Chapter Eight

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JungKook se sentía tranquilo y relajado ese día

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JungKook se sentía tranquilo y relajado ese día. Se había levantado de ánimo y, como hacía usualmente, realizó una ronda de ejercicio pesado que provocaba que sus músculos se relajaran al culminarlo. Una ducha caliente y un buen desayuno fue más que suficiente para irse a su oficina de trabajo.

Estaba bien peinado y su traje planchado e impecable junto a sus zapatos perfectamente lustrados. En definitiva se sentía mucho mejor que el día anterior en donde se había encontrado con Kim y su inquebrantable barrera de seguridad y coquetería. Entendió que quizá molestarse por aquello había sido una actitud tan estúpida, pero en ese momento no haber recibido una respuesta a su gusto, lo irritó. Kim TaeHyung lo irritaba.

Era completamente hermoso. Un sedoso cabello de un castaño claro, un rostro tallado por dioses y un cuerpo de infarto. La forma en la que sus prendas se ajustaban a su cuerpo y en el momento exacto en el que se sacaba su saco; esa camisa de vestir blanca dentro de sus pantalones un tanto apretados era digno de babear por él.

El hombre tenía una silueta perfecta para JungKook y no dudaría en pensar comérselo. Parecía tan angelical pero tan caliente como el infierno. Todo hasta que abría la boca y enseguida lo hacía rodar los ojos en molestia. No por su voz, que el menor pensaba que se oía exquisita cada vez que decía su nombre y que seguramente sería tres veces más cautivante si lo gimiera, era más bien por esa actitud de seguridad suprema que no podía borrársela por mucho que lo intentase. Siempre estaba por encima de él y detestaba sentirse inferior, porque eso es lo que lo hacía sentir; malditamente inferior a él.

Tenía trabajo que hacer ese día. Era cierto que YoonGi era el caso al que más le prestaba atención debido a su contrincante, pero tenía varios mas que debía de atender y comenzar a revisar papeles y atender llamadas. Debía de llegar con rapidez al edificio directo al despacho de abogados para no salir de su oficina hasta la noche, pero no le molestaba del todo, estaba de buen humor.

Había cumplido su objetivo de ver la expresión en su rostro con aquella esperada llamada y tener todo listo para el día que vendría más pronto de lo esperado. ¿TaeHyung sospecharía algo? No, absolutamente no; según JungKook, era un no, pero Kim olía gato encerrado. Las actitudes de Jeon y el cómo los trámites se hicieron con rapidez no era algo del todo usual, más para una apelación, pero decidió creer que JungKook había insistido mucho en que se realizara y se la lograron aprobar en menos tiempo. El castaño claro no creía en la malicia en el menor. Creía en la rivalidad que este le tenía, más no en que fuera un ser ruin.

—Buenos días, Ji-eun —Saludó a su secretaria al salir de aquel ascensor al piso indicado.

—Buenos días, JungKook. Llegando tarde.

—Lo sé, lo sé y por lo mismo, ¿Podrías sacarle una copia a los documentos que te envié ayer en la noche? También me viene bien un café con vainilla, el usual.

Only Lawyers | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora