1.19 "Noticias malas"

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-Pero, ¿qué dice?- di un paso para atrás, ¡esto no podía estar  pasando!

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-Pero, ¿qué dice?- di un paso para atrás, ¡esto no podía estar pasando!

-Así es, no ha habido rastro de la enfermera Hayley en horas. Hasta ha abandonado a su paciente.- respondió. Se le notaba muy preocupada.

Volteé a echar una mirada a mi alrededor. Había mucha gente caminando de un lado a otro, la mayor parte de ellos personal del hospital.

-Pero, quizá solo salió a tomar aire. Ya regresará.- traté de mantenerme tranquila. Por una parte no estaba alterada porque sentía que estaban haciendo mucho alboroto por eso. Pero por otra parte, sabía lo que ella estaba ocultando, entonces no sabía cómo reaccionar ante tal noticia, ante este nuevo problema.

-No, ella jamás desaparecería sin razón alguna. Debe de haber una razón, y quizá no sea tan buena.

Definitivamente no era buena, ella se sentía culpable por lo que había hecho, estaba casi segura que por eso decidió huir.

-¿Y esto ya lo saben mis padres?- pregunté. No había sabido nada de ellos en horas. Ni siquiera habían venido a visitarme, eso me ponía triste.

-Ya se les ha dado a conocer la noticia, pero quizá deberías ir a buscarlos y hablar con ellos.- sugirió, en seguida sacó una pequeña tabla de madera donde habían varias hojas sujetadas a ella.- por lo visto ya estás mejor y puedes salir por tu propia cuenta. Por cierto, yo seré tu nueva enfermera mientras tanto. Mucho gusto, soy Hanna Reed.- me tendió la mano.

-Hola Hanna, muchas gracias.- le estreché la mano.- Iré a buscar a mis padres, hasta luego.- me despedí y di la vuelta. Necesitaba encontrar a mis padres.

Comencé a caminar por un largo pasillo iluminado, con muchas puertas de madera gris en las paredes blancas de alrededor. Recordé que no había estado despierta cuando llegué a mi habitación así que giré para preguntarle a Hanna por dónde estaba la sala de espera, pero cuando la hice ella ya se había esfumado. Decidí que lo mejor sería seguir caminando y eso hice por un par de minutos. Al llegar a donde acababa el pasillo giré a la derecha y al fondo visualicé varias sillas de metal con cojines negros para sentirse más comodo, por lo que deduje que era la sala de espera.

Aceleré el paso y en cuanto llegué comencé a buscar a mis padres, pero no había rastro de ellos. ¿Dónde se habían metido? ¿Es que a todo el mundo se le dio por desaparecer y dejarme sola hoy? Me acerqué a una enfermera de tez morena y ojos negros que estaba en la recepción detrás de una gigante barra de atención, para preguntarle sobre informes. Quizá ella supiera.

-Disculpe, busco a los familiares de Brooke Carrington, se llaman Amelia y Mason Carrington. ¿Los ha visto?- pregunté amablemente.

-Oh, sí, estaban aquí hace un momento.- respondió sin dejar de ver la computadora. -Pero me temo que la señora tuvo que ser trasladada a una habitación.

Casi me desmayaba ante tal noticia. ¿Cómo había dicho? ¿Mi mamá se encontraba mal?

-¿Qué le ha pasado? ¿A qué habitación ha ido?- traté de mostrarme tranquila pero no lo logré. Estaba desesperada por saber lo que estaba pasando.

-Al parecer se le bajó la presión y eso provocó un desmayo. Están en la habitación 320. Es la última de al fondo.-

Sin siquiera agradecer salí corriendo hacia esa habitación. Luego de esquivar a una señora en silla de ruedas, un anciano con bastón y tirarle unos papeles por accidente a una enfermera, llegué algo agitada a la habitación.

-No, ¡esto no puede estar pasando!- escuché la voz de mi madre antes de abrir la puerta angustiada.

Al hacerlo vi a mi madre acostada en la camilla, con suero y muchos tubos conectados a ella. Mi padre estaba parado frente a ella y a un costado estaba un doctor junto con dos enfermeras, una alta y otra más baja. Cuando se dieron cuenta de mi presencia todos voltearon a verme. Las miradas de mis padres eran extrañas, como de decepción, como si me desconocieran. Mientras que los del personal del hospital evitaban mi mirada. Todo era muy raro.

-No la quiero ver ahora.- soltó mi madre de pronto. No se veía para nada feliz de verme, a pesar de que había estado enferma y separada de ella en muchas horas.

-Mamá, ¿qué está pasando?- pregunté con la voz en un hilo. Estaba angustiada, ¿por qué todos actuaban de esa manera tan extraña?

-¡Tú no eres mi hija! ¡Mi niña está muerta!- gritó histérica y comenzó a llorar.

De pronto se comenzó a escuchar mucho ruido de parte del monitor que estaba al lado de mi madre y donde se llegaban a enchufar todos los tubos que la conectaban.

-¡Su presión está subiendo! ¡El ritmo cardíaco está acelerando! ¡Necesito ayuda aquí! ¡Y saquen a la chica, ahora!- gritó el doctor mientras corría a ver a mi madre y una de las enfermeras corría por unos artilugios metálicos.

-Acompáñame por favor Brooke.- dijo la enfermera más alta antes de prácticamente empujarme fuera de la habitación.

No podía soportar ver a mi "madre" así. ¿Cómo se habían enterado?


Familia equivocadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora