𝐀𝐏𝐎𝐋𝐎𝐆𝐈𝐄𝐒 || ❝Supongo que se volvió un hábito para ella disculparse por cuestiones insignificantes y otras de las cuales no eran su culpa.❞
Natalie Rudd, ━ Red como le decían sus amigos, por su cabello rojo ━ una bruja privilegiada se muda...
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viven en Salem
CUANDO LA JOVEN BRUJA QUISO DARSE CUENTA, ERA LUNES Y DEBÍA ASISTIR A LOS ÚLTIMOS MESES del instituto como la nueva en Forks. La idea no le parecía atractiva en lo absoluto.
Supo que ese no iba a ser un buen día desde el momento en que despertó ansiosa teniendo que correr hacia al cuarto de baño para llegar a tiempo a vomitar y vaciar por completo el contenido de su estómago. Después de eso permaneció quince minutos sentada en el piso esperando que los temblores en su cuerpo pasaran y pudiera ponerse de pie nuevamente. Al levantarse, sus pies tocaron el frío suelo de madera y caminó silenciosamente al baño. Aprendió hace mucho tiempo a moverse sin hacer ruido. De inmediato se dio una ducha y más tarde consumió un desayuno ligero, rogando que su cuerpo le permitiera estudiar sin problemas.
Lorraine entró somnolienta al comedor en piyama y con los pelos rubios para todos lados. Murmuró un "buen día" mientras se sentaba en el rincón del desayuno.
Ya preparada, puso un plato de huevos, dos rebanadas de pan tostado y salchichas vegetarianas. Lorraine practicaba una dieta vegetariana con permitidos, pero Natalie, vegana desde hace mucho tiempo, se sintió mal al ver algo similar a la carne. Agradeció de que su madre respetara su sensibilidad. Ella solo podría tolerar ver los huevos o la leche de vaca.
Durante el ajetreo matutino de lavar sus cosas, la pelirroja tiró un plato al suelo. Se rompió en el momento en que golpeó el azulejo, dispersándose en un millón de pequeños pedazos. Saltó hacia atrás al oír el sonido y miró a su madre con los ojos muy abiertos y llenos de miedo.
━ Ma, lo siento, yo, yo solo...
Los ojos de Lorraine se abrieron de par en par.
━ Hija, está bien, los accidentes pasan. Es solo un plato. ━ tranquilizó Lorraine, agarrando el recogedor y la escoba.
Natalie se quedó parada allí, congelada como una estatua, mientras su madre barría el plato roto. Apenas lo había captado. Una vez terminado, depositó los fragmentos en el bote de basura y volvió a colocar el recogedor y la escoba en el rincón al que pertenecían. Lorraine se dio cuenta, y no solo por la energía en el ambiente, de que la pelirroja todavía estaba congelada, mirando al suelo, por lo que extendió la mano para ahuecar su mejilla. Natalie se estremeció ante su toque y comenzó a gimotear.
━ Realmente lo siento, siento haberlo dejado caer. ━ suplicó, con lágrimas en sus ojos océano.
━ Nat, cariño. No voy a hacerte daño. ━ prometió la mayor, cada vez más preocupada por su hija.
━ Lo siento. Lo siento. ━ continuó, moviendo la cabeza de un lado a otro.
━Está bien, cielo.
Era una escena triste, por decir lo poco. Natalie no paró de cuestionarse "¿Por qué hago todo mal para ellos?", aun cuando su madre no lo pensara. Era un mantra que se repetía una y otra vez porque era cierto incluso si no se sentía bien decirlo. La espina que Jonathan había clavado y estancado en el corazón de su hija para siempre era horrible. Él no era necesariamente un padre abusivo, él la mayor parte del tiempo solo no fue un sistema de apoyo en momentos donde Natalie sentía que se ahogaba más. Con una madre ausente por un año y un padre en constante choque, Natalie creció con la sensación de que los decepcionó todo el tiempo, como si hubiera algo malo en ella que no permitía crear o formar un lazo. Las peleas, los desacuerdos y la decepción eran su constante.
