1.2 "El gran día" {✓}

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Era el momento de atender a la primera bebé

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Era el momento de atender a la primera bebé.

Empujé la enorme puerta y entré a la sala de operaciones. Quizá había empujado demasiado fuerte que provocó un ruido molesto atrayendo la atención de todos los enfermeros que se encontraban allí.

-Disculpe, ¿dónde está el doctor Burton?- se atrevió a preguntar uno de ellos.

No sabía si molestarme o apenarme. Así que solo me limité a contestarle firmemente.

-El doctor Burton está ocupado. Los dos partos estarán a mi cargo ahora.

-Pero, usted es solo una interna...-

Un fuerte ruido proveniente del monitor de signos vitales alertaba que la presión había comenzado a bajar, seguido de un fuerte grito de la paciente. El bebé estaba por nacer. No había tiempo de dar explicaciones.

-¡Todos a sus puestos! ¡El bebé está por llegar!- grité y toda la sala se comenzó a mover. Hasta el enfermero que me había preguntado, aunque fuese refunfuñando se acomodó. 

Escuchar a esta señora gritar me daba escalofríos, pero era parte del proceso.

-Bien, señora...- me callé para que me dijera su nombre.

-McGraw, me llamo Charlotte.- 

-¿Es que acaso usted no leyó la ficha clínica? ¡Qué le ocurre!- dijo fuertemente enojado el enfermero del principio. ¿Qué acaso su trabajo era solo marcar mis errores?

-No importa ahora, señora McGraw, necesito que me ayude a traer a su bebé, ¿lista? -como pudo asintió con un gran gesto de dolor en su cara -Necesito que puje cuando yo le indique, ¿está bien?- traté de visualizar la parte superior de la cabeza del bebé y allí estaba, una pequeña mancha.

-Administren más oxitocina.- dijo el enfermero.

-Recuerda que las órdenes las doy yo- comenté. -Charlotte, necesito que pujes todo lo que puedas, va a doler pero solo durante un momento, ¿entendido?- dije.

La señora asintió y comenzó a pujar. Yo me limité a jalar hasta que el bebé salió. Pero no lloró. Mala señal.

-¿Qué pasa con este bebé? Vamos, llora cariño.- me dediqué a darle un pequeño golpe en su lindo traserito. Pero no lloraba. Le di otro más y finalmente comenzó a llorar fuerte.

Me alivié al instante, como todo el personal y la paciente. Tomé la hora porque eso era lo principal en esto, eran las 08:37 a.m. Me apresuré a hacerla llegar hacia el pediatra que nos ayudaría y lo envolví en una manta especial. La vi, ¡era hermosa!

-¡Felicidades, es una hermosa niña!- anuncié alegremente. Luego tomé a la niña en brazos y se la entregué gustosamente a la madre.-Los dejaré unos minutos, por ahora debe alimentarla por medio de la lactancia y disfrutar de su compañía. Regresaré en media hora para llevar a la bebé a hacerle unas pruebas neonatales. Con permiso.

Familia equivocadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora