𝑰 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒀𝒐𝒖 𝑺𝒐/ 𝑬𝒓𝒆𝒎𝒊𝒌𝒂

Mi futuro

—"Déjame ir...".

—¡No! idiota ella te ama —dijo una azabache mientras veía una película de romance.

—Mikasa solo es una película, además, ella tiene que dejarlo él ya no la quiere —dijo su amiga castaña con un traste de papitas.

—Sasha, él la ama, pero tiene que alejarla para que ella sea feliz, pero ella solo es feliz con él a su lado —había una notoria cara de tristeza.

—¡Ay! Mejor vemos Masha y el oso, es mas divertido y no te tienes que preocupar por nada —dijo Sasha mientras tomaba el control de la televisión.

—Pero Sasha eso yo lo veo con mi sobrina, en todo caso pon miraculous —dijo queriendo agarrar una papa, pero era demasiado tarde. —Sasha, te dije que trajeras papas para comerlas... ¡LAS DOS!

—Solo ve por más, y de paso ¿me traes un agua de horchata? —dijo suplicante.

—No.

Mikasa bajó a la cocina y buscó en el almacén más papas fritas.
Estaba dispuesta a subir una vez que las encontró, pero sonó su teléfono.

—¿Bueno? — preguntó Mikasa ya que el teléfono no reconocía el número.

—Soy yo, Mika —dijo una voz masculina.

—Tio Kenny, ¿cómo está? — preguntó Mikasa reconociendo la voz de su tío.

—Muy bien Mikasa, tiene tiempo que no te veo ¿vas a entrar a la universidad?

Es verdad, este año Mikasa entraba a a la universidad. Nunca se detuvo a pensar que estudiaría o en que trabajaría en un futuro, sinceramente ella pensaba que no pasaría de los 17 años, digamos que Mikasa no es una persona muy optimista.
Cuando era niña sus amigos siempre decía las típicas cosas de cuando uno es niño como "Yo quiero ser maestra" o "Yo quiero ser doctora" pero Mika nunca pensó en eso. Cada que le preguntaban "¿Qué quieres ser de grande?" Mikasa respondía: "Quiero ser niña". Lo sé una respuesta muy rara pero eso quería ella.

Cuando Mikasa iba a cenas familiares siempre salía el tema de qué debería estudiar Mikasa "Ella debería ser abogada" decían unos, "Ella debe ser  contadora" ¿contadora? Que estrés.
Pero alguien siempre la salvaba de ese tipo de temas y era Kenny.

—Sí, pero sinceramente no sé que debería estudiar, nunca pensé llegar tan lejos —la risa nerviosa la delató.

—Es algo que se piensa con calma Mika, puedes tener un año sabático y pensar que quieres hacer —dijo Kenny aconsejándola.

—Tal vez, pero a mis papás no les gustará esa opción —dijo Mika pensando lo que dirían sus padres si hiciera eso.

—Todo a su tiempo Mika, es tu vida tú decides qué hacer o no —dijo Kenny apoyándola.

—Lo tomaré en cuenta tío, gracias —dijo Mika.

—Te hablo luego, tengo mucho trabajo, te quiero, cuidate — se despidió.

Ahí terminó la conversación.

(Pov Mikasa)

Subí al cuarto de Sasha y ahí estaba ella viendo Masha y el oso, no lo voy a admitir pero en ocasiones me divertía ese programa.

—¿Y mi agua de horchata? —preguntó Sasha confundida.

—Te dije que no te la traería —me senté en la cama y suspiré, pero en ese momento vi la hora—. Mierda, Sasha me tengo que ir es tarde y mi mamá se pondrá como loca —dije mientras agarraba mis cosas.

—Claro, me llamas cuando llegues —dijo Sasha, era una costumbre que siempre la llamara una vez que llegara a mi casa, para saber que llegué con bien a esta.

—Sí —dije dándole un abrazo y despidiéndome.

—Si necesitas algo llámame, sabes que no importa la hora —decía preocupada.

—Lo sé, gracias, te quiero —dije y salí de su casa.

(Narradora)

En el camino Mikasa estaba pensando en las palabras del tío Kenny sobre la opción que le dió.
Ella realmente no sabía que hacer, sus padres no son muy comprensivos que digamos y no les agradará la idea de un año sabático.

*Hace 12 años*

-Mikasa no puedes llevar eso a la escuela, todos se burlaran de ti —decía mi padre regañándome por usar un pantalón de colores.

—Pero papá me siento cómoda con esto — decía yo con confianza.

—No te mandas sola debes de hacerme caso —recuerdo como mi papá me jaló hasta mi cuarto y me hizo cambiarme de pantalón.

Lloré todo el camino a la escuela y los niños nunca notaron los estúpidos pantalones negros que me hizo llevar mi padre, incluso muchos llevaban ropa colores muy llamativa, todos parecían un arcoíris, llenos de alegría y felicidaded y yo... Una nube negra llena de desconfianza y soledad.