Habían pasado unos cuantos días más sin que alguno hablara con el otro, a sus amigos les empezaba a hartar todo eso ya que no querían seguir viendo como es que inventaban otra excusa tonta al tratar de juntarse todos. Hasta les daba ganas de encerrarlos en un salón para que dejen su tontería.
Pero Luzu se los impedía.
Pero el de orbes esmeralda al parecer quisiera eso, estar a solas con aquel azabache de orbes amatista que en esos momentos le sonreía con auténtica amabilidad a un chico de intercambio. Maldecía el hecho que el chico sea francés y el único en ese salón que sepa hablar el idioma sea con quién había discutido.
Su mala suerte aumentaba, más al ver como ambos sonreían, conocía el tono con el que hablaba el parisino, tanta así que ya veía un rubor en las mejillas del de ojos morados.
— Deberías levantarte, tomarle de la mano, sacarlo del aula a una zona más privada y ¡pedirle perdón! —interrumpió sus pensamientos uno de sus amigos, solo se ruborizó y miró a otra dirección por lo último que gritó.
— Joder, deja de gritar, coño —susurró mirándolo con el ceño fruncido, viendo así a sus otros amigos a su alrededor sentados— Además, yo no debería disculparme, debe ser él quien se disculpe y que deje de hablar con el nuevo —los demás sonrieron pícaros.
— Uy, alguien está celoso —habló para provocarlo el de lentes, haciendo que el castaño negará rápidamente.
— ¡Claro que no! ¡No estoy celoso! —negó rápidamente lo dicho por su amigos— Es solo mi amigo, es normal que pueda sentir celos... Digo, porque ahora estamos peleados y me da miedo que me cambie por alguien más. Es lo normal en los amigos, ¿verdad? —seguían sin cambiar sus sonrisas— ¿Verdad?....
— A alguien lo flechó triple siete —conturreó un pelirrojo apoyando su cabeza en el hombro del de lentes.
El castaño solo estaba en silencio mirando a cada uno, estaba jodido, ¿verdad?.
— No me puede gustar, no me puede gustar, no me puede gustar, no me puede gustar, no me puede gustar, no me puede gustar —repetía frente al gran espejo en el baño de la escuela, con las mejillas rojas y tratando de estar decidido de sus palabras. Pero, ¿cómo podría? Simplemente era demasiado difícil no lograr desviar sus pensamientos de Samuel De Luque, aquel chico azabache, de bellos ojos amatistas tan resaltantes, las lindas pecas en sus mejillas y el puente de su nariz, su linda sonrisa brillante y joder sus labios, esos labios rosas pálidos que le encantaban— Mierda, si me gusta —dijo mientras bufaba.
El simple hecho de gustarle su amigo era tan jodido porque eso significaba que fue demasiado obvio. Tanto que sus amigos se dieron cuenta y seguramente Samuel también....
Se puso rojo completamente, mientras giraba dándole la espalda al espejo y pasando sus manos por su rostro hasta sus cabellos castaños. Claro, ¿cómo era posible que no lo sepa yá con lo que había ocurrido?
Suspiró. No quería seguir distante del chico, extrañaba los momentos juntos, siempre haciéndolo enojar con sus comentarios, poniéndolo nervioso al coquetearle por hacer el bobeito, verlo concentrado en resolver algo de la tarea. Solo, quería volver a estar a su lado y tal vez, confirmar mucho más sus dudas.
— A tomar por culo el orgullo, debo hablarle.
555 palabras—
Se os quiere <3
—Natssu🌠
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|•| A very kind ghost |•| Rubegetta
FanficNunca pensaron que al estar peleados y que uno intentará llamar la atención del otro para hablar, los llevaría a aquella casa abandonada. Y menos que encontrarán un fantasma, quién sabía el secreto de ambos. -🎃- [👻] Especial por el mes de Octubre...