Capítulo 3 -Fiesta.

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Me fuí de casa de Luke sobre las 19:15 para ir directo a mi casa, pero una llamada cambió mis planes.

¡Ciel! -gritó una voz conocida al otro lado del teléfono.

¿quién eres? -pregunté con miedo.

Se oyó un fuerte suspiro-ya veo que no tienes mi nuevo número... soy Finny. -rió-

¡Finny! -grité al saber que era el. Hacia unos dos años que no sabia si estaba vivo o tirado en una cuneta por las calles de parís.

-pegó una carcajada- ¿qué tal te va? Hacia mucho que no hablaba contigo.

Eso debería preguntarte yo, ¿que haces por aqui?

-pegó otro fuerte suspiro y derrepente le cambió el tono de voz- ya te contaré -dijo triste- ¡Pero ahora no es tiempo de ponerse cursi ni triste! Espero que me tengas una sorpresa preparada.

-me quedé unos segundos pensando- una... ¿sorpresa?

¡claro! Espero que no te hayas olvidado...

¡claro que no! Etto... voy a seguir preparando tu sorpresa, adiós -colgué sin dejar que se despidiera. Me quedé pensativo para recordar el qué no debia haber olvidado. -¡MIERDA SU CUMPLEAÑOS! -grité desesperado mientras andaba de un lado para otro. Entonces se me ocurrió una idea. Me acordé que en mi casa tenía bebidas, comida y bolsas de patatas; decidí hacer una fiesta.
Comencé a llamar a todo el mundo, a mi amigo Alois, a Luke, a mi amigo Adrian, a mi mejor amiga Anna, a Agni, a Rubén y a Filli. Miré las llamadas una y otra vez para ver a quien podía invitar más, entonces me acordé de Sebastian. -bien, lo invitaré a el también.-pensé.
La fiesta empezaba a las 20:30, faltaban 30 minutos para que viniesen todos y ya tenía preparado todo, bebidas, alcohol, música, comida... me faltaba algo pero no sabia el qué, asi que decidí seguir poniendo todo en orden, apagar las luces y poner la música. Sonó el timbre, eran Alois y Anna. Alois era mi amigo de infancia, es bajito, rubio de ojos azules, iba vestido con una camiseta de pico gris y sus pantalones vaqueros cortos. Anna es mi mejor amiga, tiene dos años menos que yo (18), la tengo como hermana menor. Tiene el pelo azul teñido rizado, los ojos verdes, es alta y delgada. Iba vestida con una camisa azul a cuadros blancos, sus vaqueros de chico cortos y unas deportivas. Ella no es muy femenina, pero es una gran persona.
Al poco rato vinieron Luke, Filli y Rubén, ellos se fueron ya al alcohol. Después vinieron Adrian y Agni. Adrian tiene 29 años, es enterrador. Tiene el pelo largo y gris junto con un gran flequillo que le tapaba sus verdosos ojos, era alto y delgado. A primera vista daba miedo por sus 9 pendientes y su siniestra risa, pero es buena gente. Por último vino Sebastian, me llamó mucho la atención, iba vestido con una camiseta de pico blanca y negra, unos vaqueros cortos y una chaquetilla negra. No soy gay ni nada, pero me llamó la atención.
Todos estaban, no faltaba nadie, excepto Finny. Llamé a Finny para que acudiese a mi casa mientras los demas se escondían para darle una sorpresa. A dos diez minutos, Finny entro a mi casa,le dejé la puerta abierta, y todos saltamos saliendo de detras del sofá gritando ¡Felicidades!. Por su rostro, le gustó bastante aunque no conocía a la mitad de personas que estaban allí pero el lo disfrutó igual.
En mitad de la fiesta, vi que Filli y Rubén estaban solos sentados al otro lado del salón, decidí acercarme.

Hey, ¿qué haceis aqui solos?

Esque...-intentó explicarme Rubén, pero Filli lo interrumpió.

Nos llaman la atención dos chicos, a Rubén ese chico rubio al que le hemos dado una sorpresa y a mi ese de pelo gris.

-me quedé sorprendido y me eché a reir- bien, veo lo que me intentas decir, ahora os presento -cogí del brazo a Rubén y lo llevé con Finny y los presenté, y a Filli la llevé con Adrian y los presenté. Por lo que ví se cayeron bien y estubieron hablando un buen rato.
Estuve hablando con sebastian y Agni, entonces, me acordé de lo que me había olvidado antes de la fiesta, su regalo de cumpleaños. Me eché las manos a la cabeza desesperado, ya eran más de las once y todas las tiendas estaban cerradas.

¿que ocurre Ciel? -preguntó Sebastian.

Se me olvidó el regalo de Finny -andaba desesperado de un lado a otro.

Relajate -se puso pensativo- veamos...-empezó a nombrar varias cosas.

Sebastian, las tiendas estan cerradas -me puse aún más nervioso y andé de un lado para otro más rápido.

Ciel, para de andar, así no puedes pensar con claridad.

-me pusé más nervioso aún y derrepenté me paré en seco cuando noté unos húmedos labios tocar los mios, eran los de Sebastian. Me quedé en shock.

¿ves? Cálmate, si estás quieto pensarás mejor.

Me quedé quieto sin poder reaccionar, intentaba hablar pero no podía. Era extraño, me sentía extraño, ese beso no fué uno largo, pero fué profundo y tierno. Así es Sebastian, profundo y tierno. Me acordé que una tienda a quince minutos de mi casa cerraba a las doce, asi que me daba tiempo a ir y comprarle algo.

Creo que hay una tienda abierta a quince minutos de aquí -le dije a Sebastian.

Te acompaño. -dijo poniendose el abrigo.

No hace falta -dije confuso- ya voy yo solo.

¿con los borrachos que hay por ahí y tu siendo así de hermoso piensas que te voy a dejar solo? Ni en sueños.
No intenté convencerlo, le dejé venir conmigo y el conducía. Por el camino, me quedé pensando en el beso, sabia que no habia sentimientos en ese beso, pero yo sentí algo, y no era asco. Sebastian me miró y se dió cuenta de mis mejillas sonrojadas y echó una risa.

¿de qué te ries paleto?

Estás como un tomate desde que te he dado el beso. -siguió riendose.

¿yo? No, es del calor -excusé.

Si, ya claro.
Sebastian paró en un descampado sin haber llegado a la tienda y me miró.

¿qué haces? -pregunté con miedo.

Ese beso, que quede claro, fué con sentimientos. -siguió mirandome a los ojos.

¿qué? -dije confuso- ¿a qué te refieres?

A ver nene, me gustas, desde el primer momento que te ví en la floristería, me encanta tu piel pálida, tus ojos azules y tu cabello. Cuando te conocí, me gustastes más, y me alegré de poder  ser tu amigo. Sé que estas prometido, pero me gustaría que lo supieses.

-me quedé el shock, no me lo esperaba. Derrepente noté como mi corazón se salía del pecho y mis mejillas se pusieron coloradas.- Elisabeth...yo no la quiero, pero me tengo que casar con ella. La verdad, esque cuando me has dado el beso, sentí algo. No se el qué, pero lo sentí.

-me miró con ternura, me cogió de la barbilla y se acercó a mis labios para luego susurrarme- comprobemos de nuevo ese sentimiento. -y me besó.

-Amor por flores- Yaoi Sebasciel. (SIN ACABAR, FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora