ɪ ʟɪᴋᴇ ᴜ ☕︎ 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗚𝗶

★·.·'𝘋𝘰𝘭𝘰𝘳 𝘪𝘳𝘳𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢𝘣𝘭𝘦'·.·★

Entre un sollozo de decepción y de mucha impotencia, guardaba sus cosas en la maleta con la que pisó la casa por primera, la diferencia es que esta sería la última.

Lloraba, una y otra vez, de manera desesperada.

Sentía un gran vacío en él, se sentía más insuficiente aún.

Se sentía totalmente quebrado.

Como si una parte de él, se hubiera marchitado.

Al instante de salir por la puerta de color blanco, mira por última vez la foto que tenían juntos dónde estaban ellos, y sus amigos.

Dió un leve suspiro lleno de dolor, para abandonar el lugar.

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—Y, bueno, lamento todo lo que pasó y no haberte dicho, pero era mejor que te lo notaras tú. —comentó el pelinaranjo con una mueca de decepción al ver todo lo que estaba sucediendo.

Min solo se encontraba en un estado de shock, aún no podía creer lo que sus ojos vieron, y oídos escucharon; y sus ojos, que probablemente vuelvan a soltar lágrimas.

—No sé que decir o como reaccionar.

—No te preocupes, no debes de hacer nada. —con una leve caricia en el cabello del más bajo le regala una pequeña sonrisa.

—La verdad es que los ví en los baños, y es asqueroso recordar la imagen de que como esa chica se la estaba chupando. —suspiró.

—Lo siento, en serio. —esta vez sin pensarlo dos veces lo abrazó, mientras que el de tes pálida rompió en llanto.

—No fui lo suficiente para él. —dijo entre sollozos mientras apretaba la camisa del pelinaranjo.

—Siempre haz sido suficiente, él no lo vió en ti, eso es otra cosa. Es un imbécil, y se lo recordaré hasta que el día que muer por el daño que te hizo.

YoonGi negó con la cabeza sorbiendo su nariz.

—Es totalmente innecesario, él vivirá con eso en su conciencia.

A lo que el pelinaranjo suspiró y asintió, después de todo debía respetar todo lo que decía para no cagar la amistad entre ellos.

Pero no se quería quedar de brazos cruzados.

—Jimin. —salió de sus pensamientos para ver a un YoonGi mirándolo con aburrimiento. —llevo rato hablándote, ahora quiero estar sólo, ¿si?

—Si, lo siento. ¡Nos vemos, Gigi!

El pelinaranjo se retiró de la casa en busca de su querido amigo; TaeHyung.

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—¡Sabía que le iba a hacer daño! —Exclamó Hoseok.

—Que imbécil de su parte. —dijo el de piel canela con seriedad, estaba sorprendido, pero no quiso expresar. O más bien, no sabe hacerlo.

—Hoseok, ¿no fuiste con él a la fiesta donde conoció a Emily?

El pelinegro asintió.
—Jeon bailó con ella aquella noche e incluso bebieron demasiado y bueno, también hubo otras sustancias que prefiero no decir.

—Bien...—susurró Jimin quién se acomodó en el asiento.

—¿Que hacemos con ese imbécil? —cuestionó Hoseok.

—Golpearlo, que más. —contestó TaeHyung mientras jugaba con una pequeña pelota antiestrés.

—¡TaeHyung! —exclamaron ambos chicos.

—Bien, lo siento...—suspiró posando una mano en su frente, en señal de desilusión.
—¿Que tal quemarle los pezones?

—¡Basta! —exclamó el pelinaranjo.

—Ya sé, exponerlo. —comentó Hoseok mientras buscaba su celular.

—Esa idea me gusta. —Taehyung y Jimin dijeron al mismo tiempo.

Entre los tres se miraron y asintieron entre ellos para luego sonreír.

—Antes, compremos gomitas. —dijo TaeHyung colocándose un abrigo.

—No jodas. —se quejó Hoseok

—No, ahora no es momento.

—Agh. —chasqueó la lengua. —Bien, manos a la obra, idiotas. —comentó TaeHyung tronando sus dedos. —Nadie se mete con YoonGi.