Chapter Five

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—Tenemos que hablar del juicio

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—Tenemos que hablar del juicio.

—Yo no tengo absolutamente nada que hablar contigo sobre eso.

—Santo cielo, claro que sí. ¿Cómo puedes no darte cuenta de que está mal lo que intentas hacer?

—Estoy defendiendo a mi cliente y eso es todo. Y si eso es todo lo que vas a decirme me voy a largar de aquí. —Soltó con una ligera molestia en sus palabras para luego pasar al lado del rubio platinado.

—¡No!, espera. —habló omándolo del brazo haciendo que se voltease de nuevo. TaeHyung lo observó detenidamente y soltó el aire que retenía. Y es que... rayos. ¿Por qué Jeon JungKook tenía que ser tan malditamente hermoso?. El menor de ambos lo observó de vuelta golpeándose mentalmente por estar pensando en que Kim era caliente. No era momento para estar pensando en eso. Más cuando estaban los dos solos en el pequeño callejón que estaba detrás de una cafetería. —¿No... hay nada que pueda hacer para que cambies de opinión? —preguntó con una voz melosa acercándose lentamente a él. Si TaeHyung quería algo, iba a conseguirlo y nunca fallaba en hacerlo. —Sabes que... tú y yo nunca nos hemos llevado del todo bien, pero estoy dispuesto a lo que sea. Sabes muy bien que Min YoonGi no es inocente de esto. —dijo colocando sus manos en el fornido pecho de Jeon haciendo suaves caricias allí mientras que él solo lo miraba curioso y expectante luchando internamente con todos sus pensamientos. —Se supone que estás con la justicia, ¿no es así?. Entonces, ¿por qué no haces que se haga? no te pido que tomes una decisión aquí y ahora, pero... podríamos ir a mi departamento y hablar de ello los dos jun- ¡agh! —Mientras el mayor se distraía mientras hablaba subiendo sus manos hasta el cuello de Jeon, este reunió fuerzas para tomar las muñecas del contrario y estamparlo contra la pared que estaba detrás de él. Kim se quejó sorprendiéndose ante la acción que nunca pensó que el de hebras castañas oscuras tendría.

JungKook tenía el ceño fruncido y a la vez su corazón comenzaba a latir con rapidez dada a la tensión del momento. Solo hubo un silencio y se escuchaban las respiraciones de ambos hombres que estaban tan cerca el uno con el otro. Estando en otro lugar y en otra situación, el pequeño juego del mayor pudo haber resultado y de maravilla, pero Jeon no era estúpido y tampoco había nacido ayer para saber de los planes de Kim.

—Si tú piensas... que voy a caer en tu estúpido jueguito en donde intentas seducirme para ganar el juicio... estás jodidamente equivocado. ¿Es esta es la técnica que siempre utilizas para obtener todo lo que quieres con cualquiera?, pues para que se grabe muy bien en tu mente: eso no va a funcionar conmigo. —Susurró en su oído para luego soltarlo y alejarse de él. —Nos vemos en unos días en la corte —habló por última vez antes de desaparecer por la puerta del café dejando a un TaeHyung un tanto... ¿sorprendido?.

JungKook se resistió a él y se largó sin hacer nada más. Por un lado su orgullo fue ligeramente pisoteado y por el otro estaba intrigado. ¿Y es que acaso él pensaba que terminaría esto aquí?. Que no haya cedido no significa que él tampoco trabajará para ganar y el abogado de Park no era para nada idiota para saber el efecto que causaba en Jeon.

—Bien. Entonces vas a tener que esforzarte —habló bajito suspirando antes de volver a entrar a la cafetería, dándose cuenta de que el menor ya no estaba.

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JungKook había realizado la petición. Solamente faltaba esperar a que fuese aceptada o rechazada, aunque lo más seguro es que fuese aceptada. No tenía dudas de lo que haría. YoonGi estuvo de acuerdo en pagar lo que tuviese que pagar. Los padres de Min vivían en Daegu y no tenían una excelente relación con su hijo, y por ello, YoonGi simplemente decidió dejarlos completamente fuera de la situación.

Sabía que aquello no era algo para tomar a la ligera. JiMin tenía tan solo diecisiete años, mientras que YoonGi veintitrés cumplidos hace poco. Él siempre había sido un hombre independiente y trabajador desde sus cortos quince años. Trabajaba duro para conseguir lo que quería. Una gran casa, lujos y joyas. Era poseedor de mucho dinero y hace lo que le plazca. Jamás esperó que en una noche llena de luces y altavoces a su máximo volumen, en un chasquido de dedos, su vida cayese en un abismo.

El plan de Jeon se llevaba a cabo con el pasar de los días. YoonGi cedió confiando en él sin siquiera estar seguro de que sería buena idea comprar su libertad y no hablaba de una bajo fianza. Sería ilegal y sucio, pero su vida no la veía tras las rejas. Quince años en aquel lugar repulsivo lleno de delincuentes no sería su hogar. Él no era uno, no lo era, ¿no? Tenía que calmarse. Tenía que dejar de que su mente fuese invadida de vagos recuerdos. Necesitaba estar tranquilo y buscar paz en su mente. Saldría de allí, dejaría todo en manos de su abogado. Si no funcionaba, cumpliría con su condena, qué más le quedaba.

Por otro lado JiMin había estado aliviado. Se arrepentía un mundo por confiar en Min YoonGi. Resultó ser un bastardo desgraciado a sus pensamientos. Su corazón roto y deprimido no lo dejaba pensar con la claridad que necesitaba. Tendía a ser un adolescente enamoradizo y lleno de amor y bondad para dar sin creer en la malicia que los seres humanos tenían; y eso lo llevó a donde estaba.

Había sido inevitable para él enamorarse de YoonGi. Lo trataba con total cariño y tanta dulzura que se le era muy difícil de creer que todo haya sido una vil mentira para aprovecharse de su debilidad por él. No debió de poner en sus manos ciegamente su confianza. La tomó y la echó a la basura en un abrir y cerrar de ojos. Estaba tranquilo hasta el momento en el que supo que habían probabilidades de un segundo juicio. No estaba seguro de qué haría si YoonGi salía ileso. Si todo lo que batalló no hubiese valido la pena, pero debía tener la fortaleza suficiente para seguir adelante, lo haría por él mismo. No permitiría que ese hombre arrebatara a aquel chico que siempre sonreía y vivía una vida feliz. Y sabía que con la ayuda de TaeHyung lo lograría.

¡Sorpresa!No me gusta dejar notas al final porque se que nadie las lee, pero me gusta hablar porque nadie habla conmigo, sísísí

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¡Sorpresa!
No me gusta dejar notas al final porque se que nadie las lee, pero me gusta hablar porque nadie habla conmigo, sísísí

¡Trataré de subir la próxima semana! O esta si no tengo mucha flojera o no me cuelgo leyendo un libro ih~

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-V🌙

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