Capítulo 7

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               La mayoría de los personajes le pertenencen a Stephanie Meyer, algunos son de mi autoría                


        PASIÓN Y DUDAS

 

- Muy bien, entonces . . . gracias de nuevo,  . . . buenas noches. - dijo pero,  al despedirse en un gesto espontaneo, se acerco para besar la mejilla de Edward.

Él, al percibirlo, cerró los ojos con fuerza esperando sentir el ardor. . .  pero este. . . nunca llego.  Al notarlo mientras Isabella se retiraba, tiro de ella hacia su cuerpo a modo de experimentación.

-¡Suéltame!  ¿qué haces?, no tienes porque tocarme, el dolor. . .

- Ssshhhhh - dijo interrumpiéndola, mirándola fijamente a los ojos mientras que con una mano la atrapaba por la cintura manteniéndola pegada a su cuerpo  y con la otra recorría su cuello y su mejilla - nada, no siento nada.

Isabella lo miró con una mezcla de asombro y alivio.  Realmente era algo incómodo que una persona no pudiera ni siquiera rozarte porque le producías un dolor atroz y más aún, si esa persona era un hombre con las características de Edward.

- Eso es  una buena noticia, ¿verdad? - dijo mirándolo  a la cara mientras tímidamente levantaba su mano para tocarle el rostro.  Alli, encerrada entre los brazos fuertes que lo sostenían, supo que necesitaba tocarlo y saber que era real, que el dolor ya no estaba allí.  Recorrió lentamente  la línea que marcaba el nacimiento de ese cabello de color imposible, bajó por el pómulo y luego delineo la fuerte mandíbula para dejar que su caricia continuara hacia  el  cuello

El toque  era suave, el tacto tibio,  noto como Edward cerró los ojos y se dejó llevar, animada  por la intensa sensación que crecía en su interior, apoyo la palma de su mano sobre el pecho del muchacho en el lugar justo donde se encontraba su corazón.

Se vio de pronto suspendida en el aire, sujetada con fuerza, mientras la puerta de la habitación se cerraba a su espalda y un  par de labios deliciosos cubrían su boca repentinamente. 

La lengua de Edward presiono y ella abrió sus labios gustosa dándole la bienvenida, la conocida sensación de calor la tomo por sorpresa haciendo que profundizara el beso, tomándolo de la nuca para acercarlo lo más posible así misma.

Sus pezones se irguieron al instante mientras las manos de Edward no daban tregua a sus senos. 

- Dios ¡que me haces!, nunca, jamás he perdido el control con nadie -  dijo Edward al apartarse momentáneamente para tomar el escote de la túnica y con un movimiento seco desgarrar la fina tela.

Isabella se sintió arder mientras era observada en su total desnudez, no llevaba nada debajo de la prenda, recostó su espalda en forma lánguida sobre la fría pared y llevo sus manos a la cintura, acariciando su vientre de manera sexy. 

Se sentía audaz, provocadora, segura de sí misma, como nunca lo había estado  con Jacob ni con ningún otro hombre

- No sé qué me pasa contigo, no soy ese tipo de chicas- dijo ruda mientras quitaba de un  tirón la toalla que cubría a Edward y  ratificaba  sus palabras con un recorrido  por la anatomía que tenia frente a sí,  dándole  una mirada para nada inocente.

- ¿Te gusta lo que ves? - pregunto él con voz ronca

- Tanto como te imaginas - respondió ella mojándose los labios con la lengua provocándolo.

Los ojos de Edward se oscurecieron e  Isabella casi podría jurar que lo oyó gruñir mientras la empotraba contra la pared, sosteniendo con una mano sus muñecas sobre su cabeza y  tomando  con la otra sus caderas,  para posicionarse  en su centro.  Ella abrió  y subió sus piernas apoyándose  sobre la pelvis del chico para permitirle la entrada.

CUANDO NO TENGAS A NADIE CERCADonde viven las historias. Descúbrelo ahora