capítulo 2

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Viktor golpeaba la mesa con su mano ya harto de los gritos, llevaban 1 maldita e insoportable hora gritandose, ni siquiera podía hablar o tratar de irse pues le gritaban un "¡siéntate!" Y el obedecía y seguía escuchando aquella mísera pelea.

Cobarde... —Viktor frunso el ceño, otra vez eso apretó los labios y se levanto.

—Buenas noches —termino su jugo y se fue bajo las miradas de sus progenitores para volver a su principal objetivo, seguir discutiendo.

Camino hasta su habitación, escuchando aun los gritos, rodó los ojos con disgusto, tan mal era un matrimonio?, jamás desearía vivirlo, Abrió la puerta cerrando detrás de él y se dirigió a su cama tirándose sin ningún cuidado, hundió su rostro en la almohada, metió su mano en la almohada y encontró su celular y audífonos se los colocó, desbloqueando su celular y darle reproducir, cerró sus ojos, dejando que la melodía lo hundiera, era mejor que escuchar gritos de un matrimonio más que pésimo.

Cerró sus ojos con cansancio, realmente lo necesitaba últimamente no podía dormir por culpa de su mente, cayó dormido en seguida.

Nada puede molestarte en sueños ¿verdad?

Los molestosos rayos del sol se colaban por su ventana y golpeaban su rostro haciendo que abriera sus ojos con el ceño fruncido, se sentó en la cama frotando su ojo con cuidado, quitando las sábanas de su cuerpo, estiró su cuerpo con pereza y se levanto dirigiéndose al baños para su aseo, al verse al espejo hizo una mueca de asco, odiaba su maldita cara y su maldito cuerpo, bajo sus ojos tenía leves marcas púrpuras por no dormir bien, Paso su mano por su rostro maldiciendo por lo bajo.

Termino de colocarse una camiseta negra y miro su tan amaba cama, deseo estar más tiempo dormido pero debía asistir a clases.

— Viktor —lo llamo su madre, el murmuro un "nos vemos" y salió de su habitación con su mochila y su sudadera.

— ¿uhmm? — hizo un sonidito de duda mientras bajaba las escaleras con pereza, miro a su madre quien apretó sus manos.

— No supe que desayuno hacer, así que hice pan francés y panqueques — dijo con una mueca en forma de sonrisa, Viktor asintió.

A los diez minutos madre y hijo desayunaban en un ambiente bastante incómodo, el poseedor de ojos azules soltó un bostezo, para tomar la taza de una manera anormal, bebiendo el líquido caliente, sonrió un poco, necesitaba café mucho café en su miserable vida, miro a los lados, con razón estaba todo callado, no noto la ausencia de su imbécil padre.

— Lance no bajará? — dijo para volver a dar un sorbo a su café, Su progenitora apretó los labios.

— Dijo que hoy iba desayunar en la oficina... y Viktor debería llamarlo padre — el mencionado alzó una ceja, confundido, para luego soltar una gran carcajada, llamarle padre a alguien que prácticamente pensaba más en sí mismo y en su maldito trabajo, vaya era gracioso.

Aclaro su garganta soltando una leve risita, se levanto de la mesa.

— Claro claro...—  volvió a reír, tomo sus cosas y puso sus audífonos y miro a su madre.

— Llamadarlo padre, eres graciosa, bay mamá — se despidió con una sonrisa, desapareciendo de la vista de su progenitora.

La mujer miro hacia un lado y miro la foto de ellos tres con una hermosa sonrisa, posando "una foto de una familia perfecta" claro...

El chico salio de su hogar soltando un suspiro, camino a la parada de autobús, porque negaba el hecho de subirse aun auto que fuera de Lance, llego su autobús y subió, y aquí vamos al manicomio de la L.S. su amada universidad, ¿notaron el sarcasmo?.

Un jodido día más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora