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Louis sintió frío en los pies, inmediatamente los volvió a meter debajo de las sábanas, sintiendo calor en todo su cuerpo.

Pero no gracias a la sabana, si no gracias a que Harry dormía sobre su pecho con respiración tranquila y labios entre abiertos.

Extendió su mano para tomar su celular y ver la hora, las ocho y media, iba a volver a dormir cuando recordó un pequeño detalle.

Dorothea.

Así que, con cuidado logró zafarse del agarre de Harry y bajo las escaleras martillándose los ojos, Alejandra estaba en la cocina limpiando el pasa manos —buenos días Louis! ¿Como amaneciste?— preguntó Alejandra sonriéndole, Louis le devolvió la sonrisa.

—bien, y usted?— levantó los dos brazos estirándose, Alejandra encogió los hombros —todo bien! Por cierto, la niña está viendo televisión, no quiso hablarme y pedía por ustedes, estaba a punto de ir a avisarle— Alejandra le señaló la puerta que da a la sala, Louis entendió el por qué de las voces de caricaturas.

—muchas gracias, ya vuelvo— se despidió caminando hacia la puerta. Dorothea estaba sentada en el sofá, con el mismo vestido de la noche anterior, meciendo sus pies que no llegaban al suelo.

Volteó al sentir una presencia más, sonrió al ver al castaño sonreírle —¡Louis!— se bajó, y corrió hacia Louis para darle un abrazo, el mayor la cargo —buenos días Dorothea, dormiste bien?— preguntó, caminado con ella hacia las escaleras otra vez.

—si-i, pero tuve un sueño malo, un hombre grande— abrió los brazos —perseguía a mi mami y después ya no la veía— hizo un puchero, Louis también.

—no vas a tener mas pesadillas, porque yo te voy a cuidar, quieres que vayamos a despertar a Harry y después nos vamos a mi trabajo?— Louis abrió la puerta, Dorothea asintió.

Subieron a la cama silenciosamente, viendo a Harry quejarse y girarse para el otro lado, se pusieron de pie sobre la cama.

— a la cuenta de uno, dos... tres !— empezaron a saltar sobre la cama, Harry se espantó, levantando los brazos del susto. Los miró con cara seria, mientras volvía a taparse con las sábanas.

—Harryyyyy— Dorothea abrazo a Harry, escuchándolo quejarse —que hora es— la voz ronca del rizado sonó en la habitación —no se, tenemos que ir con Louis al trabajo— respondió Dorothea, Louis bajo de la cama —así que levántate dormilón— Louis le quitó las sábanas, Harry cerró los ojos.

~

Ahora iban en el auto de Louis, Dorothea en el asiento trasero escuchando a Harry y a Louis hablar —los unicornios si existen!— se quejó La Niña, viendo a Harry asentir —exacto Louis, los unicornios existen— Louis les saco la lengua, escuchándolos reír.

—no puedes decir que Algo que no has visto es real— dijo Louis, encogiéndose de hombros —tienes que aprender a creer Louis, ademas, si te digo que yo no me comí el chocolate de la nevera, me creerías?— Harry la miró negar —eso es diferente, porque yo se que te lo comiste.

Cuando llegaron a la empresa, Dorothea tomó a Harry de la mano, y entraron junto a Louis quien iba saludando a todos igual que Harry.

Entraron a la oficina del mayor, Dorothea se acostó en el pequeño sofá de la oficina, y Harry y Louis se sentaron a responder llamadas... bueno, Louis las respondía y Harry le escribía lo que tenía que decir.

—cuantos días faltan para que venga el señor ese, con el que tienes que hacer un contrato?— Harry vio a Louis borrar su sonrisa.

—¿te quieres ir tan rápido?— el mayor cerro la llamada que le acaba de entrar —no! No, es solo curiosidad. Nada más— Harry no quería que Louis se sintiera mal, si quería ver a su mamá, pero no tenía ganas de irse.

—en realidad no sé, pero de una semana no pasa— Louis volvió su vista a sus papeles, no sonreía más, y sus manos tiemblan mientras mira los papeles fingiendo prestarles atención.

Harry hizo un puchero, quería decir que se quedaría, quería hacerlo sonreír otra vez. Y sus ojos pasearon por la oficina, viendo a Dorothea dormir en el sofá, se levantó recibiendo la mirada confusa de Louis.

Caminó hasta el castaño y solo se sentó en su regazo, tomando las manos del mayor y envolviéndolas en su propia cintura —no te quiero dejar, pero quiero ver a mi mami, y a Niall, y a Papá... y a Gemma— Harry respiró el perfume de Louis, quien hundió su nariz en el cabello del rizado —te llevaré con ellos Harry, lo prometo.

Louis terminó de firmar los papeles con Harry en su regazo, hablaban sobre cualquier cosa mientras esperaban impacientemente la llamada de alguna persona importante.

                                              ~

Ahora Harry tomaba a Dorothea de la mano por el Centro comercial, mientras Louis sonreía con las manos en los bolsillos —Nos van a echar de aquí— El ojiazul puso una caja de cereales en el carrito.

Dorothea encogió los hombros —no pueden echarnos Lou, no estamos haciendo nada malo— la niña le sonrió a Louis, el ya sabía que esa sonrisa era la de "yo no fui"

—si, claro, y ustedes no fueron los que robaron una muñeca del carrito de una mujer solo porque era la última que quedaba— Dijo Louis, Dorothea abrazo la caja de su nueva muñeca—yo la merezco— dijo, sonriendo.

—no puedes culparnos, todavía no estaba comprada— Harry encogió los hombros, Louis rodó los ojos y rio, empujando el carrito.

—mira Harry! Gomitas de colores!— Dorothea Señaló el pasillo de dulces, Louis los miró y negó dos veces.

—no, vas a terminar con los dientes llenos de caries, y ya compramos un paquete de oreos— Louis les hizo una seña para que lo siguieran, Harry y Dorothea obedecieron, caminado detrás de el.

—Louis es muy aburrido— dijo Dorothea, en un fallido intento de susurro, Harry sintió —si— dijo, nada disimulado.

Louis se giró hacia ellos, y los vio sonreír, Harry mostrando sus hoyuelos y Dorothea las arruguitas de sus ojos, Louis rodó los ojos —si saben que los escucho, cierto?— ellos asintieron —¡quiero ir en el carrito!— Dorothea levantó los brazos, Louis la cargó y la sentó en el carrito.

—a ver si así dejas de moverte tanto.

Fireproof- LARRY STYLINSON Where stories live. Discover now