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Se balancea de un pie a otro haciendo pucheros de forma inconsciente mirando a su alrededor. Había hecho todo lo que podía sin desobedecer al señor Jack y ahora ya no sabía qué hacer.

Había limpiado y ordenado, también había lavado toda la ropa que el señor Jack tenía acumulada, luego con algo de miedo se metió en su cuarto dónde también limpió y ordeno; era lo mínimo que podía hacer después de todo lo que el hombre estaba haciendo por él.

Las primeras tres noches que había llegado a la casa había llorado toda la noche, por el miedo y la confusión.

No estaba seguro de cuánto tiempo había estado recorriendo el bosque escapando del amo, siempre evitando llegar a los bordes para que no lo descubrieran, pero cuándo quedó atrapado por dos días por culpa de las cadenas en sus tobillos no le quedó otra opción que buscar una solución y ahí fue cuando llegó a la casa del señor Jack. Cuando vio las luces de la casa a los lejos lo último que espero fue que el señor que vivía allí lo acogiera, le diera ropa y comida, un lugar dónde dormir y curado sus heridas.

En un principio había sentido miedo ya que el hombre evidentemente era un alfa y parecía estar construido como una bola de músculos firmes que podrían hacerlo pedazo, pero con los días descubrió que los músculos solo cubrían un corazón demasiado bueno para ser real.

Lo que más lo tenía confuso y con miedo era la forma suave, tranquila y diferente que el señor Jack lo trataba, nunca había sido tratado así y no estaba seguro de cómo reaccionar, con los días había aprendido que eso era lo que estaba bien, no lo que el amo le había dicho.

Con suspiro se movió de forma silenciosa hasta la cocina para ver qué sobre la mesa estaba el pequeño bolso azul que el señor Jack le había dicho que usaba para llevar su comida al trabajo. Se acerca a la bolsa y nota que sólo había fruta adentro y un jugó, sintiéndose ligeramente molestó saco varías cosas del refrigerador.

Le haría un almuerzo decente al hombre que lo había rescatado y abierto los ojos al mundo.

-

- Ugh.. Huelo demasiado a humo

Levanta una deja mientras patea sus botas quitándose su traje que había comenzado a sofocarlo al haber entrado a la estación dónde la calefacción estaba alta.

- ¿Entonces porque eres bombero, Bam?

- Porque son sexys

Debió suponerlo, a veces pensaba que el cerebro de Bam Bam estaba en su trasero y no en su cabeza.

Habían recibido una llamada temprano en la madrugada que los había tenido fuera por horas. Convencer a las personas a abandonar sus posesiones era una de las partes más difíciles de su trabajo, si todos entendieran que la vida valía más que un par de cosas materiales todo sería más fácil.

- Muer.. Oh demonios

Gime con derrota cuándo se da cuenta que no tenía nada para comer y que ese día el encargado de la cocina era Yugyeom, lo que probablemente comerían comida de lata.

Resignado con su destino se encaminó a la sala escuchando a los demás hablar sobre el incendio del que acababan de regresar. Probablemente debería tomar una ducha, ya se había acostumbrado al olor a humo en su piel, pero el sudor no era bonito.

- ¡Oye, jefe! Alguien espera por tí

Frunce el ceño girando sus pasos hacia la sala de entretenimiento, una sonrisa amplia se forma en su rostro cuándo ve a Mark sentado en el rincón más alejado luciendo perdido y asustado, pero sosteniendo un agarre firme sobre la bolsa azul en su regazo.

- Calabaza!

Un pequeño ruido se le escapa cuándo el cuerpo de Mark se estrella contra él de forma descuidada, rápidamente pasa sus brazos alrededor del pequeño adolescente cubriéndolo.

- ¿Que pasó, calabaza? ¿Estás bien?

- S.si.. Yo.. Uh.. Le traje el almuerzo

Sonríe aún más amplió cuándo escucha a Mark y lo abraza un poco más fuerte antes de soltarlo, lo guía hasta su oficina ignorando las miradas curiosas de sus compañeros.

- Le hice algo de pasta, señor Jack

- Tú comiste?

- N.no..

- Iré por unos cubiertos, puedes acomodar todo para que comamos

Dejando una pequeña caricia en la cabeza de Mark sale de la oficina hacia la cocina dónde todos se quedan en silencio mirándolo.

- Mark está conmigo, no lo acosen, ni lo toquen, está claro? Lo llegan a asustar y van a desear transferirse de estación

- Si, señor

Tomando los cubiertos mira a sus compañeros fijamente un momento, en especial a Bam Bam y Yugyeom antes de salir.

El olor a salsa fresca llenaba su oficina mezclado con el dulce olor a vainilla y lluvia de Mark. Sintiéndose relajado le entrego los cubiertos a Mark para luego sentarse y comenzar a comer haciendo ruidos de gusto para que el adolescente supiera lo mucho que estaba disfrutando, la pequeña sonrisa que recibió como respuesta hizo que su alma se sintiera liviana y completa. 

SalvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora