Capítulo 3

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                         La mayoría de los personajes le pertenencen a Stephanie Meyer, algunos son de mi autoría             


      OTRA VEZ TÚ

 

Isabella guardó nerviosamente la sortija en el bolsillo de su chaqueta, no sabía que pensar sobre lo sucedido en el baño. . . porque había sucedido algo.

 Al llegar a la mesa y ante las palabras de sus amigas podía especular con  que todo había sido producto de mente cansada y su imaginación calenturienta                     - debía  que reconocer que el sexo le gustaba y  después de más de un mes sin él, lo extrañaba - pero ahora ante la  evidencia de la sortija en su mano simplemente no tenía idea de qué demonios había sido aquello.

Sintió sobre sí la mirada curiosa de sus amigas pero, ¿qué debía hacer?

Contarles todo y pasar como una loca,  o tal vez peor, aguantar las continuas tomaduras de pelo que sobrevendrían luego,  por andarse imaginando tremendo follón en el baño de una cafetería,  al cual, según Rosalie y Alice, ni si quiera había tenido tiempo de entrar .

Ante la perspectiva que se le presentaba, solo respondió quitándole importancia al asunto

- La debo haber tomado hoy y no me di cuenta, la tengo hace tiempo - mintió

- Pues yo nunca la había visto - dijo Rosalie - podría jurar que no tenías nada en la mano cuando llegamos aquí.

- Ay ya ¿que importa un tonto anillo?, vamos a apresurarnos, una fiesta nos espera niñaaaaaaass - dijo Alice tomando su bolso preparándose para salir.

- Si, mejor vámonos- se apresuro a sugerir Bella, deseaba salir de allí cuanto antes.

Tomaron sus bolsos y salieron, cada una con su mente en diferente lugar.   Alice no podía dejar de pensar en la noche de sexo desenfrenado que le esperaba con Jas, sabia como lo ponía ese conjunto de mini tanga y  por su mente comenzaron a desfilar imágenes que le mojaron las bragas, Rosalie por su parte, miraba a un lado y a otro temiendo ver aparecer en cualquier momento a la famosa camioneta que según ella las seguía a sol y a sombra y Bella por último, continuaba preguntándose si el "episodio" del baño se debía a que  estaba loca de atar o solo era producto de  un pico de stress debido cansancio.

Condujo casi como una autómata hasta la tienda de disfraces y con el pretexto del poco lugar para estacionarse logro que Alice y Rosalie bajaran por los trajes y poder tomarse unos momentos a solas mientras las esperaba parada en doble fila.  Noto detrás de ella un Toyota rojo  que no dejaba de tocar el claxon.  Isabella ajusto el espejo retrovisor y le hizo seña al conductor para que pasara, no tenia en el momento transito de frente, además la avenida era ancha, contaba con espacio suficiente para avanzar.  El conductor del auto continuo haciendo sonar la bocina.  Isabella volvió a hacerle señas y luego de unos momentos el coche al fin avanzó

-¡Niña idiota, la calle es para conducir no para mal estacionarse! -  le gritó el conductor al tiempo que le hacia una seña grotesca con el dedo.

- ¡Maldito megalómano! con tanta prisa vas, ojala tardes toda la noche en llegar - pensó Bella mirando fijamente la cajuela del auto con rabia, no soportaba la grosería, era algo que siempre la sacó de sus casillas. Sintió repentinamente ese calor que ya le era conocido, sus manos comenzaron a sudar y  de pronto notó como una de las cubiertas traseras del Toyota, literalmente reventaba delante de sus ojos.  El conductor realizo una maniobra para mantener el control del vehículo, terminando por estamparse frente a un banco de cemento que había sobre la acera.

CUANDO NO TENGAS A NADIE CERCADonde viven las historias. Descúbrelo ahora