Capítulo 7

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POV Lee Know

Una semana pasó. Un día de la marmota de golpes diarios por parte de los guardias discípulos... y sin señal de Sungkyu. La única luz era tener a Minnie a mi lado. Me sorprendía cuán rápidamente había llegado a necesitarlo, a desearlo. Su mano en la mía mientras hablábamos se convirtió en la única cosa que evitaba que me diera por vencido.

Cada día, Shinwon venía a mi habitación. No me habló de nuevo después de su confesión. Me lavaba según las instrucciones y cada día yo observaba mientras se alejaba cada día más del chico que una vez conocí. Observé con impotencia mientras se cerraba. Cada día, traía consigo nuevas contusiones. Y cada día se convertía en cada vez menos el vibrante chico que una vez había sido como el consorte de mi hermano.

El sonido de pasos en el pasillo me sacó del sueño. Me aparté de la pared, llenando el hueco con el ladrillo suelto de piedra. Siempre ponía el ladrillo en su lugar cuando los guardias venían por mí. Si pensaban que había estado hablando con Minnie, lo castigarían.

No dejaría que eso ocurriera.

Los guardias abrieron la puerta y entraron en mi celda. Había llegado al punto en que ni siquiera los miraba a los ojos cuando me llevaban. Ni siquiera miraba sus rostros mientras me levantaban. Tomamos el curso habitual, los guardias arrastrándome fuera mi celda, por los pasillos y hacia el camino. Una vez en el ahora familiar edificio, para mi sorpresa, fui llevado a la habitación donde había hablado con Sungkyu a principios de semana.

Los latidos de mi corazón se aceleraron cuando los guardias abrieron la puerta y me lanzaron hacia el centro del suelo, antes de salir de la habitación.

Escuché otra puerta abierta. Sabía quién la cruzaría. Apreté mis ojos, con mis manos cerrándose en puños sobre el suelo de piedra. Aspiré respiraciones lentas y controladas mientras trataba de hacer las paces con el hecho de que vería a mi hermano de nuevo. En cambio, un pozo se formó en mi estómago.

Era mi hermano, aun así, lo odiaba. Odiaba a mi única familia.

Imaginé el impresionante rostro de Minnie en mi mente. En los últimos días, algo se había desvanecido en él también. La luz que refulgía tan brillante se desvanecía a un tenue resplandor. Imaginé a Shinwon. Imaginé su rostro magullado, la devastación en su voz cuando confesó en lo que se había convertido su vida.

ㅡHermano. —La voz de Sungkyu se deslizó a través de la guerra en mi mente. Levanté mi cabeza para ver a Sungkyu delante de mí. Se paró como siempre lo hacía, vestido con una túnica blanca, perfectamente arreglado con su cabello suelto y ojos brillantes. Ni una puta preocupación en su retorcido mundo.

—Sungkyu.

Sus ojos se estrecharon con el uso de su nombre de nacimiento, pero se encogió de hombros y se agachó delante de mí.

—Veo que tu actitud es más de lo mismo, hermano.

—¿Qué esperabas?

El destello de tristeza en los ojos de Sungkyu me hizo sentir un desliz de tristeza.

—Esperaba que te arrepintieras para este momento. He estado esperando ansiosamente, expectantemente, porque los guardias de tu celda vinieran y me buscaran. Esperaba que a estas alturas me hubieras pedido que fuera por ti, que me dijeras que habías pensado todo y que deseabas estar a mi lado. Como debería ser. Todavía espero por ello.

Los ojos oscuros de Sungkyu imploraron que lo dijera, que pronunciara esas palabras y me uniera a él. Quería hacerlo. Me moría de ganas de no sentir este pozo de duda y asco en mi estómago. Quería tomar su rama de olivo y aceptar. Lo quería tanto, pero sólo...

El Hades de Lee Minho (2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora