Capitulo 11

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Viktor observaba su mano, estaba sumamente perdido, no sabía en qué momento estaba dentro del auto del heterocromático ,quien solo tenía su atención centrada en la mano de Viktor quitando con toda la calma del mundo los pequeños fragmentos de vidrio de los nudillos del azabache quien de vez en cuando hacía muecas por el dolor de su mano, sinceramente no había pensando detenidamente el dolor que le causaría cuando quitará los vidrios.

Al terminar Helios tomo un poco de algodón para remojarlo un poco sobre agua oxigenada, miro a Viktor , quien asintió y giro su rostro el castaño nervioso paso el algodón por las heridas, con mucho cuidado tratando de causarle el menos dolor posible, escuchando los pequeños gruñidos que soltaba Viktor, al terminar depósito el algodón en la bolsa donde había comprado todo.

Tomo la venda entre sus dedos y comenzo a vendar la mano de Viktor quien solo observaba a Helios, termino de vendar su mano y alzó la mirada encontrándose con aquellos azulejos, esos ojos tan apagados se encontraban mirando los bicolores (negro y gris), Helios sonrió un poco y acaricio la mejilla de Viktor quien sintió una extraña calidez, cerro sus ojos tomando la mano de Helios quien abrazo al azabache con fuerza, el de tez pálida se aferró del heterocromático, se sentía cálido extrañamente dulce... Tan dulce...

Ojalá se congelará el tiempo ahí para siempre...

Helios colocaba benditas con algunos panditas, sonrió con dulzura a observar a Viktor de aquella dulce manera, mientras el Bloch, tenía las mejillas rosas se sentía avergonzado, no solo por las bobas benditas si no por que Helios se acercaba mucho a él y llevaba esa sonrisa y sobre todo hizo algo muy lindo por el.

— Helios...—aquella voz grave y suave hizo tener un pequeño rubor al mencionado quien miro al joven algo nervioso.

— ¿S-si Viktor? — no evito tartamudear un poco por su nerviosismo, el azabache sostuvo su mano.

— Gracias por lo que hiciste por mí, compraste todo esto — señaló todas las bolsas— Y yo no lo merezco...solo soy una molestia...—comento al recordar cuando estaba muy enfermo y su madre lo observaba incómoda y con molestia,el castaño tomo sus manos con cuidado de no lastimar su mano.

— No no, yo estoy encantando de ayudarte, no pienses que eres una molestia o que no lo mereces, eres mi amigo y para eso estamos, para apoyarnos, era simple dinero, me importa más el como te sientes que unos billetes, eres importante para mí Viktor, haré lo que sea para verte feliz — sonrió, Viktor sintió un sus mejillas levemente rojas.

Helios al percatarse de lo salió de su boca soltó una de las manos de Viktor y con las mejillas rojas cubrió su boca buscando disculparse por lo "atrevido que fue" Viktor parpadeo un par de veces y volvió a tomar la mano del castaño quien volteo a verlo aún con las mejillas rojas, el Bloch beso el torso de su mano, así fue como Helios se puso loquito.

Tras el mini colapso que tuvo Helios por el gento de Viktor y las mil veces que quiso volver a hablar y los gestos preocupados de Viktor, al fin pudo formular una palabra preguntándole al joven que si quería volver a casa, más el Bloch miro a otro lado con miedo, Helios le dio marcha al auto, el joven lo observó algo nervioso.

— Tranquilo Vik, iremos a mi casa, mañana te llevaré a la tuya y estare ahí para apoyarte — le sonrió para calmar al joven quien soltó un suspiro — por ahora debes calmarte y no preocuparte ¿si? —acaricio su mano Viktor lo observó y sonrió un poco.

Al llegar Helios abrió la puerta de su hogar con sumo cuidado dejando pasar a Viktor entro el castaño cerrando de nuevo colocando el seguro, ambos subieron ala habitación de Helios, dejo entrar al joven y el al último repitiendo lo mismo que cuando entraron, miro a Viktor y noto como el azabache se encontraba en calcetines y su camiseta tenía algo de sangre, su corazón se rompió por unos minutos más sacudió su cabeza, no era momento para ponerse sentimental y camino hacia su clóset buscando una pijama.

Un jodido día más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora