Capítulo 9

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Entré en su mente, una vez más viendo y experimentando directamente lo que sucedía a su alrededor.
Estaba entrando de nuevo en el ático de la capilla, lo que confirmaba mis peores temores. Igual que la última vez, no encontró resistencia. Dios mío, pensé, podría el sacerdote ser peor protegiendo su capilla.
La puesta del sol iluminaba la colorida vidriera, enmarcando la silueta de Seokjin: estaba sentado en el asiento de ventana.

—Llegas tarde— le dijo. —Llevo un tiempo esperándote.

Tae se sentó en una de las sillas cojas, quitándole el polvo. —Pensé que estarías con la Directora Kirova.

Negó con la cabeza. —No fue para tanto. Solo me suspenderán una semana, eso fue todo. No es que fuese difícil escaparse— Hizo un gesto con la mano. —Como
puedes ver.

—Me sorprende que no te hayan castigado más tiempo.

Un rayo de luz iluminó sus ojos azul cristalino. —¿Decepcionado?

Él se veía impresionado. —¡Le prendiste fuego!

—No, no lo hice. ¿Viste alguna quemadura?

—Él estaba cubierto en llamas.

—Las tenía bajo control. Las mantuve lejos de él.

Ella suspiró. —No deberías haber hecho eso

Dejando su posición relajada, se sentó y se inclinó hacia él. —Lo hice por ti.

—¿Atacaste a alguien por mí?

—Por supuesto, se estaba metiendo contigo y con Rose. Él haciendo un buen trabajo en contra de él, supongo, pero pensé que podía necesitar algo de ayuda. Además, con eso también se callará cualquier cosa sobre el zorro.

—No deberías haberlo hecho— repitió, apartando la mirada. No sabía cómo sentirse acerca de esta "generosidad". —No actúes como si todo lo hubieses hecho por mi. Te gustó hacerlo. Una parte de ti quería, solamente por que sí.
La expresión de orgullo de Seokjin cayó, siendo sustituida por una de
sorpresa. Tae no sería adivino, pero tenía la increíble capacidad de leer a la gente.
Al verlo con la guardia baja, continuó. —Atacar a alguien con magia está prohibido, y ese es exactamente el motivo por el que querías hacerlo.
Realmente te entusiasmo hacerlo.

—Esas normas son estúpidas. Si usásemos la magia como arma en lugar de sólo para cosas estúpidas, los Strigois no matarían a tantos de nosotros.

—Estás equivocado— dijo con firmeza. —La Magia es un regalo. Es pacífica.

—Sólo porque ellos lo dicen. Estás repitiendo la misma línea de pensamiento con la cual nos han alimentado toda la vida— se levantó y paseo por el pequeño
espacio del ático. —Pero no siempre fue así, sabes. Acostumbrábamos a luchar
del lado de los guardianes, hace siglos. De repente, la gente comenzó a asustarse y se detuvieron. Pensando que era mas seguro ocultarse. Y olvidaron los hechizo de ataque.

—Entonces, ¿cómo lo sabes?

Le dio una torcida sonrisa. —No todos los olvidaron.

—¿Como tu familia? ¿Al igual que tus padres?

La sonrisa desapareció. —No sabes nada sobre mis padres— Su rostro se oscureció, su mirada se endureció. Para la mayoría de las
personas, se vería amenazador e intimidante, pero cuando Tae admiró y estudió sus facciones, de repente parecía muy, muy vulnerable.

—Tienes razón— admitió suavemente, después de un momento. —No lo sé. Lo
siento.

Por segunda vez en esta reunión, Seokjin parecía sorprendido.
Probablemente, nadie se disculpaba con el tan a menudo. Qué demonios, nadie le hablaba con frecuencia. Ciertamente, nadie lo escuchaba. Como siempre,
pronto reanudó su actitud arrogante.
—Olvídalo— bruscamente, dejó de caminar y se arrodillo delante de él para que pudiesen mirarse a los ojos. Al tenerlo tan cerca, retuvo el aliento. Una sonrisa peligrosa aparecido en su rostro. —Y realmente, no sé por qué tú, de
todas las personas, estás tan indignado de que haya usado magia, prohibida.

Academia de Vampiros (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora