ɪ ʟɪᴋᴇ ᴜ ☕︎ 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗚𝗶

:｡.｡𝘖𝘭𝘷𝘪𝘥𝘢𝘳𝘵𝘦 ｡.｡:

Min se encontraba encerrado en su habitación, sin ir a clases.

Ya había pasado un mes de lo sucedido.

Estaba ojeroso, no comía, sentía asco de sí mismo y de la propia comida.

Sacó el chip de su teléfono para no recibir llamadas, agradecía que no tenía familia para no tener que preocuparse.

Se levantó de la cama por primera vez después de un mes y se armó de valor para salir de la habitación.

Se sentía desorientado, se puede decir que hasta olvidó que estaba Nam en la casa, después de todo era la casa del nombrado.

—¿Min? —Se escuchó la voz del pelinaranjo cerca de él.

Debido a la repentina aparición de este, el de tes pálida pega un leve saltito por el susto.

—Imbécil, ¿que sucede?

—Nada, solo te extrañé. —suspiró sintiendo algo de nostalgia al verlo nuevamente mal. —Más bien, te extrañamos.

No hizo ninguna expresión, aún se sentía apagado.

Se retiró del pasillo en dirección al baño para tomar una ducha, quería hacerse un cambio de look o eso sentía él.

»Te ves horrible«

Otra vez esa voz en su cabeza comenzaba a hablar por sí misma mientras intentó verse al espejo.

Llevaba tiempo sin sentirse así, y volvió a caer en ese profundo hoyo.

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—¡El verde menta te quedaría genial! —exclamó Hoseok con cierta emoción.

—No lo creo. —susurró cabizbajo.

—Tomense su tiempo, mientras atenderé a otros clientes. —comentó la señorita de la peluquería, eran dos chicos totalmente indecisos.

—Bien, si te tiñes de ese color, yo me teñiré el color que digas. —susurró en el oído de YoonGi.

Este solo sonrió.

—Bien, trato hecho. —extendió su mano hacia el de cabello color canela. —Yo verde menta, y tú azul.

Abrió sus ojos con sorpresa al escuchar el color que se iba a teñir, imaginaba otros colores como negro, rojo pero nunca azul.
—Está bien...—susurró.

—¿Estás asustado? te verás bien.—dijo Min regalandole una pequeña sonrisa, en respuesta del otro se ruborizó un poco ante el lindo cumplido.

—Gracias, ahora a esperar. —dijo con algo de nerviosismo mientras tronaba sus dedos.

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Entraron a la casa de Nam, ambos se sentían algo raros al verse con esos colores.

—Wow. —dijo TaeHyung acercándose a YoonGi. —comestible. —susurró.

—No lo toques. —dijo Hoseok algo celoso.

—Bien, lo siento. —soltó un suspiro pesado. —¿Y el alcohol?

Ambos chicos peliteñidos levantan ambas manos con bolsas, dentro de ellas había muchas botellas que posiblemente vomiten en unas horas.

—Aquí están. —Los tres se dirigen a la sala de estar para colocar las botellas y vasos en la mesa de centro, para luego sentarse.

Pasaron dos horas, y los tres chicos estaban completamente ebrios y colorados por el efecto del alcohol.