Reki es un trabajador responsable y dedicado, ansiaba que llegara el día del los anuncios de ascensos, pero aquel tan deseado sueño sería otorgado a un recién llegado canadiense.
Los tranquilos días en la oficina de la empresa SK8 comenzarán a albo...
- Mamá, en serio no era necesario que me vinieras a acompañar al aeropuerto - decía Langa mientras caminaba buscando a Reki, seguido por Nanako.
- Quería despedir a mi bebé, no te veré por tres días y estarás a varios kilómetros de distancia, además quería ver a Reki nuevamente.
- Ya estoy nervioso por el hecho de que conoceré a la familia de Reki y tú me pones más nervioso aún, te lo suplico mamá, no vayas a decir nada inoportuno o revelador - pidió Langa - ¡Oh! Ahí está Reki... ¡REKI!
Reki estaba parado cerca del Check-In mirando hacia la multitud en búsqueda de Langa.
- ¡Langa! - respondió Reki mientras saludaba con su mano energéticamente.
- ¡Ay Dios! ¡Reki! Mírate luces tan guapo - Nanako abrazaba al pelirrojo, tan fuerte que podía asfixiarlo.
- También me alegra verla señora Hasegawa - respondió Reki a duras penas mientras intentaba respirar.
- ¡Mamá! Lo estás matando.
- Ten Reki, compré esta enorme caja de bombones para que le lleves de regalo a tu familia, inicialmente pensé en hornear galletas pero recordé que la resporteria y yo no somos compatibles jajaja - dijo Nanako avergonzada.
- Que lindo detalle, muchas gracias.
- Gracias a ti por invitar a mi hijo, si llega a comportarse mal solo avísame y a la vuelta lo castigaré.
- ¡Mamá basta! No soy un niño.
- Para mi siempre serás mi bebé - Nanako abrazaba ahora a Langa y besaba su frente.
- "Un llamado a todos los pasajeros del vuelo 114 con destino a Okinawa, favor acercarse a la puerta dos para comenzar con el embarque de pasajeros"
- Ese es nuestro vuelo, nos tenemos que ir Reki... Adiós mamá - dijo Langa aliviado de poder librarse de los besos de su madre.
- Avisame apenas llegues para quedarme tranquila, buen viaje chicos - se despedía Nanako mientras los chicos se dirigían al lugar indicado.
- Después de mucho tiempo, nuevamente a Okinawa... Que emoción - decía Reki mientras abordaba el avión.
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Langa había visto imágenes en Google de Okinawa pero ver aquella isla tropical en persona era genial.
- Es muy bello, mira el color del mar - decía Langa mientras miraba por la ventana del avión.
- ¿Verdad? Y espera a que vayamos a la playa, la temperatura del agua es exquisita.
Al llegar al aeropuerto, los esperaba Masae, quién al igual que su hijo, movía de manera energética los brazos.