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Estaba mirando a su calabaza que dibujaba sobre el brazo de Yugyeom con una de sus plumas, su lengua estaba atrapada entre sus dientes en concentración.

Aunque lo quisiera no podía dejar de verlo, era tan hermoso e irreal. Sus mejillas estaban más abultadas con cada día que pasaba ya que su peso aumentaba hasta ser el que debería, sus ojos brillaban de felicidad y su fuerte carácter se había desarrollado libremente logrando poner orden más de una vez.

Su calabaza era una pequeña belleza llamativa y le era inevitable ponerse celoso cuando iba por él a la escuela y los alfas lo seguían con la mirada, pero luego veía la forma en los que los hermosos ojos de su niño brillaban al verlo, la sonrisa que iluminaba su rostro, era todo lo que necesitaba para saber que lo elegiría siempre. Como él lo elegía.

- Ta-da!

Sonríe levemente ante las sonrisas amplías que cubrían los rostros de Mark y Yugyeom.

Yugyeom y Mark habían congeniado más que bien, quizá porque los dos pensaban y actuaban como niños o porque los dos eran unos consentidos de primera. Mark era la debilidad de Yugyeom, el pequeño omega podía hacerle lo que se le ocurriera que el alfa solo iba a sonreír y abrazarlo hasta que su carita se pusiera roja.

- ¿Hiciste tu tarea, calabaza?

Frunce el ceño aprestando atención a la cara de su niño, alguno de los mensos que se hacían llamar sus amigos habían estado enseñándole a mentir a su calabaza, pero él había aprendido rápidamente a descifrar cada mueca y rodada de ojos que el adolescente hacía.

- Uh.. Lo siento, Gyeomie

Sigue con la mirada a Mark que se pone de pie con un puchero en los labios antes de ir por su mochila, empuja la silla que estaba junto a él para que el chiquillo se sentará a su lado y así poder vigilarlo.

Se pone de pie de un salto cuándo la alarma suena en todo el lugar haciendo que por un segundo todo pareciera congelado, Yugyeom y él fueron los primeros en reaccionar corriendo hacia su uniforme. Se viste sin apartar sus ojos de Mark que los miraba con miedo y preocupación.

- Volveremos pronto, ve a mi oficina y enciérrate allí a hacer tu tarea

- Esta bien.. Vas a volver, ¿verdad?

- Siempre, osito

Levanta una mano y sacude su meñique en el aire antes de subir al camión.

-

Mueve sus pies sentado junto a Taehyung, uno de los pocos chicos con los que hablaba en la escuela, mientras miraba a su alrededor con una mueca.

- ¿Tú familia no vendrá?

- Olvide contarles

Se sonroja ante la mirada que Taehyung le da y baja la cabeza jugando con sus dedos avergonzado.

Les habían dicho que habría un acto antes de que las vacaciones iniciarán porque premiarán a algunos alumnos y no recordaba que cosa más, pero se había olvidado contarle a Jackson, sabía que el alfa estaría un poco enojado por eso, pero ya era tarde.

Deja de ver a su alrededor ya que eso lo hacía ponerse triste por ser el único o mejor dicho uno de los pocos que estaba solo y se acomoda.

- Mis piernas no entran! Auch!

El acto estaba llegando a su fin cuándo escucha el pequeño grito seguido de un golpe, no tenía que girarse para saber que quien había gritado fue Yugyeom.

Se gira en su lugar para ver a toda su familia sentada en los últimos asientos, Youngjae y Bam Bam tenían un uniforme azul con medallas mientras los demás tenían los trajes que siempre usaban cuándo estaban de servicio.

- Eres feo cuándo estás triste

Se gira hacia Taehyung que sacude su celular en la mano y una pequeña risita se le escapa antes de darle un abrazo a su amigo.

Una vez que tienen el permiso para moverse e irse a casa, corre hasta dónde estaba su familia esperándolo y salta a los brazos de Jackson que lo llena de besos.

- Me dieron un diploma!

Les da un abrazo a todos antes de mostrarles su diploma, se sonroja cuándo todos comienzan a gritar y abrazarlo al mismo tiempo llamando la atención. Meses atrás se hubiera puesto a llorar, pero ahora solo podía reír y cerrar los ojos para disfrutar de lo cálido, amado y especial que se sentía.

- Lo hiciste excelente, Markie!

- Felicitaciones!

- Nuestro niñooo

- Estoy orgulloso de ti, osito

Sonríe amplió, totalmente sonrojado, cuándo Jackson besa suavemente sus labios.

A veces temía que su burbuja de felicidad se rompiera, pero había aprendido que era mejor disfrutar cada momento como si fuera el último. 

SalvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora