🎃 - Capítulo O2

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— ¿Siguen sin hablarse? —preguntó el de lentes, solo recibiendo un asentimiento de cabeza de su amigo

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— ¿Siguen sin hablarse? —preguntó el de lentes, solo recibiendo un asentimiento de cabeza de su amigo.

— Joder, realmente quiero que se amisten ya, no soportó las notificaciones de mensajes a las tres de la mañana en el grupo —dijo el de piercing dejando caer su cabeza sobre el hombro del castaño a su lado.

Este sonrió acariciando las hebras pelinegras de su pareja— Lo que Auron trata de decir, es que es mejor que trates de ir y pedirle disculpas, para que no sigan enojados.

— ¿Y por qué debería hacerlo yo? Debe ser él, fue él quien... —se detuvo en esos momentos, maldiciendo internamente por lo que casi soltaba— eh... Nada, olvídenlo —habló rápido mientras miraba el césped, como si fuera lo más interesante en esos momentos.

Sus tres amigos lo miraban curiosos, ¿qué era lo que su amigo no quería decir? ¿Por qué se ponía tan nervioso? Sin duda, eso solo hacía que su lado de viejas chismosas se active.

— Así que, nuevamente discutiste con Sam —todos voltearon a la dirección de aquella voz, viendo al pelinegro de orbes zafiro— Vamos a hablar seriamente, Rubén.

— Así que, nuevamente discutiste con Sam —todos voltearon a la dirección de aquella voz, viendo al pelinegro de orbes zafiro— Vamos a hablar seriamente, Rubén

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— Alex seguramente ya fue a decirle que se disculpe —dijo divertido el de orbes dorados.

El azabache suspiró, él quería evitar cualquier cosa que hicieran sus amigos, pero no podía detenerlos y no tenía las ganas de hacerlo. Se sentía cansado, demasiado a decir verdad.

— ¿Te sientes bien? —preguntó el albino preocupado, solo asintió quedito— ¿Has desayunado antes de venir a la escuela?

— Si... ¿Cuenta si solo es café? —ambos chicos negaron.

— Yo traje un emparedado de más, también puedes comerte la manzana que metió mi madre en mi mochila —sonrió negando divertido— Me ayudas a qué no me regañen en casa.

— Eres un tonto mentiroso Fargan, pero vale, solo porque tengo hambre —habló mientras el contrario le daba la manzana— Gracias.

— No hay de que, por cierto, a tu Romeo lo van a asesinar.

El azabache miró a la dirección donde miraba su amigo, viendo como su amigo pelinegro estaba con el ceño fruncido hablándole amenazante al castaño con el que había discutido. Suspiró, realmente no entendía como es que todos eran sus amigos, eran demasiado impulsivos.

Se ruborizó al recordar algo por aquella palabra, negando rápidamente. Pareciera que fuera automáticamente el recordar el suceso y eso lo hacía ponerse demasiado rojo. Pero solo sabía algo, Rubén Doblas era un tontito.

 Pero solo sabía algo, Rubén Doblas era un tontito

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400 palabras—

Se os quiere <3

Se os quiere <3

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—Natssu🌠

|•| A very kind ghost |•| RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora