Capitulo 16

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Al día siguiente comprendí cuánto habían cambiado las cosas desde los rumores propagados por Jesse y Ralf. Continué siendo fuente
ininterrumpida de risas y susurros para algunos, pero los prosélitos de Tae me brindaron acogida y algún que otro quite, y por encima de todo, me di cuenta de que nuestros compañeros de clase apenas me dedicaban ya atención. Esto fue plenamente cierto cuando una novedad distrajo el interés
de todos.

Tae y Baekhyun.

Al parecer, Mina se había enterado de lo de la fiesta y se había puesto hecha un basilisco cuando supo que Baek había acudido sin ella. Le había montado una buena al chico antes de darle un ultimátum: si quería estar con ella, no podía ir ni frecuentar al príncipe. Él había roto con ella esa mañana y había seguido adelante.

Ahora Tae y él se dejaban ver juntos a todas horas. No se separaban en el vestíbulo ni el comedor, siempre abrazados, riendo y charlando sin cesar. El nexo me revelaba un interés moderado por mucho que él le mirase como si fuera la criatura más fascinante del planeta. La mayor parte de aquello era puro teatro sin conocimiento de causa por parte de él, claro, que lo
contemplab como si fuera a levantarle un monumento de un instante a otro.

¿Y yo? Aquello me daba arcadas.
Sin embargo, mis sentimientos no eran nada en comparación con los de Mina. Se sentaba a almorzar en la mesa más lejana a la nuestra con la mirada puesta intencionadamente al frente y sin hacer caso a las palabras
de consuelo pronunciadas por sus amigos.

Habían aparecido sendas hin-chazones sonrosadas en los mofletes por lo general pálidos y tenía unas marcas rojas alrededor de los ojos. Cuando yo pasaba por su lado, no decía ninguna vileza ni me dirigía miradas burlonas ni me gastaba bromas con desdén.

Tae la había destruido tal y como ella había jurado hacer con
nosotros.
Sólo una persona se sentía peor que Mina: Seokjin.
A diferencia de Mina, él no mostraba escrúpulo alguno en estudiar a la feliz pareja ni en mostrar un odio manifiesto en el rostro. No se percató nadie
más que yo, como de costumbre.

Abandoné la mesa del almuerzo en cuanto vi a la pareja morrearse por
enésima vez y me dirigí en busca de la señora Carmack, la profesora de
Bases de control elemental, pues hacía tiempo que me había propuesto formularle una pregunta.

-Tú eres Jimin, ¿verdad?
Parecía sorprendida de verme, pero no enfadada ni contrariada por mi
presencia, a diferencia de la mitad de los profesores en los últimos
tiempos.

-Sí. Deseo hacer una pregunta sobre... eh... magia.
Enarcó una ceja. Ningún novicio da clases de magia.

-Claro. Dime, ¿qué deseas
saber?

-El otro día estuve escuchando la prédica del sacerdote sobre San Vladimir y...
¿Sabe usted en qué elemento se especializó? Me refiero a San VIadimir, no al cura, claro.

Ella frunció el ceño. -Resulta raro que no exista una referencia concreta a ese tema específico,
gozando de tanta popularidad todo lo concerniente a su persona. No estoy versada en ese campo, pero ninguna de las historias conocidas menciona algo que permita relacionarle con alguno de los elementos. O es así o nadie lo
consignó.

-¿Y qué me dice de sus curaciones? -inquirí, yendo más lejos. -¿Existe algún elemento que le hubiera permitido llevarlas a cabo?

-No, no que yo sepa -una pequeña sonrisa curvó los labios de la mujer. -Los creyentes te responderían que él realizó esos milagros gracias al poder de Dios
y no por ningún tipo de elemento mágico. Después de todo, todas las historias coinciden en una cosa: estaba lleno de espíritu.

-¿Es posible que no se hubiera especializado? La sonrisa de la profesora se desvaneció.

-¿Me estás preguntando por San VIadimir, Jimin? ¿O todo esto tiene que ver con Taehyung?

Academia de Vampiros (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora