Niall Horan era un hombre con todas sus letras, tenía una larga fila de mujeres esperando por pasar al menos una noche con él. Su cabello rubio claro despeinado con un corte totalmente raro lo hacía verse más atractivo y sensual; tenía el cuerpo en muy, muy buena forma, con unos abdominales totalmente tonificados, dos sensuales hombros que sobresaltaban sea o no sea estando desnudo. Era un corredor profesional, con cientos y cientos de copas y trofeos. Era en sí, una figura pública (Y que figura). De santo no tenía ni un pelo, es que como su padre le decía cuando apenas era un niño: No desaproveches lo que la vida te da. Y en serio que no las desaprovechaba. Cada semana una mujer diferente, si no tenía sexo en una semana; nadie pero nadie que tuviese un poco de sentido común se le acercaría. Al menos que tuviese una carrera y de verdad tuviese que entrenar.
Pero en estos momentos su problema tenia apellido; y como lo detestaba. Los Jarrett siempre se creyeron los mejores, y eso lo cabreaba mucho. Su padre y su abuelo quedaron segundo lugar en mayoría de las veces cada vez que un Jarrett se interponía y competía. Hace algunos años no tenía problemas con ellos, no le importaban lo que hacía. Pero hasta que el maldito de Oswald Jarrett compitió con él, en la nascar pasada y lo dejo en segundo lugar su odio contra cada uno de ellos creció al tope. Ahora era su oportunidad, Esa mocosa de _____ Jarrett, no llegaría y le ganaría su copa en esa serie. Si no, no saldría viva para contarlo.
Bajo las escaleras que lo separaban de su cocina, ordeno a su nana que le hiciera su comida, sin un gramo de grasas, tomo un vaso con agua de la cocina y se hecho en su lujoso sofá de cuero rojo como el fuego; tomo el control y encendió la televisión, coloco el canal de deportes, y como siempre hablaban de la muy, muy, esperada nascar; subió volumen y presto atención.
-Estupideces –susurro, sin prestarle atención. Escucho el nombre de los Jarrett y hay si presto atención de verdad.
-Bien, Jorge. Pasemos a otro tema –hablo el conductor del programa- Ya todos la deben de conocer. Esta chica es increíblemente buena. Al manejar no tiene límites y no le importa nada de lo que pase o deje de pasar, solamente se concentra en su meta, que es llegar de primera. _____ Jarrett, de dieciocho años de edad. Ha participado en carreras tanto nacionales, como internacionales. Ha hecho subastas a beneficios, sin pedir nada a cambio, y por último hace unos días fue calificada a la nascar, con la mayor puntuación de la Sprint.
-Cabe mencionar, Arthur, que hace unas horas la nombraron la chica más joven en ir a la nascar. Lo que la convierte en una novata, frente a todos los veteranos con los que correrá…
-Malditos idiotas –apago el televisor, furioso. Arrojo el vaso contra la pared, haciéndose añicos en un segundo. Nina, su nana, quien llegaba en esos momentos con su comida, tembló de pies a cabezas.
-Señor –hablo con temor- Aquí está su comida.
-Déjala ahí, ya no tengo apetito – dijo sin siquiera mirarla o darle gracias.
-Tiene que comer señor –musitó Nina, en un arrebato de valentía.
-Que no, ya te dije –ella iba a replicar, pero él no la dejo- Aquí no eres más que mi empleada ¿Bien?
-Si señor –dijo cabizbaja.
-Bien, nos entendemos mejor. Te puedes ir.
Subió a su habitación, estaba cabreado, todo por culpa de la hija de p… de _____ Jarrett. Aunque no podía negar que estaba más que buena, no era muy alta que se diga, más bien, le llegaría hasta los hombros. Sí, pero por eso no dejaba de tener un buen trasero, y pechos enormes. Solo la idea de verla semidesnuda lo hizo excitar, no se quedaría con las ganas de tirarse a alguien hoy. No tenía nada que hacer, así que llamo a unas ‘amigas’ para citarse, y el sacarse las ganas.
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_____, junto con su mejor amiga y cuñada estaban tomando el sol en la alberca de la casa de los Jarrett. Luego de haber ido a pasear por el centro comercial y comprar lindas prendas de vestir, regresaron a casa y se fueron a la alberca a hablar. Su tema, no era nada mas que chicos (en el caso de Valeria; uno solo, Oswald Jarrett) a _____ le estaba rondando uno en particular desde hace unas noches cuando lo vio por la televisión. Su cuerpo entero divagaba, por la mente de la pequeña Jarrett, y pensamientos no santos se apoderaron completamente de ella.
-Quita, me tapas el sol –dijo a quien quiera que fuese, que se había parado al frente de ella y ahora le tapaba la luz solar.
-Hermanita, por si no te distes cuenta el sol desapareció hace una hora.
-Oh –se paró avergonzada- yo… lo siento, me iré a duchar.
-¿Sabes qué día es mañana verdad? –pregunto un sudoroso Oswald Jarrett.
-Ehh, ¿viernes? –Pregunto dudosa- ¡Iuuu! ¡Maldición, Oswald apestas! –se tapó la nariz.
