HAIKYUU || one shots

Kuroo Tetsurou

―Te lo digo, el cabello corto es mucho más lindo y sobretodo práctico para las chicas ―argumentó Yaku, tal vez por quinta vez.

El capitán optó tan solo por quedarse callado ante su tonta discusión, sorprendiendo y fastidiando un poco al más bajo cuando no obtuvo respuesta alguna. Para él no había evidencia más concreta que lo hermoso que se veía el largo y liso cabello azabache de Nakamura Dana, ¿cómo siquiera cuestionarse si le gustaba más el cabello corto?

Claro, si llegaba a expresar eso en voz alta debía atenerse a ser llamado "simp" por los demás, o más probable terminaría siendo sermoneado... De nuevo.

―Tierra llamando a Kuroo. ―Sacudió la cabeza ante la voz risueña de Kai.

―Nakamura volvió a clases ―dijo sin más, consiguiendo que los otros dos chicos giraran hacia la puerta por donde la pequeña joven había aparecido.

Era casi impresionante el cambio tan drástico que una chica conseguía en un salón de clases con tan solo aparecer.

Estoica como siempre, su cabello negro impoluto cayendo por su espalda vistiendo una gran chaqueta y las medias negras que nunca la abandonaba. Una pequeña cruz negra justo debajo de su ojo derecho también llamaba la atención hacia su rostro tan pálido.

Sus ausencias ya no eran extrañas ni para sus compañeros ni para los profesores, tan solo habían tres opciones cada vez; Nakamura se había metido en una pelea, Nakamura se estaba recuperando de una pelea o Nakamura estaba en la estación de policía por una pelea.

―Lo que sea que estés pensando, olvídalo ―masculló el líbero mientras se dejaba caer en el respaldo de la silla, obteniendo la mirada irritada del pelinegro―. Literalmente estuvo dos semanas sin aparecer, ella en definitivo estaba detenida. Quizás mató a alguien.

―Deja tus estupideces, ella no es una asesina ―asegura con el ceño fruncido.

―No, solo es una pandillera y no creo que cuando se reúna con otras bandas solo vayan a tomar un helado ―dijo de forma burlona que, a pesar de lo serio del tema, hizo que Kai soltara una risita por lo bajo.

De no ser por el profesor entrando al salón, se veía avecinar una nueva discusión entre ambos amigos, resultando tan solo en una última gélida mirada de parte de Kuroo.

Estas disputas se hacían más comunes con el tiempo y, mientras el de hebras negras parecía prestarle menos atención cada vez, Yaku no hacía más que preocuparse por él y con muchas razones.

Nakamura Dana no era más que una delincuente juvenil a los ojos de los demás, pero no solo eso, ella se había hecho del liderazgo de una de las pandillas de chicas más numerosas de Tokyo. Era implacable sin importar que se enfrentara a una persona o a cincuenta, razón por la cual nadie en Nekoma se atrevía siquiera a acercarse a ella, ya ni los profesores se molestaban en llamarle la atención.