Un amor de Psicópatas

290 58 7
                                    

Cartas encontradas en la casa de Iruka:

Primera carta.- Aun recuerdo la soledad antes de conocerte, todos esos llantos que provenían de mí por la falta de un ser querido, fuiste la primera persona en tocarme y quitarme la inocencia, creo que tenía 7 años cuando lo hiciste, pero no te odio, porque me diste amor e hiciste lo posible para que no sintiera dolor

Segunda carta.- Estoy muy feliz porque por fin me dijiste tu nombre, es muy lindo, pero no entiendo porque está mal que te vean conmigo, yo disfruto lo que me haces y disfruto la atención que me das, ojalá algún día puedan entender que lo que haces por mí está bien.

Tercera carta.-  Al cumplir 12 años dejaste de venir, pero ya no me importa tu ausencia, ahora siento la mirada de otra persona y creo que me estoy enamorando de un desconocido, aunque estoy seguro que no es la misma sensación que sentía contigo.

Al encontrar estás cartas, pudimos deducir que Iruka efectivamente fue vi0lad0 a temprana edad, aunque nunca menciona el nombre del sujeto, no importa, porque según las cartas desapareció hace años y no dejó rastro.

Luego de que Iruka y Kakashi terminarán su cita, fueron a un parque, la verdad es que no sabían ni siquiera a dónde ir, pero les bastaba con la presencia del otro para ser felices, aunque estos se guardaban secretos que faltaban por descubrir.

— Kakashi... ¿Por qué te gustó? –pregunto de la nada el adorable moreno.

El nombrado solo lo miro de reojo y se formó una sonrisa en sus labios, esta pregunta no era difícil, ya que, el sabía perfectamente porque se había enamorado de Iruka, su Iruka Umino.

— Antes de conocerte no tenía a nadie, solo un señor que venía a veces a ver cómo estaba, no me gustaba salir, odiaba ver a todos felices a mí al rededor, pero de repente apareciste tú y lo cambiaste todo... eres mi única luz Iruka y no quiero que te apagues nunca.

Iruka al escuchar aquellas palabras de su pareja, se sorprendió, nunca antes le habían dicho algo así, se sentía feliz, se sentía... completo.

— Tú también me gustas Kakashi... aunque aún no se mucho de ti, se que siempre estarás para mí y nunca me dejaras.

Los dos se tomaron de las manos y se miraron por unos segundos ¿Acaso esto es la felicidad? Es lo que se cuestionaban los dos.

— Iruka... a veces siento que no soy lo suficiente para ti, pero te prometo que seré digno y que cuando llegue ese día, formaremos una familia y nos alejarnos de todo el mundo.

— No digas eso, para mí eres más que suficiente, yo te amo Kakashi y créeme cuando te digo que nunca te haría daño.

En ese momento, ambos se besaron e ignoraron todo lo que pasaba a su alrededor, era como si ellos dos estuvieran solo en este mundo, un mundo que los trato injustamente durante tantos años y que por fin estaban siendo recompensados.

Historial médico de Kakashi Hatake:

Al parecer Kakashi, padecía de la misma enfermedad que su papá, pero éste estaba medicado y siempre tomaba sus pastillas, aunque probablemente esto último sea falso, ya que en su casa hay cadáveres de animales descuartizados, lo raro aquí es que hay algunos cuerpos que son recientes... ¿A caso alguien más había matado esos animales?

— La gente ya no tiene vergüenza, que asco que dos hombres se estén besando en público –se quejo una señora indignada al ver cómo Iruka y Kakashi se besaban.

El moreno al escuchar eso, se separó rápidamente de Kakashi y se avergonzó, a pesar que estaba perdidamente enamorado de este, le importaba mucho lo que los demás pensaran, aunque probablemente eso le traiga problemas en su relación.

— Perdón Iruka, olvide que te importa la opinión de los demás, debí tener en cuenta lo que sentías, pero me distraje por el beso – se disculpó Kakashi al ver cómo Iruka lo apartó.

— No te disculpes Kakashi, somos pareja, además el que debería disculparme soy yo ¿Qué importa lo que piensen? Es mi vida, no la de ellos, que se j0dan.

Esto último dicho por el moreno, tomo de sorpresa a Kakashi, nunca antes había escuchado salir palabras groseras de la boca de Iruka, lo cual le provocó unas cuantas risas.

Mi lindo psicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora