EL VISITANTE

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Link se despertó de sobresalto. Normalmente esperaría los sueños relacionados con Midna, pero esas imágenes le dieron una sensación de preocupación; como si las hubiera visto antes y como si supiera lo que significan.

A pesar de esa extraña sensación, pensó que al haber visto cosas inimaginables como el fantasma de la reina Zora, o la transformación oscura de Yeta en el pico nevado, su mente habría quedado algo cansada y le estaba jugando algún truco. Luego de eso, se dio un baño, se puso su ropa de granjero después de mucho tiempo, y bajó las escaleras en dirección al corral de las cabras.

Al pasar por el pueblo, hubo un par de saludos a la familia de Colin, donde Rusl estaba con Uli cuidando a su hijo recién nacido. Se pudo sentir un aire de tranquilidad, como si todo hubiera vuelto a la normalidad; nadie estaba en peligro mortal, no había fragmentos de un objeto maligno qué recolectar y más importante, Link supuso que trabajar como nunca le ayudaría a olvidar a cierta chica proveniente del reino crepuscular.

Al llegar al rancho, se encontró con Fado, quien lo recibió con un aire de sorpresa.

-¡Link! ¡Qué sorpresa! No sabía que ibas a regresar hoy.

-Pues, siento que he descansado mucho y creo que estoy apto para volver -Dijo Link con entusiasmo.

-¿Estás seguro? -Preguntó Fado- Puedo darte un par de días más de descanso si quieres.

-No te preocupes, estoy bien. Créeme que no hay nada que quiera con más ganas que el volver a trabajar.

-Vaya, nunca vi a alguien tan entusiasmado por hacer la limpieza de las cabras -Bromeó Fado- Bueno, es tu decisión. ¿Quién soy yo para contradecir a un héroe?

Link soltó una pequeña risa y empezó su trabajo. Sin duda, él prefería que lo traten como antes de que todo esto pasara, nunca le gustó ser el centro de atención.

Por un momento, Link se puso a pensar.

-¿Qué diría Midna si me viera con esa ropa y haciendo mi trabajo? De seguro se burlaría por unos minutos con su humor característico.

En ese rato, se dio cuenta que empezó a pensar en ella, así que empezó a trabajar con más fuerza de voluntad.

Al atardecer, Link ayudó a Fado a meter todas las cabras (claro, con ayuda de Epona) y antes de irse empezó a conversar con su amigo y "casi" capataz.

-No recordaba lo laborioso que era este trabajo -Dijo Link algo agotado.

-No te culpes, llevas un buen tiempo sin hacer esto. Noté que hoy no tomaste muchos descansos, eso no es tan bueno.

-Pues, me siento bien; igual agradezco tu preocupación.

-Pero miren quien tiene modales ahora, al parecer pasar tiempo con la princesa Zelda hizo que se te pegara la nobleza.

-¿Nobleza? -Dijo Link soltando una risa- Bueno, debo admitir que Zelda tiene un lenguaje muy refinado; pero no todas las personas de la realeza tienen modales muy finos. Algunas tienen un divertido sentido del humor.

Al decir esto último, inconscientemente vinieron flashbacks relacionados con ya saben quién, a su cabeza; así que, sin darle tiempo a su memoria a procesar esos recuerdos, se despidió y volvió al pueblo.

-¡Oye Link! -Dijo Ilia corriendo para alcanzarlo- Vaya, es genial verte de nuevo con tu ropa habitual; pero debo admitir que esa túnica verde tenía su estilo. Oye, te ves algo cansado.

-Si, hoy fe un día muy productivo, creo que Fado no tendrá que trabajar en una semana con todo lo que se hizo hoy.

-Así que, ¿volviste a trabajar tan pronto?

-Bueno, creí que debía retomar lo que dejé, el estar tanto tiempo fuera me hizo extrañar pasar tiempo con las cabras -Respondió Link con una sonrisa tratando de ocultar la verdad.

-¿Así que volviste a trabajar para mantener tu mente ocupada y no pensar en ella?

-¡Oh, por las diosas! ¿¡Cómo haces eso!?

-Eres demasiado obvio, pero tranquilo, me parece una buena jugada, ¿y te ha funcionado?

-Pues funcionaba hasta ahora... bueno... no, no funcionó.

-Ya te dije lo que debías hacer, ser honesto contigo mismo.

-Pues creo que seré honesto conmigo mismo en mis sueños -Dijo Link en un tono burlón

-Ja Ja Ja, veo que tu humor se ha vuelto más burlesco, ¿me pregunto por qué será? -Respondió Ilia sarcásticamente.

-JA JA JA, muy graciosa, pues... iré a descansar, te veo mañana.

Tras despedirse, Link prosiguió su camino hacia su casa. Estaba contento por estar tan cansado, pues suponía que por ello tendría un sueño muy pesado que no le permitiría tener más sueños como los anteriores. A pesar de eso, no resultó.

El sueño de esta ocasión fue lo de siempre al comienzo, un par de momentos con Midna, su forma real y su inesperada despedida, seguido de imágenes que no comprendía. En esta ocasión fueron las flechas de luz que Zelda usó en la batalla contra Ganon, unas criaturas gigantescas similares a unos gusanos y la espada maestra otra vez, brillando.

Al ver esto último se despertó otra vez, pensando qué pueden ser esas imágenes. Se detuvo a pensar si las había visto antes, y se dio cuenta que la única imagen que sí había visto era la espada maestra brillando.

Aunque aún estaba oscuro y todos estaban durmiendo, tomó su túnica de héroe, unos cuantos ítems y fue a la arboleda sagrada.

Con la ayuda del candil pudo cruzar el agua venenosa, con el gancho y el boomerang de los vientos pudo cruzar el peligroso camino, también tenía un mapa que había hecho al improviso que indicaba más o menos la ubicación de la espada maestra.

Al llegar al pedestal, notó que sí tenía un brillo como en su sueño, así que la agarró y la revisó minuciosamente. Todo en ese bosque estaba en profundo silencio, hasta que...

-Hola, Link.

Link tomó la espada que seguía brillando, volteó preparado para la batalla y vio una figura más alta que él, con un aspecto fantasmal y esquelético... era su maestro, la sombra del Héroe.

UNA VEZ MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora