Bella
—No— Mis manos temblaron al ver mi pequeña alcancía hecha pedazos en el suelo. Eran mis ahorros, ahorros que había guardo trabajando. La pequeña cafetería en la que trabajaba pagaba poco, pero las propinas eran buenas.
—¿Que pasa, bella? — La voz de fingida de inocencia de Alice me congelo— ¿Alguien tomó tu dinero? — La observe con atención. Su sonrisa hipócrita me hizo enfadar—¡Ah! Ya recuerdo, fui yo. Lo lamento , pero las personas de caridad necesitaban más que tú y tu viaje tonto.
—Sabias que ese dinero era para mi viaje a Egipto— Murmure entre dientes mirando la con los ojos llorosos— Me llevo meses juntarlo, y tú solo llegas y lo tomas como si tuvieras el derecho de hacerlo — Ella parecía ignorarme por que miraba sus perfectas uñas como si nada importara.
—Ahora dudo mucho que puedas ir, papá no te dará el dinero para largarte a Egipto— Eso lo sabía perfectamente , por esa misma razón me había esforzado, para no tener que pedirle ni si quiera un centavo a mi padre.
— Vete — Dije con la voz quebrada
—¡Ay, no llores! — Movió sus manos exaltada— Lo único qué haces es llorar, bella.
— ¡Lárgate de aquí! — Mi garganta ardió por mi grito. Ella salio no sin antes dedicarme una sonrisa socarrona llena de maldad.
Me senté en la cama tomando entre mis dedos mi cabello azabache , llena de rabia. No merecía el mal trato de mi familia, no lo merecía.
Siempre he sido señalada ante la sociedad como la bastarda de Black, pero para mi familia solo era un gusano con el cual tenían que convivir, lastimosamente.
Puky , mi loro, hacía sonidos dentro de su jaula y me miraba con atención. Dejé que se instalara cómodamente sobre mis dedos mientras se mecía .
Alguien tocó a mi puerta con leves golpecitos. Era Margarita, la ama de llaves.
—¿Señorita? — Me tensé, sabía por que estaba aquí— La señora la espera en el jardín— Habló con tristeza, ella sabía lo que me esperaba en el jardín.
— En un momento bajo — Susurre tragando saliva. Me prepare mentalmente para soportar lo que sucedería a continuación. Limpie mis lágrimas con la manga de mi suerte. Cameron no estaba en la residencia, él ahora mismo no podía defenderme y me lamenté por eso.
Mis piernas temblaron al verla sentada en una de las sillas del jardín, Anna, era una fumadora compulsiva. Desde que mi padre la engañó con mi madre, la nicotina se convirtió en su vicio más profundo.
Ella no se había percatado de mi presencia, tenía su mirada puesta en el cigarro entre sus dedos.
Era una mujer cruel, ni si quiera mi padre podía considerarse cruel a comparación de ella. Por algo Anna , tenía el control de la mafia y no Steven.
Llegue hasta su lado, para entonces, ya se había dado cuenta que estaba observándola.
— Extiende tu mano — Ordenó. No tuve de otra que acercarla a ella. Dejó caer las cenizas en la palma, lo peor no era esto, lo horrible era el dolor de la quemadura que siempre me dejaba— Tu padre no esta — Quise llorar con eso, Steven no es que me defendiera de las garras afiladas de esta mujer , pero Anna quería mantener la imagen de "Mujer buena" mientras Steven estuviera presente, así que se comportaba de manera prudente.
Mi vida se convertía en un infierno cuando Steven dejaba atrás las puertas de esta residencia.
Llore con fuerza cuando sentí la quemadura del cigarro en mi palma. Anna restregaba el cigarro una y otra vez sobre mi piel, como si el cigarro no se apagara y como si el dolor no fuera suficientemente para ella.