Louis se encontró a sí mismo buscando a Harry por toda la casa, había estado buscándolo para preguntarle algo y simplemente no lo encontraba, poco fue el tiempo que tuvo que esperar para verlo durmiendo en el piso de la habitación de cosas viejas.
Louis se acercó a el y lo despertó moviéndolo, el rizado lo miró a los ojos con confusión, luego entendió —estaba leyendo y me dormí— dijo, cierto, el libro a su lado en el piso lo explicaba.
—lee en un lugar cómodo, por si te vuelves a dormir Harry, no quiero que te duela la espalda. Oye, quieres venir a una fiesta conmigo hoy?— Louis lo vio levantarse, el mayor lo imitó.
—si? Pero y Dorothea?— Harry se rasco un ojo —lo dejamos con Sara o Lottie, la primera que coja la llamada, aceptas?— Louis vio a Harry encoger los hombros.
Salieron del cuarto de cosas viejas y verificaron que Dorothea esté dormida, fueron a la habitación de Louis para acostarse en la cama del mayor y encender la gran plasma frente a ellos.
Una hora después, Louis se encontraba corriendo por su habitación de un lado a otro, no recordaba dónde estaba su nueva corbata. Harry entró con una caja que se veía muy fina, se la entregó a Louis con un rostro sereno, el mayor alzo una ceja.
—¡la encontraste!— una corbata azul oscuro, de tela fina descansaba delicadamente en la caja, Harry encogió los hombros —la dejaste dentro de la nevera, Louis— contestó, Louis se sonrojó.
Ahora, Louis amaba la forma en la que Harry le miraba, como arrugaba la nariz cuando se confundía o se sorprendía, lo vio levantarse mientras encogía los hombros —no importa, Sara ya viene de camino- Louis juntó las cejas.
—¿tú no habías llamado a Lottie?— preguntó, Harry negó—creí que tú ibas a hacer eso— contestó, el castaño pestañeo.
~
Harry abrió la puerta, Sara estaba parada allí con un vestido negro, sonrió —Hola! Donde está?— preguntó, Harry sonrió —durmiendo, no creo que despierte por hoy, pero por si acaso— dijo, Sara asintió.
Louis llegó, levantó la cabeza para saludar a Sara —hola Sarai— dijo, Sara rodó los ojos —es Sara— se lanzó al sofá, Louis asintió —seguro, Suzy— tomó la mano de Harry y salieron de la casa.
—eso no es posible— Louis rio, viendo como el rizado fruncía el ceño —piénsalo! Si Peter Pan puedo, nosotros también, ademas hay cosas difíciles, no imposibles.
—Harry, no vas a aprender a volar mágicamente.
~
Louis abrió la puerta del copiloto, Harry salió mirando la gran mansión frente a ellos —¿qué estamos haciendo aquí?— preguntó, Louis lo tomó de la mano, entrelazando sus dedos —es algo así como una junta, van a haber muchas personas, básicamente nos vamos a conocer y a hablar sobre trabajo— respondió el mayor, Harry ladeo la cabeza.
Entraron, algunas personas los miraron y otros no se dieron cuenta, el lugar era grande y elegante, camareros y camareras pasaban con bandejas con cosas que Harry nunca en su vida habría probado.
—no te sueltes, esto es muy grande— le aseguró Louis, Harry apretó su agarre, quería irse.
—Louis! Que gusto verte— un señor de algunos cincuenta años se acercó a ellos, la música en el lugar era suave, así que podían escucharse.
—Hola Pedro, también es un gusto verte— Louis no recordaba quien era, solo sabía su nombre porque su corbata lo decía, ridículo, pensó.
—¿cómo está tú madre?— preguntó, ya lo recordaba, era el tipo con el que no quiso trabajar porque solo quería juntarse con él por su madre, dijo que era sexy.
