Reki es un trabajador responsable y dedicado, ansiaba que llegara el día del los anuncios de ascensos, pero aquel tan deseado sueño sería otorgado a un recién llegado canadiense.
Los tranquilos días en la oficina de la empresa SK8 comenzarán a albo...
Las días son agitados en Tokio, la rutina diaria de todos los trabajadores y estudiantes comenzan desde muy temprano, calles y transporte público repletos, gente somnolienta, agotada y estresadas dan vida a una pequeña ciudad muy poblada.
Y en aquella agitada ciudad vivía Kyan Reki, un trabajador ejemplar, graduado hace unos años de la universidad, sus calificaciones siempre fueron excelentes, al igual que sus recomendaciones.
Su alarma sonó a las seis de la mañana, aún con sus ojos cerrados comenzó a buscar su celular por toda la cama.
- ¡Aah! ¿Dónde está ese maldito celular? - abrió con dificultad sus ambarinos ojos y buscó el ruidoso aparato debajo de las sábanas.
Se levantó casi sin energía, apartando los rojizos mechones de cabello que caían ondeadamente sobre su frente y de modo automático caminó al baño para darse su ducha matutina. Mientras caía el agua sobre su cuerpo, repasaba las tareas que debía hacer aquel día.
Al salir de la ducha, prendió la televisión mientras se se secaba au cabello con la toalla. Informarse en las mañanas en Tokio era clave. Justamente en el noticiero, informaban un accidente en una de las principales líneas del tren de la cuidad nipona.
- ¡Genial! Retraso en la frecuencia de los trenes - dijo molesto - tendré que salir antes de tiempo.
Comenzó a buscar la ropa que tenía pensanda usar, Reki planificaba todo, incluso que conjunto usaría al día siguiente, mientras sacaba sus planchada camisas, encontró una camisa azul que no le pertenecía.
- Ese imbécil... Le dije que se llevara todas sus pertenecias - tomó la camisa con odio y en un intento arrebatado, se dirigió al basurero pero se detuvo al momento de llegar.
- ¿Por qué eres así Kyan Reki? No puedo tirarla así como si nada, mejor se la devuelvo.
Guardó la camisa de su ex novio en una bolsa y comenzó a vestirse.
- ¡Mierda! ¡Ya es tarde! No alcanzo a tomar desayuno... Me llevaré algo para el camino - comenzó a buscar en la cocina algo que lo salvará.
Encontró una pequeña barrita de cereal.
- Realmente debo pasar a comprar al supermercado, no tengo ni siquiera una fruta - dijo mientras guardaba la barrita en el bolso.
Salió de su apartamento, y corrió al ascensor.
La cultura japonesa es muy exigente, y no es bien visto que las personas coman en vía pública o en el transporte público, por lo que Reki mientras caminaba a la estación de trenes más cercana, iba sacando trozos pequeños de su barrita con disimulo y los comía rápidamente.
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Tal y cómo imagina, el andén de la estación estaba repleto, luchó con su vida por subir... Los vagones del tren iban llenos, lo pisaron más de una vez, una señora lo golpeó sin querer con una cartera y debido a un freno de emergencia, un señor cayó encima del brazo de Reki.
