Capítulo 21

27 4 1
                                    

Los momentos valiosos son los que compartes con las personas que amas, era curiosa esa frase, nunca logré tener uno después de mi cumpleaños número 10, más mi vida daría un giro inesperado, ya han pasado casi 9 años desde ese maldito momento, conseguí forjar amistades, dime, señor ¿yo merezco algo así? . Mi vida se hizo horrible a tal punto donde trate de suicidarme, me duele, pero, dime,¿e̶l̶l̶o̶s̶ s̶o̶n̶ l̶o̶ s̶u̶f̶i̶c̶i̶e̶n̶t̶e̶ p̶a̶r̶a̶ p̶a̶g̶a̶r̶ e̶l̶ p̶r̶e̶c̶i̶o̶? Lo valían totalmente....

Nunca estaría preparado para perderlos...

Un estallido lo hizo abrir los ojos, frunso el ceño, al escuchar los gritos, no paso ni un puto mes o tal vez un poco si cuando, Lance y Miranda se volvieron a llevar como perros y gatos, con el más mínimo problema estallaba los dos, tomo asiento en su cama, soltando un suspiro, volviendo a escuchar algo estrellarse con la pared, seguramente era un jarrón o un simple vaso, estiro sus brazos con pereza, era muy temprano y para su sorpresa, hoy despertaron agresivos, muy agresivos, dirijio sus azulejos a la ventana de su habitación, colocandose los audífonos subiendo el volumen lo más que podía, no deseaba lidiar con sus padres, sabiendo que si aparecía en la cocina preguntando lo meterían a su pelea sin sentido, despeinó su cabello, era Domingo odiaba esos días con cada fragmento de su inútil existencia, era donde estaban ambos adultos y eso significaba, "hay un mínimo error y será tu culpa" se coloco una chaqueta no sin antes mirar la cicatriz de su brazos, se veía desagradable, la cubrió con su chaqueta, se coloco las botas, no sin antes mandar un par de mensajes a Helios y a Amm, soltó un suspiro tomando el picaporte y saliendo de su habitación.

Sus hirientes palabras se quedarán en mi pecho para toda la eternidad.

Tenía la ligera sospecha de que la pelea comenzó por culpa de su padre, quien llegó pasada de la media noche, no le interesaba en lo absoluto donde había estado o que mierda hizo, pero, cuando lo escucho llegar se encontraba despierto charlando con Helios por mensajes, escucho un par de murmullos y risas, eso le indicaba que su padre había bebido tal vez con la zorra rosa de Rosse o simplemente solo, recuerda haber escuchado como se abría la puerta de la habitación de invitados ya que estaba junto a su habitación y después varios ronquidos, tal vez era eso o simplemente su progenitora tenía ganas de un dosis diaria de pelea con Lance, soltó otro bostezo mirando varios vidrios en el piso, alzo su pierna, saltandolos para continuar su camino, llegó hasta la cocina escuchando un último grito y después a su madre salir con un rostro serio, lo miro pero siguió su camino sin saludarlo, siquiera, soltó un suspiro y se asomo dentro de la cocina.

— ¿Ya terminaron? — miro alrededor, varios cristales estaban esparcidos por el suelo, sonrió — Al parecer si ¿Quién ganó este round de pelea? — comento con burla mientras miraba a su progenitor que estaba parado recargado en la isla de la cocina con una taza en la mano y con la otra sobaba su cien.

— Viktor basta — hablo Lance con toda la calma del mundo, no deseaba desquitarse con su primogenito, más eso le dio al joven luz verde para continuar sus burlas, sonriendo de oreja a oreja abrió sus labios.

— Lance 0 - Miranda 1 — soltó una risa, Lance frunso el ceño, Viktor tomo su taza aún riendo, tomo la cafetera para servirse un poco de café, Lance miro a su hijo unos instantes, observando como tenía un rostro tranquilo,mirando lo acostumbrado que estaba, pero, sabía que estaba muy mal, le hacían mal esas estúpidas peleas que tenía con su esposa.

Un jodido día más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora