EL VIAJE

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Dos semanas han pasado desde que el héroe del Crepúsculo y su maestro partieron desde la arboleda sagrada en dirección al sur... mucho más allá... hacia un mundo antiguo, que solo la sombra del héroe podría reconocer. Sin embargo, todo era un espeso bosque se fue expandiendo a lo largo de los años.

Durante el trayecto, Link se acostumbró a caminar horas y horas al lado de un esqueleto. Para pasar el rato, fue detallando a su mentor su propia historia; acerca de cómo quedó huérfano y fue criado en Ordon como uno más, o sobre cómo pudo crear una conexión especial con Epona. También hablaron sobre cómo luce el lugar al que estaban yendo y los enemigos que pueden encontrar. Sin embargo, poco sabía Link del pasado de su maestro y quería mantenerlo así, al menos hasta que su propio mentor esté preparado para hablar de ello.

Hacían paradas dos veces al día para que Link pueda alimentarse y descansar, claro que en la mente del héroe solo estaba el objetivo de volver a ver a la princesa del Crepúsculo, lo que lo mantenía con fuerzas. Por momentos se preguntaba, ¿qué es lo que le dirá cuando lo vea?, pero luego pensaba en todo el viaje que quedaba y decidía postergar esa decisión.

De pronto llegaron a una especie de tronco, que simulaba una entrada, parecida a los portales de la arboleda sagrada. Al pasar esa entrada se encontraron con un puente de madera en mal estado, aunque no imposible de cruzar. Al llegar al otro lado, se encontraron con un bosque algo diferente, había árboles parecidos a casas repartidos por ahí, algo que podría jurar ser una escalera, y un pequeño riachuelo más allá.

-Casa... -dijo la figura esquelética.

-¿Qué? -respondió Link algo confuso- ¿Esta es tu casa?

-Lo fue... Yo crecí aquí... estás presenciando lo que queda del Bosque Kokiri.

-¿Kokiri?... Un minuto, según varias leyendas, decían que los Kokiri no podían crecer, y según veo tú eres más alto que yo.

-Si, pues, lo mismo pensé yo cuando volví como adulto. Soy un hyliano, Link.

-Hyliano... He oído leyendas sobre un hyliano que creció en los bosques, pero esa es la leyenda del mismísimo héroe del Tiempo, ¿a poco serás tú?, ¿eh? -Dijo Link riendo, pues lo dijo como una broma.

El maestro no respondió, simplemente se quedó apreciando el bosque lleno de árboles con pequeños rastros de civilización repartidos por el alrededor.

-Un momento... ¿Tú eres el héroe del tiempo? -Dijo Link seriamente.

-Lo fui alguna vez...

-¿Qué?... No puede ser, se han oído miles de historias sobre eso, pero todos dicen que son mitos; dicen que son historias para que los niños crezcan siendo valientes... Supe que la historia era real cuando los espíritus de luz mencionaron que tenía su espíritu de valentía y me vistieron con los ropajes del héroe... digo... tu ropa.

-Para muchas personas, mis actos nunca pasaron; quedaron en una realidad que debía ser evitada.

-Pues si las leyendas son ciertas, evitaste demasiada muerte y destrucción... Aun no puedo creer que seas el héroe de la leyenda... eres el héroe del tiempo, el asesino de Dodongos, el salvador de los Zoras, asesino de dragones y muchas cosas más.

Link se detuvo un momento a pensar y siguió con una pregunta algo profunda.

-Pero... si la leyenda es real, ¿por qué nadie sabe que es real?

-Te lo explicaré, Link... al volver en el tiempo luego de cumplir mi destino, nadie supo lo que hice, salvo una amiga, que me acompañó durante toda mi aventura. Ella se fue de mi lado, no supe por qué o hacia dónde fue... pero en ese momento no podía seguirla, debía avisar a la Zelda de mi tiempo los planes de Ganondorf... Al pasar los años nadie más a parte de mí supo lo que hice, y no esperaba recompensas ni reconocimientos o algo así, solo quería sentirme comprendido.

Link escuchando atentamente la emocional historia de su mentor, llegó a una conclusión.

-Es ese el por qué quieres ayudarme, ¿no?

