—Y... ¿Cuándo se supone que debo de leerla? —preguntó de nuevo claramente confundida, a lo que el anciano sonrió por última vez mientras la voz robótica de un altavoz anunciaba que era la hora de que él marchara.

—Lo sabrás llegado el momento —estrechó a la joven entre sus brazos—. Estoy muy orgulloso de ti, Jun. Jamás he tenido a una alumna como tú: tan talentosa y tan buena persona. Llegarás muy lejos, lo sé —ambos se miraron, Jun por su parte, con unas pequeñas lágrimas en los ojos porque no le gustaban las despedidas—. Cuídate mucho, disfruta de la vida y ama con fuerza, ¿vale?

—Vale —prometió ella, con un pequeño sollozo en su garganta.

Jun le abrazó de nuevo, el señor Nakamura recogió su equipaje del suelo y se marchó despidiéndose de la joven con su mano.

Días más tarde, Jun ya estaba preparada para el viaje en tren hacia el municipio de Kakunodate, donde pasaría ahí las vacaciones de Navidad junto a sus amigos. Sus abuelos habían dado el visto bueno a que se marchara unos días, y Miya aunque estaba triste, había deseado que se lo pasara bien siempre y cuando le trajera un souvenir. Ryu, obviamente, también se sumó a aquello de que le trajeran un recuerdo.

Cuando llegó el gran día del viaje, la joven Nishida se encontraba de los nervios porque siempre se emocionaba. Así que, la noche anterior, se la había pasado en casi en vela porque no pudo dormir a causa de esos mismos nervios; verificando su equipaje pensando si había metido suficiente ropa de abrigo. A eso de a las cuatro de la mañana, Nori le envió un mensaje diciéndola que no se preocupara, que él la dejaría ropa calentita si se le olvidaba algo; y por eso, pudo dormir unas cuantas horas hasta que le sonó el despertador.