𝐀𝐏𝐎𝐋𝐎𝐆𝐈𝐄𝐒 || ❝Supongo que se volvió un hábito para ella disculparse por cuestiones insignificantes y otras de las cuales no eran su culpa.❞
Natalie Rudd, ━ Red como le decían sus amigos, por su cabello rojo ━ una bruja privilegiada se muda...
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y destruye
SU OLOR ERA EXQUISITO. ROSALIE HALE PRÁCTICAMENTE QUEDÓ BOQUIABIERTA POR NATALIE RUDD. La pelirroja a su lado, tan despreocupada como cautelosa que parecía, era la joven más hermosa que había visto en su tiempo y eso que siempre se veía al espejo cada mañana.
No había dudas de que su sangre la llamaba. Rosalie podía sentir aquella conexión que la ataba con la rapidez de un segundo. Durante años había sentido un vacío en su corazón mientras trataba de formar una conexión con Edward o Emmett. No había sentido nada por el lector de mentes, pero había esperado poder llegar a sentir por el grandote lo que Esme sentía por Carlisle. Sin embargo, no fue así. Se deprimió por décadas, incluso cuando comenzó a creer que había alguien ahí fuera para ella. Alguien debía amarla. Había otro corazón atado a ella siempre tirando. Aunque siempre pensó en eso, nunca pensó que se volvería una idiota al conocerlo, o conocerla en este caso, ni mucho menos creyó que sería una humana.
La humana más hermosa que había visto.
━Hola, soy...
━El profesor Jefferson ya dijo tu nombre. ━ interrumpió la pelirroja con descaro y sutileza━. Rosalie Hale.
La rubia cerró la boca, desconcertada y algo ofendida.
Ciertamente la indiferencia de la joven hacia su belleza no se lo esperaba. Ni tampoco como la vampira disfrutó de ser nombrada bajo los labios de Natalie. Oh, qué quien sea se apiade pero ya se había quedado sin palabras. Echó un vistazo a la alta pelirroja y estaba segura de que si todavía fuera humana su corazón se aceleraría. Debían ser como aquellos sentimientos idiotas que Edward tenía por Bella. Rosalie parpadeó. Sabía que sus ojos se veían un poco violetas y estaban algo oscuros, mostrando que tenía sed. Iban tres semanas no se alimentaba de animales, por culpa de los trabajos de vigilancia por el andar en búsqueda de Victoria a los alrededores, y tenía que sufrir de esa sed y deseo. La tentación a veces era difícil.
La vampiro sintió detener su respiración falsa cuando la mortal la miró a los ojos, aquellos orbes azules y profundos como el océano que la traspasaron hasta quizás ver su falta de alma. Cayó intoxicada por el estado de la persona frente a ella, lo que provocó que olisqueara asqueada y apretara con fuerza sus manos en puños. La única forma en que podía describir el momento era como si hubiera escuchado que los perros callejeros se imprimirían. Nada importó para Rosalie más que ella, era su razón de vivir. Abrió ligeramente su boca, sus colmillos temblando si es que aquello era posible, ansiando su sangre de una forma completamente diferente a la que sufría con otras personas.
En el momento en que la mano de Natalie hizo contacto con la suya, Rosalie sintió como se ponía rígida bajo su toque. Estaba siendo tentada. Los sorprendidos ojos azules miraron de par en par a la vampira, quien de cierta forma se sintió descubierta.
