🎃 - Capítulo O9

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— ¡Mierda! —se quejó cuando cayó al suelo, las rodillas le empezaron a doler— ¡¿Por qué no avisas que harás eso?!

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— ¡Mierda! —se quejó cuando cayó al suelo, las rodillas le empezaron a doler— ¡¿Por qué no avisas que harás eso?!

Pero solo escuchó la risilla de aquella niña, se levantó mientras miraba el alrededor, él conocía esa habitación— Estás en su habitación, ¿tú has estado muchas veces aquí? —no contestó a la pregunta, se había quedado mirando algunas hojas y cuadernos sobre el escritorio con algunos stickers de unicornio, que recordaba, había pegado junto al azabache— Oh, eso, él adelanta los trabajos de la escuela, algunas son notas de clases pasadas y la verdad es que no entiendo nada —decidió acercarse, sin tocar nada y solo leyendo cada palabra o número.

— No, Willy, no necesito que vengas a mi casa —escuchó como se abría la puerta del baño de la habitación, mirando al azabache salir con el teléfono en mano y se le notaba cansado— Puedo cuidarme solo, solo son dos semanas que mis padres no estarán, sé alimentarme.

Vió como se tiraba en su cama boca arriba, aún se le notaba cansado y fastidiado— A estado así desde su discusión, no trates de llamar su atención, estos solo son recuerdos —mencionó la niña.

— Él nunca me dijo que se quedaría solo por dos semanas...

— Estaban distanciados por su discusión, no era capaz de hablarte aún —y ahí apareció, al lado del castaño más alto que ella— Ellos viajaban mucho, ¿no es así?

— Negocio familiar, tienen negocios con empresas de otro país y Vege siempre se quedaba solo en casa, por algo es mucho más maduro que todos los demás. De entre todos, él sería el primero en ser independiente —no quitaba su mirada del azabache que en esos momentos hablaba aún por teléfono— Desde que nos hicimos amigos, yo lo llamaba a su puerta cuando sus padres no estaban. Se me hizo costumbre quedarme con él cada vez que ellos viajaban y así... él no tendría que estar solo —vió como el chico colgaba y dejaba su teléfono a un lado, para así solo quedarse a mirar el blanco techo, realmente le encantaría saber en qué pensaba y tratar de animarlo ahora— ¿Este es el pasado?

Ella negó, flotando hasta llegar a su altura— Estás viendo el presente Rubén, esto es lo de hace solo cuatro días —apretó los puños, el azabache lo estaba pasando mal y él no estaba junto a él durante esos días— ¿Sabes lo que debes hacer ahora?

Asintió y así miró a la pequeña niña— Quiero volver, quiero hablar con él, quiero decirle toda la verdad.

— Es un tontito —dijo con una leve sonrisa mientras veía como el castaño dejaba caer su cabeza sobre su escritorio

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— Es un tontito —dijo con una leve sonrisa mientras veía como el castaño dejaba caer su cabeza sobre su escritorio. Rió cuando lo vió sobarse la frente y haciendo un leve puchero.

Cuánto había extrañado verlo como siempre, haciendo pucheros si algo no salía como lo planeaba, riendo, viendo aquel brillo en esas orbes esmeraldas con cualquier cosa que se le venga a la mente. Extrañaba al Rubén que conoció hace años, el cual siempre lo acompañaba en sus días de soledad, el cual se ponía serio en alguna situación que lo ameritaba y luego sacaba risas por su personalidad tan divertida.

— ¿Realmente le quieres? —miró a la pequeña niña que apareció a su lado, la cual estaba flotando para estar a su altura.

Asintió con una sonrisa— Ya me oíste hace unos momentos, le dije todo lo que sentía, el porqué de mis acciones y el cual fue el comienzo de nuestra discusión —vió como aquel chico tecleaba en su celular rápidamente— Me sorprenden que haya hecho que algunos de nuestros amigos ocupen a otros para que él pueda hablarme. Ahora entiendo porqué Fargan y Willy no salían de la escuela.

— Vinieron aquí por algo Samuel —habló— Es momento de que ya solucionen todo, no deben dejar de ir una amistad así.

— Lo sé —suspiró— Pero temo que solo seamos eso, amigos. Él sigue sin responder a mi declaración después de todo, por algo hiciste que viéramos estos recuerdos, ¿no? —la miró, ella solo asintió— Amistad...

— En una relación debe haber amistad Samuel —no quitaba su mirada de la pequeña castaña— La pareja es como dos amigos, mejores amigos. Los cuales se entienden y se complementan con sus diferencias, ya sea en opiniones o gustos. Una relación no funciona si tú no vez a la otra persona como un amigo, aquel hombro en dónde apoyarte, quien siempre estará para tí en tus mejores y peores momentos, al igual que tú lo estarías para él —conectó su mirada bicolor con esas amatistas— Crecí en una familia sin amor, las apariencias eran primero y el amor no existía. Ví como sus ojos brillaban con aquella persona que era la más cercana, conociendo todos sus secretos. Era pequeña, pero no ingenua.

— ¿Tu nombre? —ella sonrió.

— Te lo diré cuando ambos resuelva su asunto —el asintió, comprendía el porqué la castaña no quería decir nada aún, era suficiente con lo que ya le había dicho— ¿Listo para hablar con él?

Asintió— Estoy listo.

Asintió— Estoy listo

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834 palabras—

Se os quiere <3

Se os quiere <3

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—Natssu🌠

|•| A very kind ghost |•| RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora