Capítulo 9

443 33 0
                                    

   La mayoría de los personajes le pertenencen a Stephanie Meyer, algunos son de mi autoría                                             


  ¿QUIÉN?


Se removió en la cama lánguidamente, las primeras  luces  del alba  le daban a la habitación un tenue tono ámbar que le encantaba tornándola más acogedora de lo que ya era. Sacó sus brazos fuera de las mantas para elongar su cuerpo todo lo que podía.  La noche había sido perfecta, unas horas de sueño reparador para despertarse luego al sentir la polla erecta de un Edward completamente dormido  sobre su trasero, pero que en sueños,  hacía de las suyas con su cuerpo. 

Se había girado entre sus brazos para poder tomar en sus manos al causante de la  interrupción de su descanso, lo envolvió en su puño  y comenzó a moverlo hacia arriba y abajo, sentía la piel tersa y suave, las venas sobresaliendo, la punta ligeramente húmeda; pasó su dedo pulgar sobre ésta barriendo el liquido pre seminal logrando que Edward emitiera un jadeo sordo,  mientras que con la otra mano,  tomaba sus testículos y jugaba con ellos.  Edward se giró quedando sobre su espalda dándole un total acceso a su cuerpo  con una sonrisa en su rostro, aunque mantenía los ojos cerrados.

 Isabella también sonrió.

- Muy bien, si así lo quieres-. susurró mientras dejaba besos húmedos sobre su cuello y comenzaba a bajar lentamente, pasando por el pecho, deteniéndose en su pezones y jugando con ellos, llegando al ombligo y descansando la punta de su lengua en la cavidad,  siguió con sus uñas el "camino feliz" para terminar frente a la polla que se alzaba orgullosa delante de ella. 

Se movió más abajo colocando su cuerpo entre  las piernas de Edward y cubrió con su boca el glande rodeándolo con la lengua para luego introducir toda la longitud lo más profundo que pudo, era grande así que tomó la base con una de sus manos y comenzó el movimiento, arriba y abajo, lentamente. Le gustaba el sexo oral, tanto recibirlo como darlo, jamás había sido una mojigata  así que no se amilanó ante lo que Edward le ofrecía.  Trato de relajar su garganta para llevarlo lo más profundo que podía, al tiempo que  levantaba la vista y observaba como Edward aun con los ojos cerrados fruncía el seño en una mueca de placer.

-¡Oh Dios, eres fantástica!- murmuró con la voz completamente ronca y cargada de deseo, mientras abría los ojos lentamente

Isabella aplanó su lengua y la pasó desde la base hacia la cima tal como si fuera un helado, para culminar succionando la punta y con una sonrisa sexy contestar:

- Lo sé- dijo humedeciendo sus  labios, lo que hizo que los ojos de  Edward al verla, se oscurecieran tremendamente-  yo también se jugar este juego señor presumido, ahora cállate y déjame trabajar.

-¡Rayos!- exclamó Edward al momento que  bajaba sus manos para enredarlas en el cabello de Bella, mientras ella volvía a introducir su polla en la boca - como tú digas cariño.

Succionó, lamió, mordió, rozó,  acarició y besó suavemente todo lo que tenia frente así, logrando escuchar gemidos que la ponían a mil, incrementó la velocidad al escuchar diferentes maldiciones salir de la boca del hombre en el cual se ocupaba.

- Cielos ya no aguanto más ven aquí, necesito tenerte - dijo Edward incorporándose para tomarla  de los hombros y ponerla contra su cuerpo.  Se  movió hasta que su pecho tocó la espalda de Isabella, llevó su boca al cuello de la chica para morderla suavemente y luego pasar la lengua encima, al   tiempo que, con una mano amasaba sus senos mientras que con la otra cubría su vulva y abría los labios buscando el clítoris  para presionarlo entre sus dedos.

CUANDO NO TENGAS A NADIE CERCADonde viven las historias. Descúbrelo ahora