-No negaré que pude rehacer parte de mi vida luego de vivir todas esas experiencias. Pero puedo asegurarte de que nunca me sentí completo, ni siquiera en el momento de mi muerte. Así que sí... te quiero ayudar, para evitarte eso, quiero que por lo menos tengas una oportunidad de intentarlo.

Al escuchar esto, todo se sintió más ligero, como si se les hubiera quitado un peso de encima a ambos.

-Te agradezco mucho por esto -Dijo Link- sé que tal vez, nadie logre entender por lo que pasaste... pero quiero que sepas que te admiro por lo que hiciste y... estoy orgulloso de tener tu espíritu de valentía.

La sombra del héroe agradeció las palabras de su pupilo, demostrando algo que parecía ser una sonrisa, pues al ser un esqueleto no podía denotar mayor cosa.

Tras subir una especie de desnivel, el maestro advirtió.

-Estamos a punto de entrar en los verdaderos bosques perdidos, debo decirte que hay una maldición que dice que, si entras aquí sin un hada, te convertirás en un stalfo, pero en tu caso, no debes separarte de mí, al ser un espíritu puedo servir como guía para ti.

-Es bueno saberlo -Dijo Link.

La esquelética figura dio un último vistazo al bosque donde creció, y se adentró con su pupilo en los bosques perdidos.

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Durante el trayecto, tuvieron que vencer criaturas del bosque, como stalfos, lobos malditos, poes y demás criaturas. Paraban para que Link comiera menos alimentos y pociones, para ahorrar hasta el posible destino más cercano. Todo esto pasó en tres semanas más. Link se veía con más cabello de lo habitual y más delgado, algo cansado por todo el trayecto, sin embargo, solo debía pensar en aquella chica crepuscular con cabellos rojizos, y una actitud divertida y pura de corazón, que en los últimos meses que estuvo a su lado, logró poner sus propios intereses por debajo de los que necesitaban los demás. Al pensar en estos detalles, Link obtenía fuerza de voluntad, sabía que, al llegar, tendría su recompensa, el poder verla una vez más.

Había pasado un mes y medio desde que Link empezó su viaje junto con su maestro, quienes acababan de llegar a una especie de acantilado.

-El destino al que vamos se encuentra abajo -Dijo el maestro

-¿Abajo? Pero es un acantilado, la verdad no logro ver nada.

-Solo debes confiar... A parte de mí, un simple vendedor logró llegar a esa tierra en medio de sus viajes.

-Está bien, pero lo haré a mi modo.

Link usó uno de los ganchos en una rama cercana y fue descendiendo poco a poco. Como era una gran altura, tuvo que usar ambos ganchos en reiteradas ocasiones.

Al bajar completamente, cayó en una especie de flor, que parecía estar colocada allí para suavizar la caída de quien pudiera resbalarse del acantilado. Luego cruzó un pequeño lago de agua, se adentró en pasillos curvos y logró cruzar acantilados con árboles en medio. Al llegar al final de todos estos pasillos, se encontró una puerta enorme y algo singular.

-Esta puerta está cubierta de una magia antigua -Dijo la sombra del héroe- para las personas del otro lado, solo es una pared más, pero para nosotros, es un portal a su tierra; tengo la energía suficiente para lograr que entres y salgas de esa puerta solo una vez, así que espero que funcione.

-¿Significa que solo hay un viaje de vuelta?

-Bueno, no me gusta derrumbar tu espíritu, pero espero que te parezca suficiente. Aunque, en ocasiones se abre en una festividad del pueblo del otro lado, solo que, no recuerdo en qué ciclo lunar se realiza.

-De acuerdo, entiendo... estoy listo para cruzar.

-Tenemos suerte de que la puerta siga aquí... tenía miedo de que ya no esté.

-¿Qué? -Dijo Link algo asustado y confundido.

-Pues, pasaron más 200 años desde que vine por última vez. No hay tiempo que perder, hay que entrar.

Al pasar la puerta enorme,se encontraron en una sala con objetos que se movían, como si fueran engranajesde algo; estaban dentro de una torre. Link subió unas escaleras, la sombra delhéroe se desvaneció diciendo que saldría cuando no haya nadie cerca; luego, elhéroe del crepúsculo procedió a abrir las puertas.

UNA VEZ MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora