-Amor por flores- Yaoi Sebasciel. (SIN ACABAR, FINALIZADA)

Capítulo 1.

Soy Ciel, si, el cabeza de la familia Phantomhive y heredero de la famosa compañía de juguetes Phantom; y en estos momentos me encuentro corriendo a toda prisa hacia el restaurante "El charro negro" donde había quedado con mi prometida obligada Elisabeth. Sí, y digo oblogada porque mi tía se empeñó con que me casara con ella por un fabor que mi tía le debía al padre de Elisabeth. Ahora os preguntareis el por qué mi tía y no mis padres, pues bien, mis padres murieron por un accidente de coche cuando yo sólo tenía 8 años, y, desde entonces vivo con mi tía.
En frente del restaurante había una floristería. Pensé que como a Elisabeth le gustan las flores, si le compro un ramo no se enfadaría conmigo por llegar tarde a nuestra cita.
Entré a la floristería y no ví a nadie, pensé que el floristero estaría en el almacén o en el baño asi que me acerqué al mostrador.
¿Hola? -pregunté mirando de un lado a otro.
Buenos días -Derrepente salió un hombre de unos 1'85m de alto, pelo negro un poco largo, los ojos de color carmesí. Iba vestido con una camisa roja a cuadros blancos con las mangas remangadas y los tres primeros botones desabrochados, unos vaqueros y un delantal de cintura para abajo de color verde claro con un carnet en el que ponía su nombre "Sebastian Michaelis".
Buenos días -Respondí- quisiera un buen ramo de rosas rojas.
El floristero se quedó mirandome- ahora mismo- respondió a los pocos segundos. Cogió las rosas mas frescas de la tienda y me las juntó todas en un bonito lazo dorado. Cogí el ramo, pagué los 10$ que costaban y me fuí corriendo al restaurante.
Nada mas entrar se oían los espantosos gritos de Elisabeth pronunciando mi nombre desde una mesa al lado de la pared transparente. La abracé por detrás y le dí el ramo con flores a la vez que le susurraba -para tí, my lady.
Empezó a gritar como una gata en celo y me agarró del cuello dandome un fuerte abrazo.
Después de varios minutos intentandomela quitar de encima, nos sentamos ya con el menú del día puesto en la mesa y un buen vino italiano.
*Narra Sebastian*

Después de toda una mañana sin clientes ordenando el almacén lleno de arñas y ratas, oí que la puerta chirriaba. La ignoré ya que se podía tratar el viento pero oí que un cliente me buscaba al no encontrarme donde debería estar. Salí del almacén lo más rápido posible y entonces lo ví, un chico no muy alto, pelo y ojos azules, piel pálida. Iba vestido con un polo gris a cuadros azules oscuros, unos shorts hasta el muslo, las medias hasta la rodilla y unos zapatos negros. Me enamoré a primera vista.
Me pidió un ramo de rosas, obviamente y aunque no me lo dijera, para su novia. Me entristeció el que estubiese novia, pero al salir de la floristería, ví que se dirigía al restaurante donde yo trabajo entre semana y eso me dió una idea. Me hizo recordar ver a ese chico con una chica rubia de pelo rizado sentados en la misma mesa todos los dias comiendo. Me dió una oportunidad para conocer mejor a ese chico.