-Déjalo _____ -rio divertida Valeria, que estaba leyendo una revista de modas.
-Sí, déjame. A ella le encanta así ¿Cierto amor? –se abalanzo encima de Valeria y le refregó su musculoso y sudoroso torso desnudo por el de ella.
-Tu hermana tiene razón, Oswald Ramón Jarrett. ¡Necesitas una ducha con urgencia!
-Que no me llames Ramón, saben como odio mi segundo nombre –se levantó rojo.
-¿Por qué Ramoncito? –rio burlona _____.
-Cállate enana, y tu –señalo a Valeria- si me dices Ramón de nuevo, no te doy tu ‘comidita’ esta noche –Ahora la roja hasta las orejas era Valeria.
-¡Demonios Oswald! –Se levantó furiosa _____- ¡Eres un cerdo!
-Bien como sea, a lo que venía. Recuerda que mañana en la mañana, tienes una sesión de fotos a primera hora con la revista Muse Hete.
-Sí, mi general –rio-¿algo más?
-Por el momento no. Tengo que hablar con mi prometida –la miro intensamente.
-Que sutil tu forma de decirme que me vaya ¿no?
-Adiós.
-Pero…
-Adiós ____.
-¡Bien! Nadie me quiere –lagrimeó falsamente y se fue riendo.
A las siete de la mañana ya estaba bañada, vestida y desayunando con su familia. Sus hermanos, su padre, su cuñada y ella, estaban charlando animadamente sobre el único tema que hablaría la familia Jarrett; carreras y autos (claro, _____ y Valeria hablaban también sobre ropa, zapatos, modas y todas esas cosas que hacen vaciar las carteras y las cuales a los hombres no les gusta ni un poco) luego de tan amena comida, la menor de los Jarrett salió en su camioneta, Ranger Rover color blanca con destellos plateados. Aparcó la camioneta, en el estacionamiento de donde tendría que sacarse mil fotos. Varios autos de lujo adornaban al igual que su camioneta, el estacionamiento. Se bajó, y camino hasta la entrada donde la recibieron como siempre que entraba a un lugar y la reconocían.
-_____ Jarrett, que bueno llegaste mi pequeña mina de oro- musitó sonriente el gordo calvo presidente y dueño de la empresa.
-¿Por qué mina de oro? –pregunto _____.
-Es que aún no he hablado con tu padre –sonrió abiertamente- desde que sales en la revista, así sea por un pequeño articulo; las ventas han subido considerablemente.
-Oh… -solo pudo decir.
-Pasemos, al estudio.
-¿Y las demás personas?
-Oh si, también lo olvide –sonrió- estoy un poco viejo. Bueno, en fin, tu padre firmo para que te sacaran la sesión de fotos con un competidor sorpresa, que también estará en la Nascar. Con la línea Tommy Hilfiger hicimos un contrato para las prendas y los créditos serán para ambas empresas.
-Oh, bien. ¿Quién es la persona? –miro a todos lados sonriente.
-Aún no ha llegado –miró su reloj- tiene quince minutos de atraso. No importa, vamos y te llevo al camarín para que te maquillen y te arreglen con las primeras prendas.
-Vale –mostro sus perfectos dientes blancos.
Media hora después, la ‘misteriosa’ persona llego. Con aires de divo, mirando con desdén a cada persona que se le cruzara, bajo sus lentes de sol; subió por el ascensor hasta llegar al piso de la presidencia, toco una sola vez y paso sin permiso.
-Qué Bueno que has llegado.
-Si, como sea. Tengo cosas más importantes que hacer, así que por favor empecemos.
-Primero –musito el señor Jaime, dueño de la revista- iremos a que conozcas a ‘tu chica’.
-Por favor –rio sarcástico- Seguro es una Barbie, con oxígeno en vez de cerebro.
-Claro que no muchacho; esta chica estará compitiendo contigo en la Nascar –rio- de seguro la conoces, su apellido es leyenda –musitó, y el aludido abrió los ojos tan grandes que casi se le salen.
-Muéstremela –dijo parco, como si se tratara de un objeto.
-Que inquieto –rio amistosamente- Ya casi la veras- tomo un teléfono y marco un número- Silvia, por favor manda a llamar a la niña –cortó. Dos minutos después la puerta de la oficina fue tocada- Adelante.
-¡Solamente le digo una cosa! –Vocifero sacada de sus cabales- ¡Jamás en su puta vida, crea que saldré vestida así!
Se abrió la bata que llevaba por encima, dejando ver unas pequeñas piernas escondidas por unas mayas negras, que la hacían ver extremadamente sexy. Su boca habría parado en el suelo si no se da cuenta de quién era la hermosa mujer. Cuando _____, reparo en quien más estaba, instintivamente se volvió a cubrir, y luego abrió sus pequeños ojos.
-¡TU! –dijeron ambos al mismo tiempo, con la cara desencajada.
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Amor Clandestino-Niall y Tu-Hot-
FanficPrólogo Dos personas completamente distintas. Tienen un sólo propósito; "Ganar la serie Nascar", hará que se odien a muerte. Aunque no contaran con que el destino haga una de las suyas, al interponerse entre esta rivalidad haciéndolos AMORES CLANDE...