DESPEDIDA

181 11 0
                                    

Temprano al siguiente día, Link hizo su equipaje con sus armas y objetos recolectados en su anterior aventura, aunque dejó la espada maestra en el pedestal, procedió a llevar la espada de Ordon. Fue a despedirse de la gente del pueblo, diciéndoles que volverá en un tiempo indefinido. La noticia les cayó de una forma triste a los pueblerinos, pero lo aceptaron; pues, al final de cuentas, Link merecía tomar las riendas de su camino.

Link se despidió de los adultos y niños, encomendó a Ivan la protección del bosque y el pueblo. Cuando estaba por la fuente del espíritu de luz, se encontró a Ilia, con quien tuvo una conversación.

-Así que... te vas -Dijo Ilia algo triste.

-Sí... estuve pensando en lo que dijiste, y es algo que debo hacer para poder seguir adelante.

-Respeto eso, Link...

-Por cierto, Ilia... a donde voy no puedo llevar a Epona, no la quiero arriesgar, así que, luego de unas horas toca el silbato. Ella irá a ti, espero que cuides de ella el tiempo en que no estoy.

-No sabes cuánto tiempo será, ¿verdad?... Comprendo.

Procedieron a darse un abrazo reconfortante, lágrimas brotaron de los ojos de Ilia.

-Nos vemos, Ilia.

-Claro, saluda a Midna de mi parte.

Con una sonrisa, y aunque en su mente Link no comprendía aun ese poder de deducción de Ilia, se fue en Epona hacia el castillo de Hyrule, pues iba a ver las flechas de luz y luego se iba a adentrar en los olvidados y antiguos Bosques Perdidos.

Más temprano que tarde, Link llegó al castillo de la princesa, donde los guardias no mostraron resistencia al dejarlo pasar, sabían quién era el héroe que los había salvado. Link encontró a Zelda en su trono con una taza de té, rodeado de caballeros. La princesa se mostró sorprendida al verlo.

-¡Link! -dijo Zelda- ¡esto sí es una sorpresa!, ¿por qué no enviaste una carta?, podría haberte recibido como se debía, ¿puedo ofrecerte una taza de té?

-Hola, Zelda -respondió entre una amigable risa- No te preocupes, solo estoy de paso. Pero agradezco el gesto.

-Muy bien -la princesa soltó una pequeña risa- entonces, ¿qué te trae por aquí?

-Pues, es algo que quiero discutir en privado. -Dijo Link refiriéndose a los guardias.

Zelda con un ademán mandó a los guardias fuera de la sala principal, para luego mostrarse interesada en lo que el héroe diría.

-Muy bien Zelda, seré directo. Necesito las flechas de luz para acceder al mundo crepuscular.

La princesa al oír esto casi derrama su taza de té.

-¿Qué? ¿Por qué?... ¿Al crepúsculo?... Link, pero el espejo fue destruido.

-Necesito hacer algo, algo que me quedó pendiente allí. Y tengo una corazonada de que con esas flechas puedo acceder.

-Link, aunque tuviera la misma corazonada que tú, eso no tendría sentido; estamos hablando de ir a otro mundo solo porque sientes que tienes algo que hacer allí. ¿Qué es tan impor... -La princesa se detuvo a pensar- ...Es por Midna, ¿cierto?

-Sí... y no solo yo lo pienso, durante estos días estuve creyendo que solo eran traumas o estrés del viaje, pero debo aceptarlo, necesito aclarar algo con ella, incluso la espada Maestra tiene un brillo que tenía que ver con algo de eso.

-El alma dentro de la espada intentó transmitir que su amo tiene asuntos pendientes, eso solo lo he visto en los libros de la biblioteca real... Muy bien, admito que tienes algunos fundamentos para querer volver. De todas formas, las flechas de luz ¿para qué son?

-Mira Zelda, mentiría si dijera que lo sé. Solo sé que las necesito, y también necesito que, de verdad, pienses que este viaje saldrá bien y que creas que es buena idea.

-Escucha, Link. Como tu amiga, quiero decirte que tienes mi apoyo, y que creo que al hacer esto quedarás en paz; pero, como princesa de Hyrule, debo decirte que pienses... Midna destruyó el espejo para que no haya enlaces entre este mundo y el suyo. Si pudieras acceder a su mundo, ¿no estarías irrespetando su decisión?

Luego de un pequeño silencio que puso a dudar a Link de su decisión, respondió la pregunta.

-Tienes razón, pero... la decisión de irse sin aviso... sin una despedida... ¿no crees que debió ser al menos una decisión de ambos? No digo que estoy seguro de que hay una forma de acceder a ese reino, pero, al menos ¿podría intentarlo?

Zelda se puso pensativa por un rato, se levantó de su trono y fue hacia un bloque en la pared que se podía sacar como un compartimento secreto, de allí sacó unas tres flechas resplandecientes.

-Como princesa, admito que no me parece buena idea... pero también soy tu amiga, y tengo fe de que harás este viaje con sabiduría.

Ambos se abrazaron, aunque para Zelda esto rompía los esquemas propuestos en la realeza, luego de una conmovida despedida, Link salió del castillo, fue con Epona cerca del templo del bosque para que Ilia la llame con facilidad; luego se adentró en la arboleda sagrada hacia el pedestal.

-Muy bien pupilo, ¿listo para partir? -Dijo la sombra del héroe quien se manifestó en una manera astral

-Estoy listo, maestro.

Se adentraron en el bosque, con un rumbo que la figura esquelética conocía, con un destino muy incierto.

UNA VEZ MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora