Just Artemisa [James Potter]

Capitulo 10

Al día siguiente, Artemisa y los demás caminaban bajo el resplandeciente sol por un hermoso prado y pese a lo bello del día, todos estaban bastante serios. Acababan de escapar de unos mortífagos que los encontraron gracias a la maldición Tabú que fue activada por Apolo al decir el nombre de Voldemort. 

No podían aparecerse directamente en la casa de los Gaunt ya que no sabían si estaba siendo vigilada y no les quedaba otra más que caminar, acercarse lo más posible, analizar el área y atacar.

—New York...¡NEWWWWW YOOOOOOORK!

—¡Cállate, Canuto!—grito Remus golpeándolo en la cabeza.

—Hakuna Matata...una forma de ser...Hakuna Matata...nada que temer....¡SIN PREOCUPARSEEEE, ES COMOO HAY QUE VIVIIIIR! —cantaba Apolo y Artemisa lo golpeo.

—Cállense ya los dos. Se supone que no debemos llamar la atención.—dijo Artemisa con el ceño fruncido.

—Si, claro, como una chica con capa y capucha vestida de negro en un prado lleno de flores casi no resalta.—ironizó Sirius

—Vuelve a fastidiarme y te convertiré en un perro de por vida.—amenazó Artemisa.

—Como si pudieras.—dijo Sirius con una sonrisa de lado.

—Pruébame.—siseo fríamente.

—Era broma.—Sirius sonrió nervioso y Remus soltó una carcajada.

Continuaron caminando durante largo rato, algunas veces Sirius y Apolo cantaban alguna canción, otras Remus comentaba alguna anécdota de como el y sus amigos hacían bromas en el colegio, y Artemisa...ella solo andaba en silencio.

Cuando los últimos rayos de sol empezaron a desaparecer, Sirius y Remus contemplaron asombrados como la apariencia enfermiza que había adoptado Artemisa durante el día, mejoraba notablemente, incluido su humor, mientras que por otro lado, Apolo se notaba más débil y con peor humor.

En cuanto el sol se oculto, Apolo se colocó una capa con capucha idénticas a la de Artemisa, solo que de un color azul oscuro. Se coloco unos guantes negros y una bufanda, justo como Artemisa había estado viajando durante el día. 

—Ya, enserio...¿Qué son?—pregunto Sirius confundido.

Ninguno de los dos dijo nada. Artemisa se había quitado todo y solo estaba en su ropa normal, con la cara vista al cielo, disfrutando los rayos de la luna. Se notaba tan alegre que incluso pensaron que había cambiado de personalidad.

—Apolo, ¿Porqué te cubres?—pregunto Remus.

—Los rayos de la Luna me hacen lo que los rayos del Sol a Artemisa.—respondió Apolo.

—Dijiste que lo tuyo era una maldición de nacimiento—miro a Artemisa— ¿entonces si son hermanos?—pregunto Sirius.

Ninguno respondió.