Ambos miraban a aquella pequeña niña, la cual solo pudo mirar el cuadro en aquel salón, el que era más grande. El azabache observo la imágen desgastada, notando como volvía a su forma original poco a poco.
— Me llamo Samantha —miraron a la pequeña— Samantha Rodríguez, yo habite esta casa junto a mis padres, mis mentirosos y cariñosos padres —sonrió sin gracia. Ambos estaban sorprendidos por como se refirió a sus dos progenitores— Éramos a la vista de todas las personas, una familia perfecta, era de esperarse ¿vieron lo grande que es esta casa? Si es que se le puede llamar así... —suspiró, mirando con una mueca y aquella imágen pareció volver a como era en un principio. Mostraba a una mujer de cabellos castaños, bastante bonita por sus facciones delicadas y como el vestido que llevaba parecía de una tela suave, era elegante. Luego vieron a un hombre, uno imponente a simple vista, pero si mirabas de cerca notaba la sonrisa que tenía en los labios, sus cabellos azabaches peinados hacia atrás y la ropa impecable.
— Tienes los ojos de ambos —ella asintió por lo dicho del chico castaño.
— Fue algo extraño en aquella época, pero mis padres me querían y era lo importante —volteó a mirarlos— Ellos me amaban, pero no se amaban mutuamente, algo que realmente debí esperar —jugó con la cinta de su vestido— peleaban frecuentemente, trataba de hacerme la desentendida a la mañana siguiente e ignorar el hecho de que mi padre había dormido en otro habitación. Trataba de estar feliz para que no se atormenten, quería verlos felices, enamorados... Así como eh visto a muchas parejas verse —los miró con una sonrisa, haciéndolos ruborizarse— Pero aquella noche un intruso entró a casa, lastimó a mi madre y me hirió de muerte —bajó la mirada, hacía tiempo que no recordaba los sucesos de aquel día en el que ya no volvió a ver a sus padres— Los ví tristes cuando yo no estaba junto a ellos, a los pocos días se fueron de casa y yo me quedé aquí... Completamente sola, pero con algunas personas que venían para saber porqué nadie habitaba está gran casa —volvió a mirarlos— Y así eh pasado años, viendo parejas unirse, amigos volviendo a reconciliarse y formando nuevas parejas —miró sus manos unidas por unos segundos.
Ambos se miraron, sonriendo leve y luego volviendo a mirar a la pequeña niña fantasma— ¿No sabes cómo reencontrarte con ellos? —preguntó el oji morado, ella asintió.
— Los extraño, pero no sé como irme, nisiquiera sé si ellos realmente esperan por mí.
— Es solo cuestión de que entiendas el porqué tus padres estaban unidos por tí —habló esta vez el castaño— Nosotros podemos venir cada vez al salir de la escuela, podemos ayudarte.
Sus ojitos brillaron— ¿Realmente lo harían?
El azabache asintió— Tus nos ayudaste a nosotros, queremos ayudarte también, sabemos a cuenta propia que no es nada bonito estar alejado de las personas que quieres —entrelazaron sus dedos.
La pequeña niña simplemente asintió, al fin tendría compañía y personas que demostraban tenerle afecto luego de ayudar. Ya no sentía aquel vacío en su alma.
— ¿En serio no puedo irme? —preguntó aquel castaño levantando la mirada.
— No —recibió su respuesta al unisono de todos sus amigos, solo suspiró cansado.
Todos estaban aún esperando alguna señal de vida de sus amigos, empezaba a anochecer y estaban preocupados, además de ya poder irse para buscarlos por su cuenta. Era raro que ninguno de los dos llamará o mandara algún mensaje. Al menos Rubius quién fue el que creó el plan para que le hable a Samuel.
Hasta que escucharon el sonido de una notificación de un albino, este sacó su teléfono para ver el mensaje— Es Samuel, dice que lamenta no haber esperado en la salida por Fargan y por mí.
Luego otro celular sonó, miraron al de lentes, este sacó rápidamente su celular para ver el mensaje— Es Rubius, dice que todo salió bien y que lamenta la demora en enviar un mensaje.
— ¡Ya dieron señal de vida, me largo! —tomó la mano del chico a su lado, para así salir rápidamente mientras el más bajo era prácticamente arrastrado.
Todos rieron por esa escena, sus amigos al menos ya estaban bien entre ellos. Ya no más conversaciones incómodas por sus peleas.
718 palabras—
Penúltimo capítulo :(
Se os quiere <3
—Natssu🌠
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|•| A very kind ghost |•| Rubegetta
FanfictionNunca pensaron que al estar peleados y que uno intentará llamar la atención del otro para hablar, los llevaría a aquella casa abandonada. Y menos que encontrarán un fantasma, quién sabía el secreto de ambos. -🎃- [👻] Especial por el mes de Octubre...