Aún recuerdo cuando le pedí que fuera mi novia, recuerdo sus ojos volverse pequeños por su enorme sonrisa y recuerdo la manera en la me abrazó después de decir que sí. Yo le debo todo a esa chica, la única persona persona que me ha aceptado como soy, me motiva a mejorar y me ha hecho feliz.
Roseanne Park, la chica que amo con todo mi corazón. Ella aceptó mis inseguridades, mis defectos, mis quejas y reclamos constantes, mis malas costumbres, mis malos pensamientos, todo. Y si ella lo aceptó, lo haré también yo.
Voy camino a su casa, esta vez no le avisé porque ni yo misma pensaba ir, pero mi cuerpo es adicto a ella y me siento realmente sola si no la tengo a mi lado, sé que a ella no le va a importar que yo haya ido de sorpresa.
Toqué el timbre de su casa y me abrió su mamá, ella me trata muy bien, me quiere y desde un principio aceptó mi relación con su hija, aunque tal vez yo no soy lo mejor para ella. Me indicó que Rosé se encontraba estudiando en su habitación, yo no quería interrumpir así que me quedé en la sala hablando con su mamá hasta que ella bajara a cenar.
La esperé por dos horas, estuve muy impaciente porque solo deseaba subir, besar sus suaves labios y abrazar su cuerpo, pero me aguanté las ganas porque no quería molestarla en su momento de estudio y que por mi culpa perdiera el examen.
— ¿Lisa? — escuché su voz y rápidamente la miré, aquellos ojos pueden dejarme sin aliento.
Me levanté del sofá y ella corrió a mí, yo abrí mis brazos para recibirla en un abrazo. Tenerla en mis brazos es lo mejor, podría estar pegada a ella toda mi vida. Ella levantó la mirada y me besó, esos labios que no probaba hace varios días, y que moría por hacerlo, me vuelven loca.
— ¿Hace cuánto llegaste?
No podía decirle que llegué hace dos horas porque ella se molestará por no subir a su habitación enseguida y no va a querer escuchar que yo solo no quería interrumpir.
— Hace veinte minutos —miré a su mamá y le guiñé el ojo para que no dijera nada.
— Vamos a mi habitación —dijo, entrelazó nuestras manos y subimos.
Su habitación es ella en un lugar, tiene todo lo que le gusta y caracteriza, había flores, cuadernos, libros, una guitarra, pinturas, colores, entre muchos otros. Mis ojos pasaron de las fotos que tiene colgadas en la pared a ella, realmente se ve adorable con esa pijama de jirafas. Me le acerqué por detrás y la abracé, dejando besos en su cabeza y cuello.
— Te extrañé —murmuré en su oído.
— Estuvimos juntas toda la mañana.
— ¿No me extrañaste? —me separé de ella y me tiré en su cama con los brazos cruzados.
— Claro que sí —ella se sentó en mis piernas y puso mis manos en su cintura, rápidamente se acurrucó en mi pecho— Siempre te extraño.
— Rosie —conecté sus ojos con los míos y mi corazón comenzó a latir más rápido de lo normal— Nunca me dejes, por favor.
— Nunca voy a dejarte, es una promesa.
Rosé sabe lo inestable que es Lisa, sabe que en cualquier momento puede decaer, sabe que es una bola de cristal que con el más mínimo movimiento se puede romper, y es por eso que siempre estará para ella, en todo momento.
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Holaa, sea usted bienvenido o bienvenida. Espero esta historia sea de tu agrado, disfrútala y gracias por leer.
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Baby Blue Love
أدب الهواةLisa y Rosé parecen estar destinadas a estar juntas, superando obstáculos y enfrentándose a desafíos juntas mientras su relación se fortalece con cada momento.