POV Minho
Una gran puerta de madera se abrió y los guardias me lanzaron dentro. Mis piernas cedieron ante el inesperado empujón y caí al suelo. Una ira ardiente me inundó las venas. Cerré las manos en puños mientras me obligaba a levantar el torso del suelo. Probé la sangre en mi boca y me di cuenta de que me había mordido el labio mientras caía. Apenas lo sentí. Sentía entumecida cada maldecida parte de mí. Sentía como si no hubiese pasado tiempo antes de que los guardias viniesen a por mí otra vez.
Me había desmayado. Cuando había despertado, me estaban arrastrando de nuevo a este edificio.
Luché para ver frente a mí, mi cabello enmarañado cubría una parte de mi rostro. Un destello de color blanco me llamó la atención justo cuando la puerta detrás de mí se cerró de golpe. Sabía que los guardias me habían dejado, pero no estaba solo. Podía sentir que alguien más estaba conmigo.
Aparté el cabello a un lado. Di un respingo ante la luz brillante encima de mí, pero traté de centrarme en ese destello de color blanco. Después de cuatro parpadeos, la forma de una persona apareció a la vista... una persona que conocía tan bien como me conocía a mí mismo.
O al menos eso solía creer.
Sungkyu estaba sentado a algunos pasos al fondo de la habitación, con una sonrisa en el rostro. Tenía los brazos apoyados casualmente sobre las rodillas dobladas. Me dio un vuelco en el estómago. Había tenido la vana esperanza de que nuestro pueblo viese a través de su disfraz. Pero era casi como yo. Ahora, sentado frente a mí, con un pequeño destello de orgullo en los ojos, supe que también lo veía.
El plan de Sungkyu, había funcionado.
Sungkyu era el profeta Minho.
Alentado, dispuesto a renunciar a la voluntad de pelear, me apoyé sobre los brazos hasta que estuve sentado con la espalda recta. Respiré profundamente, con la energía agotada, pero nunca aparté la mirada de mi hermano.
Sus ojos duros, inflexibles nunca dejaron los míos.
Una confusa mezcla de emociones se hinchó dentro de mi pecho. Sungkyu era mi hermano, nacido en esta vida como yo. Fuimos hechos para ser los líderes de la Orden. Nos quitaron a nuestros padres cuando éramos jóvenes, demasiado jóvenes para recordarlos. Todo lo que tenemos es el uno al otro. Era mi sangre, mi mejor amigo... era mi hermano. Pero, ahora, mientras lo miraba, me sentí a mundos del hermano que guardaba en mi corazón. El hermano una vez tan cercano, se estaba alejando de mí. Sabía cómo detenerlo, solo... no podía.
ㅡSungkyu —llamó, su voz haciéndose eco en las gruesas paredes de piedra. A pesar de mi cansancio, alcé la cabeza.
Sungkyu.
Me había llamado Sungkyu. Su delirio era peor de lo que había temido.
Mi cuerpo vibró de ira ante el sonido de su nombre saliendo de su boca. Me lamí los labios secos y agrietados. Tragué saliva, solo para permitir un poco de líquido en mi garganta, y con voz áspera dije:
—Minho.
Los ojos oscuros de Sungkyu brillaron de furia. Solo me instó a seguir.
—Minho —repetí—. Me llamo... Minho.
Sungkyu dejó de sonreír y tensó el cuerpo.
Poco a poco me puse la mano sobre el pecho.
—Soy el profeta... no tú... no... Tú...
Las mejillas de Sungkyu se sonrojaron.
Dejé caer la mano, incapaz de mantenerla levantada. Sungkyu observó mi extremidad caer sin fuerzas a un costado. Palideció y se inclinó hacia delante. La tensión se engrosó mientras me miraba, la sensación del aire era demasiado caliente para respirar.
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El Hades de Lee Minho (2min)
FanfictionSolo a través de la sangre puede ser encontrada la más profunda redención. Él había nacido para ascender. Él estaba destinado a liderar. Él no se suponía que fracasara. Adaptación de la saga original "Hades Hangman". ㅡPrimer libro: El Hades de Seo...