Salvación

7

Estaba de pie detrás de la amable señorita que atendía las llamadas de la estación mientras escuchaba con atención toda lo que hablaba el señor Jack y los chicos por sus radios.

- Las paredes no dejan de crujir, tengan cuidado, chicos

- Me estoy quedando sin oxígeno, debo salir

- Está bien, Jaebum

- Encontré a alguien!

Deja de caminar cuándo escucha la voz del señor Jack más fuerte que antes y como su línea se llenaba de su respiración agitada junto a ruidos de golpes.

- Oh dios! ¡Salgan de aquí! ¡¿Me escuchan?! ¡Quiero a todos afuera ahora mismo!

- ¿Dónde estás?

- ¡Estoy encerrado, salgan ahora! ¡Es una orden!

Se encoge ligeramente cuándo escucha la voz de mando del señor Jack que incluso a través de la radio se escuchaba potente y ronca, se sonroja cuándo un ligero cosquilleo aparece en su vientre bajo.

Hacía unos días había descubierto que cada vez que tocaba al alfa o este se acerca y lo tocaba o cuándo sentía su aroma, algo en su interior se agitaba haciéndolo sentir confundido y asustado, nunca se había sentido así y no podía evitar sonrojarse ni temblar con miedo de que el hombre lo descubriera.

Vuelve en si mismo cuándo escucha un ruido que deja en silencio toda la comunicación por un momento antes de que un pitido constante comenzará a sonar una y otra vez.

- Oh no

- ¿Q.que pasa?

- Ese ruido es el que hace el localizador que ellos tienen en su ropa, cuándo un bombero está inmóvil por cierta cantidad de tiempo el localizador comienza a sonar para qué los demás puedan encontrarlo

Se lleva las manos al pecho sintiendo las lágrimas bajar por su rostro. No estaba asustado por quedarse en la calle si algo le sucedía al señor Jack, tenía miedo de perder a la única persona que lo veía diferente, especial, único.

- ¿Jefe?

- Jackson, ¡¿dónde estás?!

- Dame tu tanque, Bam, iré por él

- No puedes, Jaebum!

- No voy a dejarlo ahí, Youngjae, el tanque Bam

- Tengo menos de la mitad, Hyung

Sin poder evitarlo se encoge cuando escucha las maldiciones de Jaebum y como los demás comenzaban a pelear intentando idear un plan.

Se remueve incómodo ante el repentino silencio que llena la línea y mira a la mujer antes de hablar de forma temblorosa.

- Que... Qué pasó?

- No sé, Markie

Sin poder estar más tiempo allí sale de la pequeña oficina para correr hasta la oficina del señor Jack dónde se esconde ahogándose con sus lágrimas.

-

- No creas que no me di cuenta como escapabas, Hyung, tendrás que dormir con el oxígeno o le diré a Youngjae

Se congela cuándo escucha a Yugyeom y niega con la cabeza sabiendo que el pequeño alfa tenía razón.

Se había quedado encerrado en un cuarto cuándo entró a sacar a un chico que estaba atrapado en el baño, el cuarto rápidamente se había llenado de humo y le dio su máscara al chico por lo que su pecho ardía un poco por culpa de la inhalación de humo, pero había estado más ocupado buscando una forma de salir antes de que se quemarán vivos como para fijarse en eso.

Cuando logró salir, Youngjae lo tuvo en la ambulancia por casi 15 minutos controlando se respiración, pero en cuánto pudo se escapó y subió al camión para volver a la estación, solo quería una ducha e irse a casa para dormir con su pequeña calabaza.

- Está bien, Gyeom, estaré en mi oficina

Le sonríe con cansancio al menor y se dirige a su oficina obligando a su cuerpo moverse un poco más. Como si de un botón automático se tratará, su cuerpo se relajó y la tensión despareció de todo su cuerpo al mismo tiempo que el dulce aroma de su calabaza lo envolvía.

Mira a su alrededor esperando ver al adolescente dormido en el diván, pero encontró a Mark hecho una bolita bajo el escritorio con el rostro hinchado por el llanto y temblaba abrazado con fuerza a su peluche de Pikachu.

- ¿Calabaza? ¿Que haces ahí, corazón?

Se desliza hasta el suelo y jala las piernas de Mark hasta que lo saca de su escondite, lo abraza con fuerza en cuanto lo tiene entre sus brazos y lo llena de besos.

- P.p.pense que no vo.. volver

- Oh, corazón, siempre voy a volver por tí

Presiona un beso en la nariz de Mark acunándolo contra su pecho, deja que el adolescente esconda el rostro en su cuello mientras su llanto se tranquilizaba lentamente.

- Te prometí que voy a protegerte para siempre, calabaza, sin importar qué

Se queda quieto, totalmente sorprendido, cuándo el adolescente entre sus brazos deja un ligero e inocente beso en su labio inferior antes de esconderse nuevamente en su cuello.

- ¿Jack?

- ¿Si, calabaza?

- Te quiero

- Yo también te quiero, bonito