Oikawa Tooru

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Los rechinidos de los zapatos era lo único que se escuchaba en el gimnasio en medio de la práctica del equipo de voleibol, era un día de práctica como cualquier otro, o al menos así debería

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Los rechinidos de los zapatos era lo único que se escuchaba en el gimnasio en medio de la práctica del equipo de voleibol, era un día de práctica como cualquier otro, o al menos así debería.

— ¡Iwa-chan! —Ante el grito, el aludido hizo un remate perfecto, como siempre, a la colocación del castaño.

— ¡Buen trabajo, Oikawa! —Fue uno de los entrenadores quien felicitó al capitán por su tiro tan acertado.

Escuchando un fuerte aplauso del entrenador hizo que todo el equipo se detuviera y giraran solo para verlo hacer una seña para que se acercaran a él, haciendo que todos los chicos caminaran y se colocaran en semicírculo frente al hombre mientras bebían de sus botellas de agua.

—Como todos saben que hoy es San Valentín y sería muy agradable de mi parte si los dejara irse temprano para que asistan a todas esas citas a las que los invitaron —la última frase venía cargada de un gran tono de burla hacia los jugadores.

En especial el capitán se entusiasmó ante la posibilidad de salir pronto de la práctica y pasar el resto de la tarde junto a su querida novia, casi no había podido verla en lo que iba de la semana debido a las actividades que cada uno tenía en sus preparatorias por lo que estaban demasiado cansados como para viajar de un lugar a otro por tan solo poco menor de una hora cada día.

—Sin embargo eso solo pasará en sus sueños —Y con la rapidez con la que su ánimo subió, cayó empicada—. En dos días tenemos un partido contra los cuervos de Karasuno y aún tienen que aprender a neutralizar los ataques del número 10. Así que continúen, practicaremos bloqueos ahora.

Remate tras remate, los bloqueadores saltaban sin parar tratando de bloquear los intensos remates de Mad Dog e Iwaizumi en especial, todo con los gritos de indicaciones de parte del entrenador de fondo.

"¡Salten más alto!" "¡Los brazos más firmes!" "¡Más rápido!".

Unas horas después los jugadores se encontraban jadeando luego del intenso entrenamiento, teniendo solo una pequeña interrupción cuando la puerta del gimnasio fue abierta dejando pasar a dos chicas con el uniforme característico de la preparatoria de Nekoma. Una era Haru, la novia de Matsukawa y la otra...

— ¡Aiko-chan, amore mío! —Gritó el capitán logrando sacarle una risa a la aludida, enviándole un beso al no querer interrumpir su práctica— Sálvame, por favor.

Votando aire sonoramente el entrenador no tuvo más opción que intervenir—. Bien, bien, dejen el drama. Tienen 5 minutos de descanso.

En el instante que el hombre dijo eso, Oikawa salió corriendo hacia la banca donde se encontraba su novia atrapándola en un abrazo, alzándola mientras giraba con ella entre sus brazos.

— ¡Tooru, bájame! —Chilla ella mientras reía tratando de sostenerse de sus hombros.

Por un momento, viendo el rostro de su novia tan sonriente, creyó ver un ángel con un halo de luz detrás de ella, veía las palomas blancas volando alrededor de ambos. Estaba tan extremadamente enamorado de ella.

HAIKYUU || one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora